Los científicos quizás sepan por fin por qué algunas personas sufren COVID persistente

Los autoanticuerpos, la posible explicación detrás de los efectos a largo plazo del coronavirus

Nick Oxford/Reuters

  • Para muchos pacientes, los efectos del coronavirus siguen presentes semanas o incluso meses después de superar la enfermedad.
  • Entre las secuelas a largo plazo del COVID-19 se encuentran la fatiga, dificultad para respirar, dolor y tos, pero también otras menos comunes como depresión, palpitaciones y complicaciones multiorgánicas.
  • Varios estudios señalan como posible causa a los autoanticuerpos o anticuerpos autoinmunes, una reacción equivocada que acaba atacando al propio organismo.
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La mayoría de las personas que padecen coronavirus y no son asintomáticas sufren las consecuencias del coronavirus durante unos días o unas pocas semanas, para luego recuperar su estado habitual de salud. Sin embargo, para otras muchas no acaba ahí. 

Son los pacientes afectados por una especie de "coronavirus persistente" o de larga duración, cuyos efectos pueden llegar a mantenerse durante meses después de recuperarse de la enfermedad aguda.

La OMS (Organización Mundial de la Salud) ha alertado también de esta diferente forma de impacto del COVID-19: "Este virus no solo mata a gente, sino que a un importante número de personas las aboca a graves efectos a largo plazo".

Tener más de 5 síntomas de coronavirus es una señal de que podrías sufrir COVID-19 persistente, según una nueva investigación

No se trata de una excepción de carácter residual: según un estudio de China que examinó a más de 1.700 personas, alrededor de dos tercios de los pacientes siguieron sufriendo uno o más síntomas seis meses después de haber superado la fase aguda de la enfermedad, informa Deustche Welle

Además de China, Estados Unidos y España son otros de los países donde se han registrado pacientes de coronavirus con secuelas de larga duración.

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¿Cuáles son los efectos a largo plazo del coronavirus?

Si bien se trata de un campo aún en estudio, los CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos ya recogen que hay muchas formas en las que el coronavirus puede afectar la salud de una persona. 

Señalan que la mayoría de los pacientes de COVID-19 se recuperan, pero algunos siguen presentando síntomas "que pueden durar semanas o incluso meses". También "las personas que no son hospitalizadas y tienen una enfermedad leve pueden presentar síntomas persistentes o tardíos", explican.

Los síntomas de largo plazo más frecuentes causados por el coronavirus son los siguientes, según estos centros estadounidenses:

  • Fatiga
  • Dificultad para respirar
  • Tos
  • Dolor en las articulaciones
  • Dolor de pecho

Pero, además, se han identificado otros menos comunes, entre los que se encuentran:

  • Dificultad para pensar y concentrarse
  • Depresión
  • Dolor muscular
  • Dolor de cabeza
  • Fiebre intermitente
  • Corazón que late rápido o muy fuerte (palpitaciones)

E incluso síntomas más graves, pero menos frecuentes, como complicaciones cardiovasculares, respiratorias, renales, dermatológicas, neurológicas y psiquiátricas, analizan los CDC.

¿Por qué se produce el 'coronavirus largo'? La "señal" de los autoanticuerpos

La explicación a los efectos a largo plazo del coronavirus puede estar en una reacción equivocada del propio organismo humano, según algunos estudios.

Un artículo publicado este lunes 25 hace referencia a ello, y habla de la "creciente evidencia" que "sugiere que la autoinmunidad puede desempeñar un papel" en lo que se conoce como coronavirus largo. Según este estudio, 5 de los 9 pacientes presentaron autoanticuerpos durante al menos siete meses.

Se trata de una muestra pequeña, pendiente además de revisión de los pares, pero no es el único estudio que apunta hacia estos elementos como una "señal" de lo que desencadena los efectos a largo plazo del COVID-19.

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Un autoanticuerpo es un anticuerpo elaborado para luchar contra sustancias que produce el cuerpo de una persona. Puede destruir directamente las células que contienen las sustancias o puede ayudar a que otros glóbulos blancos las destruyan, creando incluso enfermedades autoinmunitarias, según define el Instituto Nacional del Cáncer de EE. UU.

Si bien los anticuerpos son generados por el organismo humano para atacar elementos extraños, como un virus, estos anticuerpos autoinmunes, o autoanticuerpos, suponen una especie de defensa confundida que acaba atacando al propio sistema inmune de la persona en lugar de al coronavirus.

Otros estudios publicados en los últimos meses y recogidos por New York Timessugieren también que esta respuesta autoinmune contribuye a los efectos graves y de larga duración del COVID-19.

Entre ellos, un artículo indica que más del 70% de 52 pacientes con coronavirus severo portaban anticuerpos contra su propio ADN y contra proteínas beneficiosas. 

Otro estudio publicado en octubre ha descubierto autoanticuerpos contra los carbohidratos producidos por el organismo en pacientes con COVID-19, lo que supone una posible explicación de los síntomas neurológicos; mientras que una publicación científica de noviembre encontró autoanticuerpos transitorios que causan coágulos y bloqueos en los vasos sanguíneos en la mitad de los pacientes de coronavirus.

Los autoanticuerpos no solo están vinculados al coronavirus (también a la malaria o la lepra) ni son los únicos elementos responsables, pero pueden abrir una puerta para estudiar y confrontar esta y otras enfermedades, explican los expertos.

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