Las infecciones leves de COVID-19 pueden afectar a los contagiados durante meses
- Los casos leves de COVID-19 pueden sufrir síntomas de la enfermedad durante meses, ratifica un estudio de investigadores en Francia.
- El 66% de estos suelen presentar afecciones hasta 60 días después de la infección.
- Los síntomas que más se extienden en el tiempo son la falta de gusto y olfato —que incluso 6 meses después, algunos no llegan a recuperarlo por completo—.
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Hay una idea errónea generalizada de cómo son los casos leves de COVID-19, esbozaban algunos expertos en abril, que insistían en que algunos síntomas de estos infectados podían ser igual de graves o dolorosos.
Ahora, varias investigaciones han evidenciado que los casos más leves y/o moderados de la enfermedad del nuevo coronavirus, también pueden sufrir afecciones durante meses —e incluso no llegar a recuperarse de algunas secuelas—.
Un nuevo estudio, llevado a cabo por investigadores en Francia, ha concluido que dos tercios de los pacientes con COVID-19 informan de síntomas hasta 60 días después del contagio —un 66% de los infectados—.
"Pudimos evaluar la evolución de la enfermedad y demostrar que incluso la presentación más leve se asoció con síntomas a mediano plazo que requirieron seguimiento", cierran el estudio los autores que han publicado en Clinical Microbiology and Infection.
La investigación analizó los casos de 150 pacientes no críticos —de marzo a junio—, del Hospital Universitario de Tours, en Francia.
Las personas más afectadas tenían entre 40 años y 60 años. Lo que coincide con otras de las investigaciones recientes relacionadas, donde la edad promedio más incidente eran 45 años, y los que menos eran menores o mayores de 18 y 65 años, respectivamente.
Y los síntomas más repetidos, la anosmia y/o ageusia (pérdida de gusto y olfato), mialgia y dolores de cabeza.
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Esto es lo que muchos expertos empiezan a llamar: "la otra cara del COVID", señalaba con anterioridad Tim Spector, profesor de epidemiología genética en el King's College de Londres.
El mismo considera, a través de los hallazgos de un estudio en conjunto con datos de aplicaciones de registro de síntomas de Reino Unido, que los síntomas persistentes de COVID-19 podrían ser un problema de salud pública peor que el exceso de muertes.
En sus resultados, de más de 4 millones de usuarios, el 10% sufría efectos secundarios —fatiga, falta de aliento, dolor de cabeza, pérdida de gusto y olfato y tos persistente— 1 mes después, y entre el 1,5% y el 2% hasta 3 meses después.
De hecho, el nuevo estudio concluye: "La pandemia de COVID-19 implicará una carga de cuidados mucho después de su finalización".
Asimismo, la mitad de los supervivientes de Bérgamo, uno de los primeros epicentros del coronavirus en Italia, dicen no haberse recuperado de la enfermedad.
Y, en esta misma línea, algunos investigadores empiezan a perfilar el síndrome poscoronavirus: un conjunto de secuelas que podrían durar añosen los que han superado la enfermedad del SARS-CoV-2.
Entre estas, algunos de los síntomas ya mencionados más patologías de corazón, problemas respiratorios y daños permanentes en los pulmones y afecciones cognitivas.
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