El fármaco de AstraZeneca contra el COVID-19 fracasa en ensayos: Pfizer se mantiene como el único fabricante de vacunas que podría también desarrollar un medicamento

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Reuters

  • AstraZeneca estaba desarrollando un fármaco contra el COVID-19 que no ha superado los objetivos en los ensayos. 
  • A pesar de que contamos con vacunas contra el virus, los expertos advierten de que un tratamiento sigue siendo necesario para combatir la pandemia. 
  • Numerosas compañías están luchando por desarrollar un medicamento eficaz y cubrir una necesidad para la que no se ha encontrado solución desde que comenzó la crisis. 
  • Pfizer es ahora el único fabricante de vacunas que mantiene un tratamiento en desarrollo y podría dominar el mercado del COVID-19 por completo si su pastilla tiene éxito. 
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Un año y medio después de que comenzara la pandemia, el mundo sigue sin un tratamiento eficaz contra el coronavirus. 

Los médicos cuentan ya con un arsenal de fármacos que utilizan para tratar a los pacientes hospitalizados con más o menos suerte para intentar aliviar los síntomas y prevenir la progresión a enfermedad grave, pero nada que se haya revelado como un éxito rotundo para bloquear la enfermedad. 

En la actualidad, los únicos tratamientos que han demostrado ayudar a los pacientes con COVID-19 a evitar la hospitalización son fármacos con anticuerpos que requieren largas infusiones intravenosas y funcionan peor contra las variantes del coronavirus, explica Reuters. 

La ausencia de una terapia más eficaz y sencilla no ha sido por falta de ganas y de esfuerzo por parte de la industria y las universidades. 

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La investigación en este ámbito ha sido intensa y ha recibido financiación de muchas entidades, pero no ha conseguido llevar nada al mercado. 

Ahora, AstraZeneca acaba de anunciar que el fármaco que estaba desarrollando contra el COVID-19 no ha cumplido su principal objetivo de actuar como profiláctico de la enfermedad, sumándose a la lista de compañías que han fracasado en la búsqueda de una terapia. 

Los fármacos son necesarios, pero parecen más complicados desarrollar que las vacunas 

El reciente brote de coronavirus en la India —provocado por una multitud de factores entre los que se encuentran la relajación de las medidas y las nuevas variantes— ha puesto de manifiesto que las vacunas no son suficiente para mantener a raya la pandemia. 

Además, la mayoría de países no cuentan con suficientes dosis como para vacunar a su población a lo largo de este año, por lo que necesitan más armas para poder combatir la enfermedad mientras llegan. 

Por otro lado, la aparición de nuevas variantes está también amenazando a la vacunación y el virus se está propagando con más velocidad que la administración de las dosis, especialmente en los países de menos ingresos. 

"Más de 10.000 personas están muriendo cada día... Estas comunidades necesitan vacunas, y las necesitan ahora, no el año que viene", ha señalado Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS (Organización Mundial de la Salud), en declaraciones a los periodistas, según recoge The Guardian.

"Ahora mismo, el virus avanza más rápido que la distribución mundial de vacunas", ha subrayado. 

Que estos países, así como aquellos en los que hay una gran presencia de rechazo contra las vacunas, puedan contar también con tratamientos efectivos contra el virus, supondría un gran alivio para la presión a la que se ven sometidas los sistemas sanitarios, encargados a la vez de suministrar vacunas y de atender a los pacientes de COVID-19. 

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Sin embargo, el desarrollo de los antivirales es más complejo que el de las vacunas porque tienen que dirigirse al virus cuando ya se está replicando dentro de las células humanas, sin dañar las células sanas, explica Reuters. 

Las compañías quieren hacerse con un mercado de millones de euros

Cubrir la necesidad de una terapia contra el COVID-19 tiene premio: el mercado de los medicamentos Covid-19 superará los 28 millones de dólares en 2027, según un análisis de Brandessence Market Research.

Healthline repasa las principales compañías que están desarrollando un tratamiento contra el coronavirus y señala que se están centrando en su mayoría en antivirales, anticuerpos monoclonales, plasma de convaleciente y moduladores inmunológicos. 

Conseguir un antiviral sería la opción ideal, sobre todo si son capaces de impedir que el virus entre en las células huésped. También puede evitar que se replique o libere partículas virales para infectar otras células.

El más reconocido es remdesivir. Fabricado por Gilead y aprobado por la FDA en octubre del año pasado, fue el primer tratamiento en recibir autorización tras asegurar los ensayos que acortaba la estancia de hospital de los pacientes. 

No todos los ensayos clínicos han arrojado los mismos resultados sobre el fármaco, pero recientemente el Comité de Medicamentos de Uso Humano (CHMP) de la EMA ha renovado su autorización y un estudio publicado en Advances in Therapy señala que la administración durante la primera ola habría evitado cerca de un 30 % las muertes. 

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El remdesivir fue desarrollado inicialmente para la malaria y, como destaca Healthline, es una tendencia que han seguido el resto de fármacos en desarrollo contra el COVID-19: son, en su mayoría, medicamentos aprobados para otros trastornos o que se han estudiado primero en otros virus. 

Atea Pharmaceuticals, la Universidad de Emory, la japonesa Fujifilm y ViralClear Pharmaceuticals son los nombres de algunas de las otras compañías que también están desarrollando antivirales contra la enfermedad. 

Pfizer, el único de los principales fabricantes de vacunas que queda en la carrera por un tratamiento: si su pastilla tiene éxito, podría adueñarse del mercado COVID-19 

A principios de 2020, además de trabajar en el desarrollo de la que luego sería una de las primeras vacunas aprobadas contra el COVID-19, Pfizer empezó a investigar también un tratamiento para la enfermedad. 

Ahora, el gigante farmacéutico tiene en marcha ensayos clínicos para probar la eficacia de una pastilla que se tomaría en las primeras fases de la infección. 

Tras el fracaso de AstraZeneca, Pfizer se queda como el único de los principales fabricantes de vacunas que tiene opciones de llevar también un tratamiento al mercado

El fármaco, que pertenece a una clase de medicamentos llamados inhibidores de la proteasa, funciona uniéndose a las enzimas virales para impedir que el virus se replique en las células humanas. 

El CEO de Pfizer, Albert Bourla, ha señalado que espera que el medicamento sea eficaz contra las variantes y estima que podrá llegar al mercado a final de año. 

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Si la pastilla de la farmacéutica alemana tiene éxito, podría ser un enorme cambio para los médicos a la hora de afrontar la enfermedad, pero, sobre todo, sería una jugada maestra para Pfizer, que cuenta ya con la vacuna más popular del mercado. 

En un futuro en el que parece que el coronavirus no va a desaparecer, sino que se convertirá en una enfermedad endémica para la que se requiera vacunación periódica, la farmacéutica que consiga posicionarse habrá ganado un mercado millonario durante muchos años. 

El futuro mercado de la vacuna COVID-19 podría valer más de 10.000 millones de dólares al año, según analistas de Morgan Stanley y Credit Suisse. 

Si Pfizer sale ganadora como fabricante de vacunas y además consigue comercializar con éxito su pastilla contra el coronavirus, habrá encontrado la pandemia una oportunidad de oro. 

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