China sabía que el coronavirus podía convertirse en una pandemia a mediados de enero, pero durante 6 días aseguró públicamente que no existían pruebas de contagios entre humanos

Un póster del Presidente Xi Jinping en Shanghái.
Un póster del Presidente Xi Jinping en Shanghái.
  • China sabía que el nuevo coronavirus podía propagarse entre humanos y convertirse en una pandemia, pero mantuvo esa información oculta a ojos del resto del mundo durante seis días, según una investigación de Associated Press.
  • Un documento que resume una llamada realizada el 14 de enero a la que ha tenido acceso AP alertó a funcionarios de primer nivel del Gobierno chino sobre la transmisión de humano a humano, alertando de una posible pandemia.
  • En los siguientes seis días, China mantuvo su discurso público de que no existían evidencias de transmisión entre humanos. La Organización Mundial de la Salud se basó en esa información para dirigir su política y asesorar a otros países.
  • El presidente Xi Jinping acabó advirtiendo de la auténtica gravedad del virus el 20 de enero, el mismo día que un destacado epidemiólogo chino reveló en un programa de televisión las pruebas de la transmisión entre humanos.
  • El informe sostiene algunas de las acusaciones del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, en cuanto a que la OMS no verificó los datos de China.
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Cintillo especial Coronavirus

China ocultó al resto del mundo durante seis días que el nuevo coronavirus tenía visos de convertirse en una pandemia letal mientras sus gobernantes aseguraban en público que no había nada que temer, según una investigación de Associated Press publicada este miércoles. 

Un memorándum al que ha tenido acceso AP sobre una llamada telefónica que mantuvo Ma Xiaowei, presidente de la Comisión Nacional de Sanidad, con diferentes autoridades provinciales el pasado 14 de enero, advertía que "la transmisión entre humanos era posible" y que "todas las localidades deben estar preparadas y responder a una pandemia".

Se suponía que esa llamada estaba ideada para transmitir órdenes directas sobre la gestión del coronavirus del presidente Xi Jinping a otros altos cargos del gobierno chino, según explica AP

Pero en los seis días posteriores a esa conversación las autoridades sanitarias chinas sostuvieron públicamente que el riesgo representaba un riesgo bajo para la población. 

Xi en Pekín el 10 de febrero.
Xi en Pekín el 10 de febrero.Xinhua via REUTERS

La Comisión de Salud Municipal de Wuhan sostuvo el 14 de enero, el mismo día que se produjo esa llamada, que "no había encontrado pruebas de transmisión entre humanos".

Al día siguiente, Li Qun, director del Centro de Emergencias del Centro Chino para el Control y Prevención de Enfermedades, explicó en la televisión estatal que "el riesgo de la transmisión entre humanos es bajo", recuerda AP.

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En ese momento la Organización Mundial de la Salud, que depende de los países para recopilar los datos sobre las enfermedades, tomó la palabra a China y ofreció el mismo consejo al resto de países de todo el mundo.

"Las investigaciones preliminares llevadas a cabo por las autoridades chinas no han encontrado pruebas claras de la transmisión de persona a persona", llegó a tuitear la OMS el 14 de enero. 

La OMS no ha respondido a las preguntas enviadas por Business Insider sobre este asunto.

En aquel momento, los países de Asia meridional estaban prestando atención a los consejos de la OMS sobre cómo prepararse ante el coronavirus, que ya se había propagado a Tailandia.

Los gobiernos de todo el mundo también estudiaban qué medidas preventivas debían aplicar y miraban de cerca los pasos que iba tomando China. Y durante seis días, las autoridades del país asiático sugirieron que no hacía falta hacer nada, concluye la investigación de AP. 

Pasajeros en la estación de ferrocarril de Hankou en Wuhan, China, el 8 de abril, después de que las autoridades levantaran el aislamiento de la ciudad tras 76 días.
Pasajeros en la estación de ferrocarril de Hankou en Wuhan, China, el 8 de abril, después de que las autoridades levantaran el aislamiento de la ciudad tras 76 días.

Fue el 20 de enero cuando el presidente Xi Jinping acabó pidiendo a los ciudadanos que practicaran el distanciamiento social y evitaran los viajes, justo el mismo día en el que un epidemiólogo chino, Zhong Nanshan, explicó a la televisión estatal que el virus, en realidad, se estaba contagiando entre humanos.

En los seis días en los que China mantuvo oculta esta información se contagiaron más de 3.000 personas, justo en un momento trascendental por la proximidad con el Año Nuevo Lunar, la fiesta más importante de China, cuando millones de personas viajan por todo el país para volver a casa a reencontrarse con sus familias.

