Los científicos han descubierto una relación aún más estrecha entre el coronavirus y un virus en murciélagos: otra prueba de que saltó a humanos de manera natural, igual que otros virus

Una investigadora con una máscara facial protectora sostiene un murciélago.
Una investigadora con una máscara facial protectora sostiene un murciélago.Benjamin P. Y H. Lee/BMC Ecology Image Competition
  • Algunas teorías sobre el nuevo coronavirus sugerían que este podría haberse propagado desde un laboratorio de investigación chino, pero hay pocas evidencias que lo apoyen.
  • Múltiples estudios sugieren que el virus está más estrechamente relacionado con otros coronavirus encontrados en murciélagos.
  • Así que es mucho más probable que el SARS-CoV-2 se haya propagado naturalmente de murciélagosa humanos.
  • Esta no sería la primera vez que se produce un contagio entre especies, y los expertos no creen que sea la última.
    El Ébola, el SARS, el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio y el Nipah son enfermedades zoonóticas que se extendieron de forma natural en el pasado.
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Cuando las autoridades chinas informaron por primera vez de un brote de un nuevo coronavirus, varios científicos especializados en enfermedades rondaron la misma idea: la historia se repite.

La pandemia COVID-19 es el último ejemplo de un fenómeno ya más que evidente —los virus suelen saltar de un animal huésped a los humanos.

Este tipo de salto entre especies, conocido como un evento de derrame, también condujo a brotes de Ébola y al síndrome respiratorio agudo severo (SARS) de 2002. Ambos se originaron en los murciélagos, y la investigación genética casi ha confirmado lo mismo para el nuevo coronavirus identificado en 2019.

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En un estudio publicado en febrero en Nature, se determinó que el nuevo virus, cuyo nombre científico es SARS-CoV-2, comparte el 96% de su código genético con un coronavirus llamado RaTG13 que circula entre murciélagos chinos.

Esta semana, los investigadores encontraron una coincidencia aún más cercana: un estudio de la revista científica Current Biology describe un coronavirus previamente desconocido llamado RmYN02 que es 97.1% similar al SARS-CoV-2, que se había identificado en la provincia china de Yunnan entre mayo y octubre de 2019.

Sin embargo, a pesar de estas coincidencias, ninguno de estos virus es el ascendiente directo del nuevo coronavirus. Las grandes preguntas sobre dónde y cuándo empezó exactamente el brote han dado lugar a una serie de teorías sin fundamento.

"Desde el descubrimiento del SARS-CoV-2 ha habido una serie de sugerencias infundadas de que el virus se desarrolló originalmente en un laboratorio", detalla Weifeng Shi, el autor principal del reciente estudio, en un comunicado de prensa. Asimismo, añade que el descubrimiento del RmYN02 proporciona "una fuerte evidencia contra la idea de que el SARS-CoV-2 se haya escapado de un laboratorio".

Aunque no es imposible que esto suceda con una muestra almacenada de un coronavirus de murciélago, es mucho más probable que este haya saltado de forma natural de murciélagos a una especie intermedia antes de abrirse camino en nuestra población. Algo que se espera que vuelva a ocurrir en los próximos años, según las advertencias de varios investigadores de enfermedades infecciosas.

En el pasado ya han tenido lugar muchos otros contagios entre especies

Técnicos con trajes de protección sacrifican aves de corral en un mercado mayorista avícola, donde se detectó el virus de la gripe aviar H7N9 en muestras de palomas, en Shanghai, el 5 de abril de 2013.
Técnicos con trajes de protección sacrifican aves de corral en un mercado mayorista avícola, donde se detectó el virus de la gripe aviar H7N9 en muestras de palomas, en Shanghai, el 5 de abril de 2013.REUTERS/Stringer

Los expertos coincidían desde mucho tiempo en que la próxima pandemia era sólo una cuestión de cuándo, no de si sucedería.

"El mundo necesita prepararse para las pandemias de la misma manera en la que se prepara para una guerra", reiteraba Bill Gates durante una conferencia en 2018. "Si la historia nos ha enseñado algo, es que habrá otra pandemia global mortal".

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Asimismo, Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, en 2017 señaló la inevitabilidad de un "brote sorpresa" de una nueva enfermedad.

"No hay duda de que habrá un desafío para la próxima administración en el ámbito de las enfermedades infecciosas", reconocía Fauci durante un discurso en 2017 en la Universidad de Georgetown, Washington, destacando específicamente la amenaza de enfermedades desconocidas.

"De lo que estamos sumamente convencidos es que vamos a ver esto en los próximos años", insistía.

Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas de EEUU, escucha la sesión informativa diaria sobre el coronavirus de la Casa Blanca el 17 de abril de 2020.
Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas de EEUU, escucha la sesión informativa diaria sobre el coronavirus de la Casa Blanca el 17 de abril de 2020.Alex Wong/Getty Images

Tres de cada 4 enfermedades infecciosas nuevas vienen de otras especies; estos patógenos se conocen como enfermedades zoonóticas.

La pandemia de gripe H1N1 que tuvo lugar entre 2009 y 2010 —la gripe porcina— empezó en los cerdos y luego mató a casi 300.000 personas. La gripe aviar fue fruto del contagio de individuos con trato directo con aves de corral infectadas. Y es probable que otras cepas de gripe pandémica, como la "gripe asiática" de 1957 y la pandemia de Hong Kong de 1968, también hayan empezado en las aves.

