Conoce la diferencia entre un préstamo y un crédito

Firmando un préstamo

Si hay dos conceptos que, en la economía del día a día, se confunden, se entrelazan hasta casi convertirse en uno solo son los de crédito y préstamo.

Dos palabras de uso cotidiano en la terminología bancaria que los profesionales distinguen perfectamente, pero que, entre algunos clientes, no está tan claro hasta dónde llega el reino de uno y cuáles son las lindes que abarcan el territorio del otro.

Sucede algo similar en las tarjetas de crédito, denominación que, de forma genérica, suele adherirse al conjunto del dinero de plástico, cuando la realidad, como seguramente sabrás, es que aquéllas y las de débito no ofrecen exactamente los mismos servicios. 

Diferencias entre préstamo y crédito

Cierto es que, en determinados casos, resulta complicado discernir las facciones de dos personas gemelas —a cualquiera puede ocurrirle, es normal— pero, al hablar de crédito y préstamo, nos referimos a hermanos o, más bien, a primos carnales, no a dos individuos partidos del mismo cigoto.

De esta manera, para que te hagas una idea de entrada, esas distinciones tienen que ver con el capital que se pone a disposición del cliente, así como la forma en que se hace; en los intereses que aquél paga; en la manera y tiempos en que se amortiza la cantidad entregada por el banco; y, finalmente, en los tipos que se aplican a ese dinero. Es decir, en casi todos los aspectos clave, en la mayoría de las ramificaciones de estos productos financieros.

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De hecho, el tronco que une a ambos es simplemente que hay una parte —generalmente el banco— que pone un cierto montante sobre la mesa para otra. Nada más. A partir de ahí, todo cambia. Tanto, que, por ejemplo, en el préstamo el dinero siempre es utilizado por el cliente, mientras que en el crédito no tiene por qué llegar a ser así. Entremos en materia.

¿Qué es un préstamo?

Si un prestamista —casi siempre la entidad financiera— te entrega a ti —como prestatario— una cantidad de dinero previamente pactada bajo acuerdo de que se la reintegres en uno o varios pagos a lo largo del tiempo, añadiendo unos intereses también acordados, está claro, se trata de un préstamo. En otras palabras, cuando el banco te deja una cantidad de dinero concreto que devolverás en un plazo cerrado y con un tipo de interés acordado.

¿Qué es un crédito?

En cambio, una línea de crédito es un dinero que la entidad financiera pone a tu disposición como cliente durante un periodo de tiempo. Ahí se detecta la primera gran diferencia, puesto que no se te hace entrega directamente del cash, sino que queda depositado para que lo uses en función de las necesidades que te vayan surgiendo.

En la línea de crédito la cantidad que recibes tiene un límite fijado, tal y como ocurre en los préstamos. Lo que ocurre es que después puedes hacer uso de el dinero total o parcialmente, según lo vayas necesitando.

Elegir entre un préstamo y un crédito

Los intereses en préstamos y en créditos

Derivado del aspecto anterior se da un hecho que tiene lógica: dado que en los préstamos se entrega de facto una cantidad, te tocará abonar intereses desde el primer momento; mientras que, en lo que se refiere a las líneas de crédito, únicamente pagas cuando hagas uso del dinero. Así que sólo harás frente a intereses por el saldo que realmente hayas aprovechado. No obstante, resulta común que los bancos cobren una comisión mínima por el montante no dispuesto.

Los plazos de amortización en créditos y préstamos

El préstamo, que es un producto financiero muy conocido, tiene un funcionamiento más al uso, con lo que su plazo de amortización es sencillo en extremo, ya que concluirá en el momento que hayas pactado con el banco. El dinero se amortiza de manera fraccionada, a través de cuotas prefijadas y que tienen carácter regular —mensuales, trimestrales, semestrales, etc.—.

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Por su parte, en la línea de crédito el vencimiento puede ir variando si, como prestatario, decides renovarlo, aunque, como es lógico, deberás respetar igualmente las fechas marcadas. Salvo excepciones, el tiempo de amortización es mayor en los préstamos que en los créditos.

Los tipos de interés en préstamos y créditos

Dadas las características de ambos productos, en cambio, los tipos de interés suelen ser más bajos en los préstamos respecto a las condiciones más habituales que la banca ofrece en las líneas de créditos.

¿Cuál te conviene más, el préstamo o el crédito?

Lo más recomendable es que analices las necesidades financieras que tienes y, a partir de ahí, decidas si prefieres contratar una línea de crédito o un préstamo, pero resulta evidente que el primero es útil para ciertos clientes y el segundo encaja en otros perfiles. Así, los préstamos casan más con la financiación a largo plazo o para una inversión potente y la compra de bienes de alto valor —viviendas, locales, vehículos o viajes, entre otros—.

En cuanto a las líneas de crédito, te resultarán muy prácticas si tienes un negocio, en especial, una pequeña o mediana empresa, o si eres un trabajador por cuenta propia, ya que podrás cubrir con ellas los periodos de falta de liquidez o sufragar determinadas actuaciones empresariales. La flexibilidad del crédito en relación al préstamo, al poder disponer del dinero que necesitas en cada momento hasta el límite fijado hace que sea una herramienta de gran dinamismo para uso profesional.

En todo caso, necesites un préstamo o una línea de crédito, es importante que consideres siempre más de una oferta. No es aconsejable contratar con la primera entidad financiera con la que hayas negociado, puesto que cabe la posibilidad de que el mercado 'esconda' otro producto más competitivo o que se adapte mejor a tus demandas.

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