El alcohol causa directamente varios tipos de cáncer, y el riesgo es más alto si tienes poca tolerancia hereditaria a la bebida

Fotograma de la película Another Round, ganadora de un Oscar a mejor película internacional.
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  • Un gran estudio genético que siguió a 150.000 personas a lo largo de una década confirma la relación causal directa entre el consumo de alcohol y el cáncer, especialmente los de cuello, cabeza y esófago.
  • La investigación también arroja otro dato interesante: los riesgos son todavía más altos para las personas con baja tolerancia al alcohol hereditaria que no pueden metabolizar adecuadamente la bebida. 
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A nivel mundial, el consumo de alcohol es responsable de 3 millones de muertes cada año, incluyendo más de 400.000 por cáncer. A día de hoy existe una imperiosa necesidad de conocer cómo la bebida incide sobre los riesgos de enfermedad en distintas poblaciones, ya que se está registrando un aumento de su ingesta en países como China.

Un nuevo estudio genético a gran escala dirigido por Oxford Population Health y publicado en el International Journal of Cancer confirma que el alcohol causa cáncer directamente. Los hallazgos, obtenidos tras seguir durante más de una década a más de 150.000 sujetos chinos, establece un vínculo causal directo especialmente con el cáncer de esófago, cabeza y cuello. 

En los países occidentales ya se habían registrado evidencias de la relación de la bebida con varios tipos de cáncer, aunque es complejo establecer si influyen factores de confusión, como el tabaquismo y la dieta, causantes de resultados sesgados. También existían incógnitas sobre otros tipos de cáncer y su relación con el alcohol, como los de estómago o pulmón. 

Con el propósito de despejar estas dudas, científicos de la Oxford Population Health, la Universidad de Pekín y la Academia China de Ciencias Médicas de Pekín decidieron investigar variantes genéticas relacionadas con un menor consumo de alcohol en las poblaciones asiáticas. 

Existen 2 variantes genéticas que reducen la tolerancia al alcohol y se relacionan con una menor ingesta, ya que provocan un desagradable efecto de "rubefacción". Estas mutaciones interrumplen el adecuado funcionamiento de las enzimas que desintoxican el alcohol, haciendo que el acetaldehído, un compuesto tóxico y carcinógeno del Grupo I, se acumule en la sangre.

Una de las variantes implica la pérdida de función del gen de la enzima aldehído deshidrogenasa 2 (ALDH2), mientras que la otra acelera la actividad de la enzima deshidrogenasa 1B (ADH1B). Son mutaciones genéticas raras en poblaciones de ascendencia europea pero muy frecuentes en Asia oriental. 

Los alelos son asignados al nacer e independientes de los hábitos de vida, por lo que pueden usarse como indicador para medir cómo beber incrementa el peligro de cáncer. 

Los investigadores tomaron datos genéticos de 150 000 participantes del estudio Biobank de China Kadoorie y midieron la frecuencia de los alelos de baja tolerabilidad al alcohol para ALDH2 y ADH1B, combinándolos con datos sobre hábitos de consumo completados por los participantes, que fueron seguidos durante 11 años. 

El informe se centró sobre todo en hombres, ya que las mujeres no consumen habitualmente alcohol en China. De los varones, un tercio reconoció beber casi todas las semanas. 

Principales conclusiones del estudio

Los resultados de la investigación permanecieron iguales tras investigar factores de riesgo de cáncer, como tabaquismo, actividad física, dieta, masa corporal o antecedentes familiares de cáncer. 

La frecuencia de alelos de baja tolerancia al alcohol en la población china del estudio fue del 21 % para ALDH2 y del 69 % para ADH1B, en comparación con <0,01 % y ~4 % en las poblaciones de ascendencia europea.

En varones estas mutaciones se relacionaron con un consumo reducido de bebida, tanto en frecuencia como en ingesta media. Cerca de 4500 (7,4%) desarrollaron cáncer durante la década del estudio.

Los que portaban uno o dos alelos de baja tolerabilidad al alcohol para ADH1B mostraron entre un 13 y un 25 % menos de riesgo de cáncer en general y cánceres relacionados con el alcohol, sobre todo cáncer de cabeza y cuello y cáncer de esófago.

Los que portaban dos copias del alelo de tolerabilidad baja en alcohol para ALDH2 destacaron por el bajo consumo de alcohol, un riesgo un 14% más bajo de padecer cualquier tipo de cáncer y un peligro un 31% menor de los cánceres relacionados con el alcohol, como cabeza y cuello; esófago, colon, recto e hígado. 

Sin embargo, aquellos varones que consumían alcohol regularmente teniendo copia del alelo de baja tolerancia al alcohol para ALDH2 tenían riesgos significativamente más altos de cáncer de cabeza y cuello y cáncer de esófago, un vínculo que no se produjo en abstemios o bebedores ocasionales.

En mujeres, de las que solamente el 2% afirmó beber con regularidad, los alelos de baja tolerancia al alcohol no se asociaron con cáncer, lo cual señala que en hombres, el riesgo reducido para los portadores de las mutaciones se debió directamente a un menor consumo de alcohol. 

Otra de las principales conclusiones señala que una mayor acumulación de acetaldehído en sangre puede aumentar directamente el riesgo de cáncer.

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