Macetas cósmicas: consiguen por primera vez en la historia cultivar una planta terrestre en muestras de suelo lunar

Berro de thale

 Alberto Salguero Quiles/Wikipedia

Por primera vez en la historia, una planta terrestre consigue sobrevivir y crecer en muestras de suelo lunar. Lo han conseguido investigadores de la Universidad de Florida, cuyo estudio ha sido publicado en la revista Communications Biology.

En el experimento se emplearon muestras de suelo lunar recolectado durante las misiones Apolo y la planta Arabidopsis thaliana, comúnmente llamada berro thale. Seleccionaron esta planta, comúnmente considerada una mala hierba o matojo, porque está ampliamente estudiada por miles de laboratorios a nivel genético.

También es una de las plantas más usadas en investigación espacial en las dos últimas décadas. Ha estado en la estación y el transbordador espacial, por lo se dispone de un gran volumen de datos tanto de la Tierra como del cosmos para comparar. 

Además, el berro de thale es físicamente pequeño y puede crecer en una pequeña cantidad de material. "Básicamente, cultivamos una planta en una muestra de un gramo de suelo lunar, casi lo mismo que una cucharadita llena", explica su principal autor a Interesting Engineering.

Para su estudio, los investigadores de la Universidad de Florida se sirvieron de 12 muestras con suelo lunar recabado en las misiones Apolo 11, 12 y 17 entre 1969 y 1972. Las contrapusieron con 16 muestras de cenizas volcánicas recolectadas en la Tierra, comparando el crecimiento de las plantas de berro thale en ambos tipos de muestras. 

A lo largo de un año entero, se monitorizó tanto el crecimiento como la composición genética de estos berros. 

Las plantas cultivadas en suelo lunar experimentaron un crecimiento lento y expresaron más genes de estrés

Los resultados arrojaron notorias diferencias entre las plantas cultivadas en ceniza volcánica terrestre y en suelo lunar. 

Aunque la composición mineral fue similar, muchas plantas del suelo lunar crecieron con la misma forma y color, pero otras mostraron pigmentos de color negro rojizo, que representan el estrés. El crecimiento también fue más lento y atrofiado.

Por otro lado, las plantas de color oscuro que crecieron en muestras de suelo lunar expresaron más de 1.000 genes de estrés. La planta Apolo 11 expresó 465 genes, y las muestras Apolo 17 y Apolo 12 expresaron 113 y 265 genes de estrés, respectivamente. 

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En el 71% de estos genes el estrés guardaba relación con la presencia de metales, compuestos de O2 altamente reactivos y sales. Únicamente crecieron aquellos berros cultivados en muestras de suelo lunar en las misiones de Apolo 12 y Apolo 17 lograron mostrar crecimiento. 

La planta de muestra del Apolo 11 no creció en absoluto. La hipótesis de los investigadores es que, en este caso, la muestra permaneció durante mucho más tiempo expuesta a la superficie lunar, por lo que pudo deteriorarse a causa del viento solar y a los rayos cósmicos.

El hallazgo más importante es concluir que es posible cultivar plantas en suelo lunar, pese a que este sea menos adecuado que las cenizas volcánicas debido a la composición química y la presencia de fragmentos metálicos.

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