El coronavirus dispara la pobreza en España: 1 de cada 10 tienen muchas dificultades para llegar a fin de mes y ya hay 3,3 millones de personas con carencias severas

En los primeros meses de la pandemia, el Banco Mundial auguró que unos 60 millones de personas en todo el mundo se verían empujadas a la pobreza extrema por el coronavirus. Un año después, las primeras cifras oficiales de 2020 permiten comprobar hasta qué punto se han cumplido estas previsiones, como en EEUU, donde un estudio de las universidades de Notre Dame, Chicago y Zheijang (China), refleja que 8 millones de estadounidenses cayeron en la pobreza el año pasado.

Mientras, en España, el impacto del coronavirus ha provocado el aumento de población en riesgo de pobreza o exclusión social, conocido como tasa AROPE, que ha pasado del 25,3% en 2019 al 26,4% en 2020, lo que implica que 12,4 millones de españoles están en riesgo de pobreza, de sufrir carencias materiales o baja intensidad en el empleo, según la Encuesta de Condiciones de Vida correspondiente al año pasado que acaba de publicar el Instituto Nacional de Estadística.

El INE atribuye este incremento de la tasa AROPE al empeoramiento de 2 de sus 3 componentes, dado que el porcentaje de población que sufre carencias materiales severas ha crecido 2,3 puntos porcentuales el año pasado hasta alcanzar al 7% de la población residente y el riesgo general de pobreza ha aumentado 3 décimas, hasta el 21%, mientras que la baja intensidad laboral bajó 9 décimas hasta el 9,9%.

Esas cifras implican que la población que subsiste con carencias materiales severas ha pasado de 2,2 millones de personas en 2019 a 3,3 millones en 2020, mientras que el riesgo general de pobreza afecta a 9,9 millones de residentes en España, unos 150.000 más que el año anterior. Sin embargo, ambos indicadores siguen todavía por debajo de los alcanzados durante la pasada crisis.

España es el cuarto país desarrollado que más ha ahorrado durante la pandemia, aunque gran parte de ese ahorro está en manos de los más acomodados

Así, la tasa AROPE alcanzó su máximo en 2014, situándose en el 29,2%, 2,8 puntos porcentuales más que en 2020, al igual que el riesgo de pobreza, que tocó techo también en 2014 con un 22,2%, 1,2 puntos más que el año pasado, mientras que la tasa de carencias materiales severas está solo una décima por debajo del tope máximo en el que se situó hace 7 años.

Al analizar los componentes de las carencias materiales severas, al menos 2 de ellos han alcanzado sus máximos históricos debido al coronavirus, como muestra la gráfica anterior, en la que se revela que la población que acumula retrasos en pagos de sus vivienda o compras está 1 punto porcentual por encima del anterior récord de 2014, mientras que el porcentaje que no puede permitirse comer carne o pescado al menos una vez cada 2 días supera en 1,6 puntos el máximo alcanzado en 2019.

En cuanto a las dificultades económicas, pese a su aumento durante la pandemia, sus niveles están muy por detrás de los que ostentaban entre 2011 y 2016, aunque el porcentaje de población que tiene muchas dificultades para llegar a fin de mes ha aumentado 2,2 puntos hasta el 10%, mientras que un 35,4% no puede afrontar gastos imprevistos, 1,5 puntos más que en 2019, y un 34,4% no se puede permitir vacaciones fuera de su casa al menos una semana al año, un punto más.