El ingenioso truco para que el uso de mascarillas médicas sea más cómodo para profesionales sanitarios y trabajadores esenciales

Una de las diademas en acción.
Una de las diademas en acción.
  • En todo el mundo se han multiplicado las personas que están cosiendo mascarillas en medio de la pandemia del coronavirus, sea para utilizarlas para bajar a la calle a hacer la compra o para enviarlas a profesionales sanitarios, trabajadores esenciales y colectivos vulnerables.
  • El ingenioso invento de una mujer de Nueva York para intentar acabar con la incomodidad de llevar una mascarilla médica durante varias horas se ha viralizado en Estados Unidos.
  • Hayley Alden coloca botones en diademas para el pelo para que se enganchen ahí —y no en las orejas— las tiras de las mascarillas médicas. Ella ya ha donado centenares de estas diademas a trabajadores de Estados Unidos, pero se pueden hacer fácilmente en casa.
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Cintillo especial Coronavirus

La estampa se repite en España, Italia, Francia o Estados Unidos. Miles de personas cosen en casa mascarillas en tiempos de confinamiento; a veces lo hacen para uso propio con el objetivo de protegerse a la hora de ir al supermercado y en otras ocasiones, es todo un acto de bondad, ya que destinan horas para fabricar mascarillas destinadas a trabajadores esenciales que están ahora mismo en la primera línea de la lucha contra la pandemia del coronavirus.

Algunas personas incluso están creando máscaras para la cara fabricadas a partir de bufandas, camisetas o incluso calcetines con otro objetivo en mente: preservar los codiciados equipos de protección individual para los trabajadores del sector sanitario.

Hayley Alden, una joven de 22 años residente en la ciudad de Victor (Nueva York, Estados Unidos), tuvo una idea similar mientras estaba en casa: utilizar su pasión por las manualidades para ayudar a los profesionales médicos en un momento trascendental.

Después de escuchar que una enfermera, pariente de su novio, tenía heridas y arañazos detrás de las orejas por llevar una máscara facial durante unas 12 horas al día, Alden supo que quería ayudar, explica a Business Insider.

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Junto con la madre y la abuela de su novio, creó una solución: una cinta para el pelo que podría ayudar a aliviar algunas de estas molestias.

El accesorio contiene dos botones cosidos a una diadema elástica. En vez de las orejas, los botones son los que sostienen la máscara facial, haciéndola un poco más agradable para los médicos, enfermeras y otros trabajadores que la llevan durante horas o incluso durante todo el día.

En vez de apoyarse en la oreja, las bandas de la mascarilla se ajustan a cada botón.
En vez de apoyarse en la oreja, las bandas de la mascarilla se ajustan a cada botón.

"A través de prueba y error, llegamos a la forma de colocar los botones para que sean cómodos en la cabeza de cada persona", explica Alden. "Así que hicimos 10 o 20 de ellos para compartir con las enfermeras locales, y pensé, '¿Por qué no poner algo en Facebook para cualquiera en el área que las quiera?'".

Después de recibir comentarios positivos a nivel local en Facebook, Alden realizó un llamamiento en Twitter el pasado sábado mostrando el diseño de la diadema y ofreciendo enviar los accesorios a los trabajadores sanitarios, o a personas que conozcan a los trabajadores esenciales, de forma gratuita.

Y en cuatro días, Alden ha recibido miles de mensajes en Twitter de gente que ha pedido las diademas.

Los botones de cada cinta del pelo evitan que las orejas se irriten.
Los botones de cada cinta del pelo evitan que las orejas se irriten.

Los materiales para fabricar la diadema le cuestan a Alden unos 2 dólares, y el envío postal normalmente suma otro dólar. Ella, hasta ahora, ha conseguido recaudar 5.000 dólares tanto de la gente de su comunidad como de los usuarios de Twitter.

"De verdad parece que hemos comprado todas las diademas que tienen en Walmart, Target, CVS y las farmacias locales", explica Alden.

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Ella calcula que ha enviado alrededor de 200 diademas más allá del estado de Nueva York, logrando que su invento se distribuya por la mitad del país. Alden explica que con la ayuda de Facebook y Nextdoor, que establece comunidades a nivel de barrios, ahora mismo cuenta con un equipo de 13 voluntarios en su ciudad para fabricar todas estas diademas.

Una foto que Alden tomó de su puesto de trabajo.
Una foto que Alden tomó de su puesto de trabajo.

Además de las ingeniosas diademas, cada paquete que Alden y su grupo de voluntarios envían incluye un mensaje de ánimo escrito a mano.

"El mensaje original [que escribíamos] era 'Estamos aquí para ayudar en todo lo que podamos'", explica Alden. "Solo queremos agradecer a todos los sanitarios, estén sentados en un escritorio o trabajando durante 12 horas y media al día". 

Alden también escribe mensajes de ánimo.
Alden también escribe mensajes de ánimo.

Mientras Alden se pone al día con cientos de envíos de diademas, por el momento ha interrumpido las nuevas peticiones. Sin embargo, afirma que las personas que quieran ayudar -ya sea reproduciendo el diseño para que ellos mismos lo donen a organizaciones o trabajadores locales, o pensando en una solución creativa propia- deben saber que los proyectos aparentemente pequeños son más importantes que nunca, y que no siempre necesitan suministros o recursos caros.

"Echar una mano a cualquiera durante este tiempo ayuda", afirma Alden. "Es sorprendente que algo que parece tan pequeño realmente vaya tan lejos".

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