En los últimos 45 años, al menos 4 epidemias —incluyendo el SARS de 2002— se han remontado hasta los murciélagos.

"Los murciélagos y las aves se consideran especies de reservas de virus con potencial pandémico", explicita Bart Haagmans, virólogo del Centro Médico Erasmus de Rotterdam, Holanda, a Business Insider.

Comparación del coronavirus SARS-CoV-2 con otros virus importantes.

Los investigadores rastrearon el coronavirus SARS de 2002 hasta una población de murciélagos de herradura (Rhinolophus) en la provincia china de Yunnan; el cual lo contrajeron los humanos por el contacto con gatos de civeta —una criatura parecida a un gato— en un mercado húmedo de Guangdong. Este causó la muerte a 774 personas e infectó a más de 8.000 en 8 meses.

El síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS), también un coronavirus, pasó de los murciélagos a los camellos dromedarios. Circuló entre la población de camellos sin ser detectado durante décadas antes de saltar a los humanos en 2012. Y hasta ahora, 858 personas han muerto en 28 países con dicha enfermedad, que se caracteriza por fiebre, tos y dificultad para respirar —síntomas similares al COVID-19.

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En el sudeste asiático, los murciélagos frugívoros fueron los anfitriones originales del mortal virus Nipah, que surgió en Malasia en 1998, y luego nuevamente en la India en 2001. Los murciélagos lo transmitieron a los cerdos de granja, que fueron los huéspedes intermedios de los humanos. Los pacientes experimentaban dolores de cabeza y vómitos; muchos cayeron en coma y murieron.

Igualmente, los murciélagos frugívoros de África han desempeñado un papel importante en los brotes de Ébola. Sin embargo, el peor brote de Ébola de la historia se produjo en una población de murciélagos de dedos largos. Más de 11.000 personas fallecieron durante la epidemia que tuvo lugar entre 2013 y 2016.

Los murciélagos son portadores prolíficos de virus

Un murciélago de herradura mayor, familiar de la especie de murciélago Rhinolophis sinicus de China y huésped original del SARS.
Un murciélago de herradura mayor, familiar de la especie de murciélago Rhinolophis sinicus de China y huésped original del SARS.De Agostini/Getty

Los científicos estiman que hay unas 1.400 especies de murciélagos vivos.

"La gran cantidad de murciélagos vivos también implica que albergan una gran diversidad de virus", dice Nancy Simmons, conservadora del departamento de mamología del Museo Americano de Historia Natural, durante una rueda de prensa el pasado 22 de abril.

Los murciélagos albergan una proporción significativamente mayor de virus que otros mamíferos, según un estudio llevado a cabo en 2017. De hecho, otro de los publicados en 2019 encontró que los murciélagos portan más de 200 coronavirus.

Leer más: 11 enfermedades que pueden transmitirse de animales a humanos

Son los anfitriones ideales si eres un virus porque vuelan a través de grandes rangos geográficos, transportando enfermedades a medida que avanzansin enfermarse ellos mismos. Los transmiten a otras especies a través de sus heces o saliva, y los intermediarios involuntarios pueden transmitir el virus a los humanos de la misma manera.

Y, un estudio publicado en marzo de 2019 —más de 10 meses antes de identificar al SARS-CoV-2— predijo que los murciélagos serían la fuente de un nuevo brote de coronavirus en China.

"Es muy probable que los futuros brotes de coronavirus similares al SARS o al MERS se originen en murciélagos, y hay una mayor probabilidad de que esto ocurra en China", detallaban los investigadores en ese momento.

Esto se debe a que la mayoría de los coronavirus —los que afectan a los humanos y animales— se pueden encontrar en China, y muchos murciélagos "viven cerca de los humanos en China, transmitiendo potencialmente los virus a los humanos y al ganado", explican los autores.

Cada año, millones de personas están expuestas a los virus zoonóticos

Peter Daszak, presidente de EcoHealth Alliance, una organización no gubernamental con sede en Nueva York, dijo a NPR en abril que sus colegas han encontrado que hay de 1 a 7 millones de personas expuestas a virus zoonóticos en el sudeste asiático cada año.

"Ese es el trayecto. Es tan obvio para todos los que trabajamos en el campo", reconoce.

Funcionarios del Gobierno de Guangzhou capturan gatos de civeta en el mercado de fauna silvestre de Xinyuan para prevenir la propagación de la enfermedad del SARS, 5 de enero de 2004.
Funcionarios del Gobierno de Guangzhou capturan gatos de civeta en el mercado de fauna silvestre de Xinyuan para prevenir la propagación de la enfermedad del SARS, 5 de enero de 2004.Dustin Shum/South China Morning Post via Getty

Dennis Carroll, exdirector de la sección de amenazas emergentes de US AID, recalcó también a la revista Nautilus Magazine en marzo que la investigación de la EcoSalud Alliance sugiere que estamos viendo un aumento de los eventos de derrame 2 o 3 veces mayor que lo que vimos 40 años antes —debido a la creciente población humana y a la forma en la que invadimos zonas salvajes.

"El mayor predictor de eventos de derrame es el cambio de uso de la tierra; más tierra destinada a la agricultura y más específicamente a la producción ganadera", confiesa Carroll, quien añade que cualquier amenaza futura que vayamos a enfrentar, ya existe y circula en la vida silvestre.

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