La criogenización es una vía que ya han tomado más de 300 personas: así funciona este fenómeno

Mónica Redondo,
Criogenización
  • Los transhumanistas piensan que lo mejor está por llegar y no quieren perderselo y para ello piensan en la criogenización.
  • Es un proceso que tiene como objetivo que estas personas se conserven y puedan ser revividos en el futuro. 
  • Cerca de 2.000 personas han firmado un contrato para que permanezcan a 140 grados bajo cero una vez que sean declarados oficialmente muertos. Otras 350 ya están esperando a ser revividas.
  • Los precios para la criogenización del cuerpo entero oscilan entre los 25.000 y los 200.000 dólares
  • Por ahora, en España, la criogenización es un tema alegal.
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Cuando era un niño, Giulio Prisco pensaba de manera diferente que sus compañeros y compañeras de colegio. En ese momento él no lo sabía, pero sus ideas tenían un nombre: el transhumanismo. “Mejorar de forma radical la condición humana a través de la tecnología”. Esta es la descripción del escritor, futurista y promotor de este movimiento en Europa.

Algunas personas ven el pasado con melancolía y piensan en las épocas mejores. Para los transhumanistas, sin embargo, lo mejor está por llegar. Y no quieren perdérselo. Una de las maneras para conseguirlo es la criogenización. Del término criónica, del griego “kyros”, que significa “frío” o “helado”, describe la preservación de un ser humano a bajas temperaturas. El objetivo es que estas personas se conserven y puedan ser revividos en un futuro.

Actualmente, Prisco es socio de Cryonics Institute -una empresa estadounidense que ofrece estos servicios- y, para él, la razón para haber dado este paso es lógica. Cuenta para Hipertextual que con este método hay una posibilidad de burlar a la Muerte y sin la criogenización no hay ninguna. Sin embargo, por el momento ha decidido que no quiere que su cuerpo sea congelado.

“Soy de aquellos que piensan que, en un futuro lejano, tecnologías súperavanzadas y ‘mágicas’ permitirán revivir a todos los que se han muerto en el pasado”.

Parece algo sacado de una película de ciencia ficción aunque ha provocado una división entre los científicos que creen que este método puede cambiar la manera en la que percibimos el envejecimiento y los que siguen pensando que, al menos por ahora, es un cuento chino. Un cuento que hemos visto en varias películas como Eternamente joven, con Mel Gibson, y El Dormilón, de Woody Allen. Neveras del tamaño de un adulto o féretros a temperaturas bajo cero. Desde luego, da mucho juego.

Y también nos ha regalado muchas leyendas urbanas, como que Walt Disney está criogenizado y a la espera de ser resucitado. Es una mentira que ha recorrido medio mundo y todavía hay muchos que lo creen. Sin embargo, el creador de Mickey Mouse murió en 1966 por un cáncer de pulmón, fue incinerado y sus restos enterrados en el panteón de la familia en Los Ángeles.

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Sin embargo, más allá de fenómenos cinematográficos, es un método que se ha convertido en una opción para miles de personas. Específicamente, para las cerca de 2.000 que han firmado un contrato para que permanezcan a 140 grados bajo cero una vez que sean declarados oficialmente muertos. Otras 350 ya están esperando a ser revividas. ¿Cuándo? Y, sobre todo, ¿cómo volverán a la vida? Esa es la cuestión.

Me he muerto. ¿Y ahora qué?

Actualmente existen tres grandes empresas en el mundo que ofrecen la criogenización de lo que ellos prefieren llamar “pacientes” pero que los escépticos llaman “clientes”. Cryonics Institute es una de las más grandes del sector y fue fundada por Robert Ettinger, considerado como el “padre de la criogenización” por ser uno de los primeros que habló sobre este método. En Estados Unidos también está Alcor y, por último, KrioRus, con sede en Rusia.

Los precios para la criogenización del cuerpo entero oscilan entre los 25.000 y los 200.000 dólares, dependiendo de la empresa, del tipo de contrato de la persona que quiera iniciar el proceso, si cuenta con un seguro de vida o si ya es socio de la compañía que criopreservará su cuerpo. Pero ¿cómo empieza el proceso? Desde Estados Unidos, donde este método es legal, Dennis Kowalski, presidente de Cryonics Institute, explicó en entrevista con Hipertextual que es necesario que empiece minutos después de que se certifica oficialmente la muerte de la persona.

