Bajo coste y vuelos ejecutivos: la receta para conseguir que despegue el segundo aeropuerto de Madrid

Mar Nuevo,
Chica con la maleta y el pasaporte en el aeropuerto

Mientras continúa el debate sobre la necesidad o no de un nuevo aeropuerto en Madrid, la empresa promotora Air City Madrid Sur acelera los trámites para la puesta en marcha de una infraestructura que, según sus cálculos, operará 50.000 vuelos anuales con siete millones de pasajeros a los diez años de su puesta en funcionamiento en 2023.

Su receta para el éxito pasa por un mix de vuelos low cost y aviación ejecutiva, así como por crear un aeropuerto “muy práctico desde el punto de vista funcional”, con una terminal de una única planta, de fácil movilidad y en la que los espacios "estén muy optimizados y no generen grandes pérdidas de tiempo ni grandes paseos para los usuarios".

148 millones de inversión privada

El consejero delegado de Air City Madrid Sur, Javier Ruedas, ha dado a conocer nuevos detalles del proyecto, que se realizará a partir de la ampliación del actual aeródromo de Casarrubios-El Álamo, a caballo entre Castilla-La Mancha y la Comunidad de Madrid, con una inversión inicial de 148 millones de euros de capital privado.

En declaraciones a EFE, Ruedas señaló que este futuro aeropuerto abrirá “el abanico de conexiones” gracias a la implantación de aerolíneas de bajo coste. Actualmente, señaló, solo el 32% de los vuelos de Madrid-Barajas son low cost, frente a la media de los aeropuertos europeos, que llega al 50%, según sus cifras.

Ryanair o Easyjet serían, entre otras, las compañías que ofrecerían estas nuevas rutas, con destinos en un radio de tres o cuatro horas de vuelo.

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Para atraerlas, señaló Ruedas, el Aeropuerto Madrid Sur “abreviará mucho los tiempos de espera, embarque y acceso al avión” gracias un diseño “muy práctico y funcional”

Con las cifras manejadas, el aeropuerto se situaría una década después de su puesta en funcionamiento al nivel de los aeródromos de Ibiza o Lanzarote y por encima del de Valencia, según las cifras de 2017 de Aena, que cifra los movimientos en estas infraestructuras en el entorno de los siete millones de pasajeros anuales. En cualquier caso, y de cumplirse las expectativas, estaría entre los diez primeros por volumen de tráfico.

Aviación ejecutiva

Aeródromo de Casarrubios del Monte, vista de la pista.
Aeródromo de Casarrubios del Monte, vista de la pista.

La aviación ejecutiva será la otra pata sobre la que se asiente el proyecto, totalmente privado y respaldado actualmente por tres empresas del sector aéreo: European Flyers, dedicada a la formación de pilotos; Gamt Consultoría y Desarrollo, que dirige la ampliación del actual aeródromo de Casarrubios del Monte; y la consultora Pasiphae, experta en la promoción de aeropuertos.

Según Ruedas, la aviación ejecutiva “solo está desarrollada al 50%” en España, frente a países del entorno como Portugal o Reino Unido, donde está mucho más evolucionada.

Un segmento, ha señalado, que supone el 0,2% del PIB en el ámbito europeo.

En este sentido, resaltó que este tipo de aviación no se puede localizar en un "gran aeropuerto", donde podría "colisionar" con la aviación comercial, por lo que resulta idónea una infraestructura "de segundo nivel” para poder operar de una manera "más práctica", con mayor flexibilidad.

El planteamiento de Air City Madrid Sur pasa así por convertirse en "base de desarrollo en España" de la aviación ejecutiva.

Plan de conexiones

La compañía estudia en paralelo a su desarrollo –Ruedas ha afirmado que ya se han mantenido “muchísimas reuniones con Enaire, el gestor de la navegación aérea en España que deberá ampliar el espacio aéreo y la concesión que ya existe en Casarrubios para que este proyecto salga adelante- un plan de conexiones y comunicaciones.

En este sentido, ha destacado la buena ubicación de la infraestructura, enmarcada entre autovías y autopistas como la E-5 y la R-5 hacia el este (Madrid) y la A-5 y la Autovía de La Sagra hacia el oeste.

Además de potenciar los autobuses metropolitanos con líneas propias y paradas dentro del aeropuerto, la compañía estudia completar el transporte por carretera con la llegada del tren de Cercanías a Navalcarnero. Una línea que “está a medio construir y que este aeropuerto podría dar sentido”, añadió el responsable de Air City Madrid Sur.

Apertura en 2023

El año 2023 se fija en rojo en el calendario de Air City Madrid Sur como el de apertura de las instalaciones. Para ello, en 2020 deberán estar listos los trámites administrativos y, entonces, comenzar la obra, que duraría dos años.

Ese tiempo se dedicará a la construcción de pistas, la terminal de unos 15.000 metros cuadrados, la torre de control y una zona de servicios, los hangares y las plataformas para los aviones.

Después serían necesarios alrededor de ocho meses para certificar la infraestructura y comprobar que todos los mecanismos y las operaciones funcionan correctamente.

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A corto plazo, y una vez que se tenga la compatibilidad del espacio aéreo (responsabilidad de Enaire), Air City Madrid Sur deberá presentar el Plan Director del futuro aeropuerto, que afirma que "ya está prácticamente hecho", y el Estudio de Impacto Ambiental.

El asentamiento sobre una infraestructura preexistente como es el aeródromo de Casarrubios facilitará los trámites, espera la empresa, que añade que disponen de un inventario medioambiental en el que los técnicos han señalado que no existe nada relevante en el entorno que pueda impedir el desarrollo del aeropuerto.

Respecto al impacto acústico, sostienen que sería "ínfimo" porque el espacio del aeropuerto está delimitado por autovías y porque, además, los aviones que ya se están fabricando generan un 40% menos de ruido que los tradicionales.

Artículo original de Cerodosbé.

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