Un estudio apunta que uno de los signos del COVID persistente se podría encontrar en los ojos de los pacientes

COVID test

Reuters

  • Una investigación apunta que el COVID persistente podría manifestarse a través de un daño nervioso que se puede ver en la córnea.
  • Hasta un 30% de los pacientes se ven afectados por sintomatología mucho después de haberse recuperado de la infección por coronavirus, la mayoría invisible a simple vista.
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Una investigación apunta que el COVID persistente podría manifestarse en los ojos de los pacientes a través de un daño nervioso que se puede ver en la córnea, tal como recoge Science Alert.

Según explica el medio, hasta un 30% de los pacientes se ven afectados por sintomatología mucho después de haberse recuperado de la infección por coronavirus. La mayoría son invisibles a la vista y comprenden la confusión mental, los dolores de cabeza, la fatiga o la pérdida del gusto o el olfato. 

Ahora, un nuevo estudio ha revelado que, entre ellos, hay uno que puede ser detectado exteriormente. Se trata de un daño nervioso que se puede detectar en la córnea a través de una técnica láser no invasiva que ha sido utilizada por investigadores para identificar anomalías corneales relacionadas con enfermedades como la diabetes, la esclerosis múltiple o la fibromialgia. 

Los científicos aplicaron la misma técnica para ver si se podía identificar el daño del nervio corneal y el aumento de células dendríticas en casos de COVID prolongado, comparando 40 pacientes con infecciones de esa enfermedad frente a 30 individuos sanos. 

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No obstante, la misma fuente recuerda que este estudio es pequeño y no se puede confirmar que el coronavirus fuese el causante de las anomalías corneales de los pacientes, aunque demuestra un vínculo que evidencia cómo la infección puede contribuir a problemas neurológicos y neuropáticos. 

Los investigadores explican que esto podría deberse a las posibles interrupciones en el desarrollo saludable de las fibras nerviosas, lo que derivaría en un aumento de las células dendríticas convocadas por la respuesta inmunitaria. 

El equipo que ha llevado a cabo estos descubrimientos señala que aún necesita indagar más para ofrecer resultados a mayor escala, pero anticipa la estrecha relación entre la salud ocular y la del resto del cuerpo. 

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