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Si el 14 de enero las autoridades chinas hubieran recomendado a la gente quedarse en casa, llevar mascarillas y evitar en la medida de lo posible los viajes, los casos se habrían reducido en alrededor de un 66%, según concluyó una investigación publicada el 13 de marzo por científicos de la Universidad de Southampton, en Reino Unido. Ese estudio, eso sí, no ha pasado la revisión por pares de las publicaciones científicas.

"Si hubieran tomado medidas seis días antes, habría habido muchos menos pacientes y las instalaciones médicas no se hubieran desbordado", ha explicado Zuo-Feng Zhang, epidemiólogo de la Universidad de California en Los Ángeles, a AP. "Podríamos haber evitado el colapso del sistema médico de Wuhan".

Pasajeros esperando un tren a Wuhan en la estación de tren de Pekín Oeste el 20 de enero, antes del Año Nuevo Lunar.
Pasajeros esperando un tren a Wuhan en la estación de tren de Pekín Oeste el 20 de enero, antes del Año Nuevo Lunar.

El 20 de enero, China había informado de 224 casos de coronavirus, pero los expertos han afirmado que el número real probablemente sea sustancialmente mayor.

El 17 de enero, Wuhan había informado oficialmente de unos 50 casos, pero es probable que hubiera 35 veces más, según cálculos del Imperial College de Londres.

El primer caso de coronavirus reportado fuera de China —el 13 de enero en Tailandia— fue lo que acabó impulsando al gobierno chino a tomar medidas internas para detener el brote, según AP.

Ese caso espantó a los dirigentes chinos, pero aparentemente no fue suficiente para alertar a la OMS.

Xi saluda a los ciudadanos en cuarentena en Wuhan el 10 de marzo.
Xi saluda a los ciudadanos en cuarentena en Wuhan el 10 de marzo.

En realidad, ya el 6 de diciembre algunos médicos de Wuhan habían planteado su inquietud ante la posibilidad de que la gente pudiera contagiarse del virus a través de otras personas.

Quizás el más famoso de ellos fuera Li Wenliang, que comenzó a compartir datos preocupantes con sus colegas médicos pero fue silenciado por la policía de Wuhan y obligado a firmar una confesión diciendo que había mentido. Acabó muriendo por coronavirus, desatando una oleada de protestas en las redes sociales chinas contra la censura estatal.

Mientras las autoridades de Wuhan se dedicaban a aplastar las advertencias de Li, las autoridades sanitarias de China se estaban movilizando en secreto.

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El 15 de enero, siguiendo las instrucciones del residente de la Comisión Nacional de Sanidad, China activó una respuesta interna de "nivel uno", el nivel de respuesta más alto posible.

Durante la semana siguiente, responsables de ese organismo viajaron por todo el país para preparar a los trabajadores sanitarios, reunir recursos, recopilar todos los datos posibles sobre el virus y supervisar las pruebas que se realizaban en los laboratorios, según AP. A los aeropuertos y estaciones de trenes y autobuses de Hubei, la región de la que es capital Wuhan, se les ordenó comprobar la temperatura de todos los viajeros.

Pero fuera de esa burbuja, los más de 1.000 millones de ciudadanos chinos y el resto del planeta siguieron con sus vidas como de costumbre, sin saber que se avecinaba un desastre. 

El Director General de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, el 6 de abril.
El Director General de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, el 6 de abril.AFP via Getty Images

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha acusado en repetidas ocasiones a la OMS por no haber hecho nada en relación a la crisis del coronavirus y no haber verificado lo suficiente la respuesta de China.

Este mismo martes Trump ha anunciado que retiraría los fondos que Estados Unidos destina al organismo, criticando que el organismo "aceptó de buen grado las garantías ofrecidas por China" y se dedicó a "defender las acciones del gobierno chino, incluso elogiando a China por su supuesta transparencia".

Los directivos de la OMS han elogiado en varias ocasiones la respuesta de China a la crisis. El 29 de enero su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo que China "en realidad ayudó a prevenir la propagación del coronavirus a otros países".

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Ese mismo día, Michael Ryan, director ejecutivo del programa de emergencias sanitarias de la OMS, aseguró que China estaba haciendo "las cosas bien" y que la OMS "no había detectado pruebas de falta de transparencia".

Durante la crisis del coronavirus las autoridades chinas intentaron censurar información, silenciando a periodistas, médicos y publicaciones en internet que criticaban al Gobierno.

La OMS declaró elevó la advertencia sobre el coronavirus el 11 de marzo, calificándolo como una pandemia.

Hasta este miércoles más de 128.000 personas han muerto en todo el mundo a causa del coronavirus y más de 2 millones se han contagiado

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