Si el coronavirus no acaba con la humanidad, el cambio climático sin duda lo hará: varios líderes mundiales alertan de un apocalipsis medioambiental

Luis Rodríguez
Una protesta en Madrid que pide acciones políticas para frenar el cambio climático.
  • Durante última reunión de las Naciones Unidas, varios líderes mundiales han dado la voz de alarma para aquejar una crisis climática que, aseguran, es incluso más peligrosa que la del coronavirus.
  • Esta situación, defienden mandatarios de la AOSIS (Alianza de los pequeños Estados insulares) y la PMA (Países Menos Adelantados), podría desembocar en un "apocalipsis medioambiental" del que no hay vuelta atrás.
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A la vez que Siberia registra la temperatura más alta del año, Groenlandia pierde una inmensa cantidad de casquetes polares, más que nunca en la historia conocida. Un poco al suroeste, Canadá cada día se hunde más en el océano y, al mismo tiempo, los líderes mundiales se reúnen en la sede de las Naciones Unidas (ONU) para dejar clara una cosa: si el COVID-19 no acaba con la humanidad, el cambio climático sin duda lo hará.

Cuando esta misma reunión se celebraba el año pasado, los mandatarios consensuaron que 2020 sería "el año en que recuperaremos el planeta", pero la pandemia de coronavirus inevitablemente terminó por desviar la atención como la principal prioridad a erradicar. No obstante, que ya no cope titulares no quiere decir que haya dejado de existir.

De hecho, la situación es cada vez más apremiante para la Alianza de Pequeños Estados Insulares (AOSIS) y el grupo de Países Menos Adelantados (PMA), que aseguran ser testigos de "una especie de apocalipsis medioambiental" que, de no ponerle freno, acabará con sus regiones antes de 75 años.

Una amenaza mayor que la del COVID-19

coronavirus

Aunque el coronavirus haya terminado por convertirse en el factor común en todo el mundo, todavía quedan espacios limpios de la enfermedad. Uno de ellos es Palaos, un pequeño país insular de Oceanía en constante riesgo de quedar sumergida por el aumento del nivel del mar. Otro es Tuvalu.

La isla del Pacífico, con poco más de 11.500 habitantes, se encuentra libre de COVID-19 dado que la pandemia surgió a la vez que los devastadores ciclones tropicales, por lo que el tráfico extranjero fue mínimo. Su problema es más bien otro: el punto más alto del país —de no más de 26 km cuadrados—, se encuentra a apenas unos pocos metros sobre el nivel del mar, al menos hasta que termine por inundarlo por completo.

Su situación se repite en la mayoría de poblaciones del Pacífico, pero también en muchas de las costas continentales a uno y otro lado del Atlántico. El cambio climático, así, presenta "la mayor amenaza para los medios de vida, la seguridad y el bienestar de muchos pueblos a largo plazo" incluso por encima del coronavirus, señalan los líderes afectados en palabras de David Kabua, presidente de las Islas Marshall.

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Por su parte África, el continente más perjudicado por las epidemias y riesgos sanitarios de los últimos años, también ha pedido una llamada de auxilio... para enfrentar a la crisis medioambiental. El presidente de Nigeria, Issoufou Mahamadou, arguye que favorecer las políticas de sostenibilidad "es también preservar la salud de los pueblos".

En su caso, los científicos estiman que en el sur de la región del Sahara la temperatura aumentará 1,5 veces más que la media mundial en los próximos años, acrecentando todavía más la crisis climática que vive el continente.

Incluso el presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, precisa que "nuestro hogar global que estaba lleno de millones de especies" se está muriendo lentamente y ahora el mundo "anhela que detengamos su ruina".

Sus réplicas por ayuda y responsabilidad global son apoyadas también por la comunidad científica y naturalista. Sir David Attenborough, un conocido divulgador británico experto en cambio climático, asegura que el mundo se dirige hacia su destrucción masiva por los efectos medioambientales mucho más que por la gestión del COVID-19. A sus ojos, la humanidad podría llegar al año 2100 con demasiados escenarios de crisis para salvar el planeta. Si llega.

La Tierra, dice Attenborough, se está desvaneciendo poco a poco y deja pistas por todas partes. Si no se toman medidas inmediatas —haya o no una pandemia mundial en curso—, la humanidad no sobrevivirá.

"Todos somos refugiados climáticos"

Jeffrey D. Sachs
Jeffrey D. Sachs

El año pasado, el economista y profesor estadounidense Jeffrey D. Sachs, conocido por haber sido asesor de tres secretarios generales de la ONU, líder del Instituto de la Tierra y director del Centro para el Desarrollo Sostenible de la Universidad de Columbia, dio la voz de alarma una vez más para aquejar la crisis climática.

Este economista considera que la conversación en torno al cambio climático ya no puede ser si se cree en él o no. Hoy, según Sachs, "todos somos refugiados climáticos y debemos trazar un camino hacia la seguridad". Así, el experto asegura que sus esperanzas para resolver la crisis climática están puestas en Europa. 

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"Separando la naturaleza de la economía es cómo hemos entrado a ciegas en la tragedia", analiza Sachs, quien defiende que la política económica debe combinarse con el clima y la tecnología "si queremos tener alguna opción de salvarnos".

Desde su punto de vista, Sachs considera que las compañías que no apoyen los objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas se encontrarán con problemas de rentabilidad: "Numerosas empresas obtienen beneficios a partir de otras compañías con prácticas que no son sostenibles". 

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