El método que utilizan, continuó Kowalski, es la vitrificación, el cual se utiliza para minimizar los daños que pueden causar los cristales de hielo durante la criopreservación al pasar los tejidos a estado vítreo. “Este es un proceso similar a cómo se almacenan los embriones humanos en laboratorios de fertilidad en todo el mundo. Sin embargo, la criónica involucra cuerpos adultos completos y considera a los cuerpos como pacientes”.

En palabras de Kowalski, las personas en criosuspensión están protegidas y esperan un viaje en una ambulancia hacia el futuro para llevarlos a un hospital donde serán revividos.

Revivir o no revivir, esa es la cuestión

A pesar de que no hay evidencia científica de que una persona pueda volver a la vida después de la muerte, los seguidores de la criogenización lo ven como algo completamente viable. Normalmente, las personas que quieren ser “congeladas” cuando su corazón deje de funcionar se mueven por dos motivos. El primero es el transhumanismo, del que ya hemos hablado anteriormente, y el segundo -y seguramente más común- es la esperanza de encontrar una cura para una enfermedad actualmente mortal.

Por ejemplo, un enfermo de cáncer puede querer criopreservarse después de su muerte para que, si en unos años existe un tratamiento, pueda ser revivido y curado.

“Es como si dijéramos que podemos parar nuestra vida, arreglar lo que no funciona y después volver a arrancar”, ejemplificó a Hipertextual Lluís Estrada, ex jefe de Neurofisiología en el Hospital Joan XXIII de Tarragona y presidente de la Sociedad Criónica en España. Está a favor de que al menos se intente si no hay otra opción y subrayó que la muerte no siempre es el final. “Es como si a un coche se le acaba la gasolina y se tira a la basura”, expuso.

Sin embargo, los retos para conseguirlo son muchos. Hasta ahora, se han hecho avances en la criogenización de gusanos, los Caenorhabditis elegans, en embriones -un método que se utiliza para la fecundación in vitro- y en riñones de conejos. “El reto es descriogenizar y en animales pequeños es perfecto, pero cuando el cuerpo es más grande se hace más complicado”, explicó Estrada.

Al “desvitrificar” un cuerpo humano de mayor tamaño y volúmen, uno de los retos es que se pueden formar núcleos de cristales de hielo que crecen cuando el cuerpo se calienta. “Se está investigando si se pueden utilizar ‘iceblockers’, unas moléculas que si en algún lugar se inicia un núcleo de hielo, se evita que crezca”.

Al respecto, Javier Cabo, especialista en Cirugía Cardiotorácica y Vascular, subrayó que hay una clara diferencia entre la criopreservación y la criogenización. El primer término, explicó, es un procedimiento real y contrastable en el que se somete a células, tejidos e incluso algunos órganos animales vivos, a condiciones de frío intenso con el objetivo de preservar su estructura orgánica de manera que pueda ser posteriormente descongelado.

"En cambio, la criogenización como tal se conoce como el método por el cual se somete a una persona o animal a condiciones de frío intenso con el objetivo de preservar su cuerpo en condiciones adecuadas para hipotéticamente y sin fundamento científico alguno, ser reanimado en el futuro".

La criogenización es por el momento un rito funerario más, aunque las personas que quieren someterse a este proceso sostienen sus argumentos en la esperanza de que algún día se consiga hacer lo que a día de hoy es imposible.

Imaginémonos por un momento que logramos encontrar la tecnología que nos permite revivir. ¿Cómo sería el estatus legal de esa persona? Estos retos legales todavía no están siendo discutidos porque volver a la vida después de ser criogenizado todavía forma parte de la ciencia ficción. Sin embargo, algunas personas están empezando a plantear los aspectos que se deberían tener en cuenta.

