Esta startup cultiva corazones en miniatura que laten en frascos: ¿para qué sirven?

Corazón en miniatura de laboratorio

Medera Biopharmaceutical

  • Los organoides cultivados en laboratorio sirven como plataforma para estudiar el avance de las enfermedades, probar nuevos tratamientos o reemplazar los experimentos con animales.
  • Ahora, la startup Medera Biopharmaceutical, con sede en Hong Kong y Estados Unidos, quiere cultivar en laboratorio corazones miniaturizados en frascos.
  • Estos minicorazones abaratarán costes con creces, acelerarán la búsqueda de fármacos y producirán resultados más confiablea. 
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Los avances científicos brindan la posibilidad de cultivar en laboratorio organoides que se parecen a tejidos, órganos humanos e incluso tumores específicos. Desde sofisticados estómagos en miniatura a cerebros con ojos capaces de ver, la medicina pisa el acelerador de la innovación para abrir las puertas a nuevos fármacos y pasos hacia delante en medicina regenerativa.

Ahora, le toca el turno a los corazones artificiales. Desarrollados por Medera Biopharmaceutical y metidos en frascos, estos tejidos cardiacos son más diminutos que la uña de un pulgar, pero funcionan solos, laten y pueden ser el trampolín a valiosos descubrimientos médicos. 

Tal y como recoge el medio Nikkei Asia, estos organoides pueden cambiar el modo en el que se prueban los medicamentos, acelerar el tiempo que tardan en llegar al mercado y eliminar a los animales de la ecuación, con la ventaja de generar resultados más confiables. 

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Loas trastornos cardiacos son muy difíciles de modelar en animales, por lo que estos corazones en frascos podrían simular de forma mucho más fiel la evolución y el tratamiento de la enfermedad.

Tradicionalmente, una farmacéutica puede tardar entre 8 y 10 años en desarrollar un fármaco, con un coste de unos 1.000 millones de dólares. Debido a los efectos secundarios negativos, 9 de cada 10 no llegan a hacer ensayos clínicos. 

Según los responsables de Medera, con sede en Hong Kong y Estados Unidos y fundada en 2014, el plazo podría bajar a 2 años y los costes, a la mitad. 

El concepto detrás del invento de la biotecnológica es extraer tejido de una persona viva y desarrollar minicorazones en laboratorio para probar la toxicidad de un tratamiento en órganos sanos o alterarlo para que tenga un trastorno cardiaco y medir la eficacia de una nueva medicina.

Su procedimiento para crear el órgano tarda 2 meses. 

La startup ya ha creado 300 minicorazones

Hasta la fecha, la startup ha producido 200 minicorazones, que están instalados en un dispositivo patentado que les da un latido cardíaco regular. 

Desde su creación, han recibido financiación de más de 100 millones de dólares de organizaciones y universidades, como la Asociación Estadounidense del Corazón y la Comisión de Innovación y Tecnología de Hong Kong.

Entre sus próximos pasos, la biotecnológica firmó con AstraZeneca un memorando de entendimiento para desarrollar medicamentos para el corazón destinados a pacientes con fracción de eyección conservada, una enfermedad en la que el ventrículo izquierdo del corazón no se llena bien de sangre.

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Desde Medera también trabajan con universidades con la finalidad de reducir los efectos secundarios como la miocarditis, un tipo de inflamación del corazón relacionada con las vacunas de ARNm para el COVID-19

"La capacidad de personalizar es extremadamente poderosa", destaca Ronald Li, cofundador de la compañía. Sus organoides cardiacos podrían reproducir el corazón de personas de diferentes lugares y etnias, tanto sanas como enfermas, e incluso con mutaciones genéticas particulares. 

En Estados Unidos y la UE hay aproximadamente 12 millones de pacientes con trastornos cardíacos.

Más órganos en miniatura

Los 100 miembros del personal de investigación y desarrollo de Medera no se quieren limitar a los corazones, sino crear un amplio espectro de órganos en miniatura como pulmones, riñones e hígados. 

La medicina regenerativa y personalizada, así como los ensayos de fármacos, podrían verse muy beneficiados de tener a su disposición pequeños órganos miniaturizados para proseguir su avance.

Además de iniciar su proceso de inversión estratégica y poner el ojo para cotizar en el Nasdaq en un futuro cercano, Medera también está detrás de un par de docenas de terapias preclínicas y clínicas.

Tienen 10 ensayos en curso de diferentes terapias génicas cardiovasculares, y 3 de ellos podrían llegar a su etapa final el próximo año. Por el momento, se desconoce qué compañías farmacéuticas forman parte de estas colaboraciones.

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