Consejos para eliminar las rojeces causadas por el frío

Rojeces del frío

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  • El frío provoca que la renovación de las células muertas de la piel se ralentice, por lo que estas acaban acumulándose y produciendo la descamación de la piel, así como rojeces.
  • Para evitar que las rojeces pasen a mayores es importante hidratarla a diario y protegerla contra el sol, limpiarla con leches o aguas micelares suaves y tonifícala con productos que no contentan alcohol.
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Siempre se ha dicho que los cambios de clima y temperatura afectan a la piel. Por eso, las personas con problemas dermatológicos suelen empeorar en los cambios de estaciones.

En invierno la piel tiende a estar más tirante y, por tanto, muchísimo menos hidratada, ya que las bajas temperaturas producen una sequedad que puede llevar a producir picores o enrojecimiento de determinadas zonas.

Las más afectadas generalmente son las que están continuamente expuestas al aire, como las manos o la cara y, por eso, hay que prestarles mayor atención en esta época.

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Las bajas temperaturas provocan que la renovación de las células muertas de la piel se ralentice, por lo que estas acaban acumulándose y reproduciendo la grasa en las glándulas sebáceas, lo que provoca la pérdida de agua en la dermis. Así se produce la descamación de la piel.

Además, al reducirse el calor corporal, también baja el riego sanguíneo y, por tanto, las células acaban recibiendo menos nutrientes, generando más fragilidad en las zonas más expuestas. Esto se denomina vasoconstricción.

Este proceso se repite una y otra vez por los cambios de temperatura que experimenta el cuerpo al entrar o salir de lugares con temperaturas diferentes, por lo que al final se acaba produciendo lesiones en la piel en forma de rojeces. 

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Generalmente suelen sufrirla más las mujeres que los hombres, siendo siempre más frecuente en las personas con tez clara, ya que suelen tener pieles más sensibles y una mayor predisposición a la vasorreactividad.

En cuanto a la edad, la sequedad empieza a hacerse notar en personas con más de 25 años, pero eso no quita que incluso los niños se puedan ver afectados.

“Las pieles más secas, finas y claras suelen ser más propensas al enrojecimiento cutáneo, ya que tienen menos glándulas sebáceas y, por lo tanto, la barrera protectora de la piel debilitada", explica Paula Armstrong Mateos, de los Laboratorios Darphin España. "Al ser más finas, visualmente se percibe la microcirculación más a la superficie de la piel”.

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No obstante, si se actúa a tiempo se podrán evitar afecciones de la piel mucho más graves en edades posteriores, como por ejemplo durante la menopausia, momento en el que este problema podría pasar a mayores con manchas o granos rojos, como la eritrosis, cuperosis o rosácea.

Lo más importante es usar siempre crema solar a diario para evitar la excesiva exposición al sol, disminuir la ingesta de alcohol y alimentos picantes, así como prestar atención a los cosméticos que usas.

También influye en gran medida el nivel de estrés que tengas y los factores emocionales y hormonales, al igual que determinadas enfermedades como la diabetes.

En conclusión, para evitar que te aparezcan rojeces en la piel con el frío, procura tener siempre la piel bien hidratada y protegida contra el sol, trata de limpiarla con leches o aguas micelares suaves y tonifícala con productos que no contentan alcohol para evitar irritaciones.

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