Francisco Manuel Lledó Yagüe es catedrático de derecho civil de la Universidad de Deusto y ha escrito varios artículos sobre los retos legales de la criogenización. En entrevista con Hipertextual, el experto afirmó que lo difícil es determinar qué condición le damos al revivido. Para ello, habría que plantear un nuevo estatuto para definir si esa persona conserva su nombre, su estado civil o su nacionalidad. “Porque no tenemos que olvidar que son personas que han sido certificadas como muertas. Se mueren y eso va al registro civil. No hay aspectos legales si vuelve a la vida porque jurídicamente es otra persona”.

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A pesar de que muchas científicos critican las técnicas de la criogenización, en Estados Unidos las empresas que ofrecen este servicio cuentan con todas las garantías legales porque sus clientes firman un contrato de donación de restos anatómicos. “No es un fraude porque en ningún momento las empresas prometen que vayan a revivirlos, se contempla como cuando donas tu cuerpo a la ciencia”.

Un billete a Arizona, sólo de ida

Lluís Estrada ha dado muchas charlas sobre criogenización y, a pesar de que es consciente de que son necesarios muchos avances científicos para conseguir que una persona se “discriogenice” y reviva, a él le gustaría someterse a este proceso cuando muera. Sin embargo, no lo tiene nada fácil si vive en España.

En el país, hay casos conocidos como el de Eulalia, una mujer que perdió a su hija con 21 años. Decidió criogenizarla y, en este momento, su cuerpo yace en esta ciudad estadounidense a la espera de que la tecnología y la ciencia avancen.

Otro caso es el de un hombre de 48 años que murió de un infarto. En ese caso, la familia decidió criogenizar solo su cerebro, que se encuentra en Cryonics Institute. Este método también es una opción para las personas que quieren criopreservarse. Los investigadores a favor de la criónica argumentan que el cerebro es la parte más importante del ser humano, nuestro disco duro. La meta es que este órgano pueda ser trasplantado a otro cuerpo y pueda seguir funcionando.

Sin embargo, y volviendo a la criogenización del cuerpo entero, la logística para llevarlos a Estados Unidos fue una tarea difícil pero, sobre todo, costosa. “En otros lugares como Inglaterra se empieza a criopreservar el cuerpo y luego se transporta. El sistema tiene garantías sanitarias suficientes pero en España exigen un embalsamamiento para que el cuerpo pueda salir del país, es absurdo”, criticó Estrada.

Alcor Life Extension Foundation es otra de las grandes empresas en Estados Unidos que se dedican a la criogenización. Desde Hipertextual, les preguntaron qué deberían hacer si qusieran criopreservarse desde aquí. Marji Klima, la directora de operaciones de la compañía, aclaró que no hay requisitos especiales para poder solicitar sus servicios. El primer paso sería completar una solicitud para convertirse en miembro. El coste para criogenizar el cuerpo entero es de 200.000 dólares, solo el cerebro cuesta 80.000. "La cantidad debería financiarse con un pago por adelantado o un seguro de vida", explicó Klima. Una vez que el tema del pago está solucionado, se firmaría el contrato y, a partir de ahí, ya formaríamos parte de la comunidad de Alcor.

Pero seguimos en España. Al respecto, Klima aseguró que cuentan con clientes de este país y que, en el caso de que uno de ellos falleciera, se transportaría el cuerpo a Arizona. Los costes del viaje recaen sobre el "paciente", aunque Alcor no dio detalles sobre cómo asegurarían que el cuerpo llegara en buen estado para ser criogenizado. Lo que sí comentó Klima es que, si uno de los miembros de la comunidad está enfermo y pueden estar cerca de necesitar los servicios de la empresa, se adelanten y se trasladen a Estados Unidos antes de su muerte.

En la frontera legal

Por ahora, en España, la criogenización es un tema alegal. Como no hay una regulación al respecto, no puede considerarse que se incumpla la ley. En el país existe una empresa dedicada a la criopreservación, aunque los retos para que inicie las operaciones parecen ser muchos. Con sede en Valencia, Cecryon está dada de alta como un servicio de pompas fúnebres y pide cerca de 200.000 euros por sus servicios. Su director, Javier Tapia, explicó en entrevistas con medios de comunicación que considera la criogenización como una manera más de acabar con la vida, en lugar del enterramiento o la incineración.

Según la información de su página web, Cecryon cuenta con la infraestructura para empezar a criopreservar animales o humanos, aunque no ha iniciado las operaciones en el país. Desde Hipertextual intentaron ponerse en contacto con la compañía a través de correo electrónico, solicitudes en la web y redes sociales, aunque no han recibido respuesta. Asimismo, solicitaron información en el registro mercantil sobre Cecryon y, según la información facilitada y actualizada este mes, la empresa está activa.

Sin embargo, al no recibir respuesta de ningún tipo, no han podido confirmar si Cecryon ya tiene clientes que hayan pagado la cantidad para ser criopreservada o si la empresa tiene previsto iniciar pronto las operaciones.

Criogenización y eutanasia, una fina línea

Comentábamos anteriormente que personas que sufren enfermedades mortales actualmente pueden decidir criogenizarse hasta que se encuentre una cura. Pero también toman la misma decisión muchos otros de edades avanzadas. En su caso, buscan la solución a un proceso por ahora inevitable: la vejez. Por ello, los avances de la criopreservación está también relacionada en algunos con la lucha contra el envejecimiento. Los retos para el sector criónico son, por ahora, muchos: encontrar la manera de “desvitrificar” a un ser humano sin causarle daños, conseguir revivirle, encontrar la cura para la enfermedad que padecía o, en otros casos, contra el envejecimiento.

Existe otro reto para las empresas que operan en Estados Unidos. A pesar de que este método es legal en el país, muchas personas llegan en muy mal estado para la criopreservación. En primer lugar, porque muchas veces no se llega a tiempo para iniciar la vitrificación como se debería y, en otros casos, porque la persona ha sufrido muchos daños antes de la muerte por enfermedades que padecía en vida.

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Javier Cabo resumió: "Para que en un futuro la criogenización de personas pudiera ser efectiva, debería de hacerse antes de que se produjera una muerte celular, una muerte biológica, es decir habría que hacerla en un ser vivo antes de la declaración oficial de muerte, con todas las implicaciones éticas y legales que ello supondría".

Por ejemplo, si una persona tiene un cáncer terminal y se encuentra en las últimas, la unidad de cuidados paliativos seda al paciente y, de esta manera, se le acompaña a una muerte sin dolor. La otra opción sería no esperar a que el enfermo muera, inducirle un coma e iniciar la criopreservación con la esperanza de que se encuentre la manera de revivirle y de curar su enfermedad. Esta posibilidad no es algo tan descabellado para Lluís Estrada y hasta lo ha planteado al Gobierno español.

El doctor compartió con Hipertextual la carta que han enviado al Ejecutivo para pedir que la criopreservación humana en la Ley de eutanasia, que plantea ser discutida próximamente. Estrada afirmó que todavía no han recibido respuesta y desde la Sociedad Criónica de España se han mostrado abiertos a asesorar al Gobierno. “En lugar de acompañar al enfermo hasta la muerte, se criogeniza antes. Legalmente se tiene que ver cómo se considera esa persona, si en coma, en suspensión vital o viva”, aclaró.

La criopreservación es un método cada vez más comentado y con cada vez más seguidores. Sin embargo, muchas personas critican a empresas como Cryonics Institute y las acusan de engañar a sus clientes. En total, 183 personas ya han sido criogenizadas en este centro estadounidense desde 1974, según datos proporcionados por Dennis Kowalski.

Sin embargo, el presidente de Cryonics niega que se intente sacar provecho de las personas que deciden criogenizarse y afirmó que la compañía es una organización sin fines de lucro con registros financieros abiertos. “Estamos autogobernados por nuestros miembros que eligen democráticamente a la junta directiva. El dinero tomado por la organización se invierte en un fondo de dotación que proporciona intereses para pagar el mantenimiento perpetuo de los cuerpos. Así es como hemos operado durante más de 40 años y estamos creciendo muy rápido a medida que las personas se dan cuenta de que somos una alternativa real y lógica a una muerte segura”.

 Este artículo ha sido publicado originalmente en Hipertextual.

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