Uno de los creadores de Gmail da a Google un par de años de vida tras la irrupción de la inteligencia artificial

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Reuters

  • Paul Buchheit, creador de Gmail, ha dado a Google apenas un par de años de vida tras la irrupción de la inteligencia artificial.
  • Su argumento es que esta tecnología volverá obsoletos los motores de búsqueda, el principal negocio de la compañía.

Google vive días convulsos. La explosión en popularidad el pasado mes de noviembre de ChatGPT, una generador de texto automático creado sobre el modelo de GPT-3, la IA lingüística desarrollada por OpenAI, fue para el gigante tecnológico un golpe directo.

Prueba de ello es que, apenas unas semanas después de que proliferaran en internet y en las redes sociales muestras de la eficacia de ChatGPT, fuera el mismísimo New York Times quien advirtiera de que Google ha declarado la alerta roja, el zafarrancho de combate. 

El prestigioso rotativo contaba entonces que el CEO de la empresa, Sundar Pichai, ha sido cristalino al respecto: Google, ha ordenado Pichai, debe desarrollar mejores productos basados en inteligencia artificial, y debe hacerlo ya.

Sobre todo, debe hacerlo porque Microsoft, que ha olido la sangre, está dispuesto a poner sobre la mesa 10.000 millones de euros para integrar la IA desarrollada por OpenAI a Bing, su hasta ahora denostado buscador. 

El resultado de esta integración podría ser un salto tecnológico capaz de llevar a internet al siguiente nivel: de los motores de búsqueda tradicionales que recomiendan páginas con arreglo a la búsqueda a una IA capaz verdaderamente de entender qué quiere el usuario.

Se trata de la clase de giro copernicano capaz de cambiar las reglas del juego y de llevarse por delante a una empresa gigantesca como Google. Al menos, esto es lo que opina el programador Paul Buchheit.

"Google podría estar a apenas un par de años de romperse. La IA eliminará la página de resultados del motor de búsqueda, que es donde ganan la mayor parte de su dinero. Aunque se pongan al día con la IA, no podrán desplegarla por completo sin destruir la parte más valiosa de su negocio", dijo el pasado diciembre en un tuit.

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Este formaba parte a su vez de una explicación más larga en la que el experto ahondó en cómo creía que se daría este cambio.

"La forma en que imagino que esto ocurre es que la barra de URL/búsqueda del navegador se sustituye por una IA que autocompleta mi pensamiento o pregunta a medida que la escribo a la vez que proporciona la mejor respuesta (que puede ser un enlace a un sitio web o a un producto)".

Así, la IA utilizará el antiguo motor de búsqueda para recopilar información y enlaces relevantes, que luego resumirá para el usuario. "Es como pedir a un investigador humano profesional que haga el trabajo, salvo que la IA hará instantáneamente lo que a un humano le llevaría muchos minutos", apuntó Buchheit, que se animó incluso a lanzar un vaticinio.

"Una cosa que poca gente recuerda es el negocio anterior a Internet que Google mató: ¡Las Páginas Amarillas! Las Páginas Amarillas solían ser un gran negocio, pero entonces Google mejoró tanto que todo el mundo dejó de usarlas. La IA hará lo mismo con las búsquedas web".

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La de Buchheit no es, ni mucho menos, la voz de alguien ajeno a la empresa. Tampoco es la opinión de un advenedizo ni de un joven emprendedor con ganas de llamar la atención.

Hablar de Buchheit es hablar nada más y nada menos que del hombre que lideró el desarrollo de Gmail, el exitoso sistema de correo electrónico vinculado a Google, un experto que, tras pasar por Intel, llegó a ser el número 23 en el escalafón de Google.

Acostumbrado a ver por dónde irá la tecnología antes que nadie, participó también en la creación de FriendFeed, una red social surgida en los albores del fenómeno que fue absorbida por Facebook en 2009 una vez Zuckerberg percibió el peligro que podía suponer para la hegemonía de su proyecto.

Hoy, Buchheit da salida a su intuición como inversor en el extraordinariamente competitivo mundo del capital riesgo de carácter fuertemente tecnológico, y sus perspectivas para Google no son nada prometedoras.

No es el único que no termina de ver claro el futuro de Google. En los últimos 6 meses, las acciones de la empresa han pasado de rondar los 115 dólares el pasado verano a no llegar a los 100 desde finales del noviembre, precisamente desde que vio la luz ChatGPT.

Por otra parte, hay que decir que Google no ha sido la única gran empresa tecnológica objeto de las críticas de Buchheit en los últimos tiempos. 

En un tuit publicado este mismo lunes, el experto se mostraba también contrario al rumbo tomado en los últimos tiempos por Meta, el conglomerado que Zuckerberg quiere dirigir hacia el metaverso.

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"Un error común entre los emprendedores es centrarse en lo bueno que puede ser un producto para la empresa en lugar de en lo bueno que puede llegar a ser para los usuarios y para los clientes. Es posible que Facebook haya caído en esta trampa, invirtiendo en realidad aumentada y realidad virtual no porque los usuarios lo quieran, sino porque desea poseer la plataforma", comentó.

Mucho más optimista se muestra, en cambio, con todo lo que rodea a OpenAI y ChatGPT.

"Esto es de octubre, pero me sigue pareciendo fascinante. A GPT-3 se le puede decir que es malo en matemáticas y que, por lo tanto, debe usar Python para todo lo que vaya más allá de la simple aritmética. Los actuales son como una infantil inteligencia artificial general: acabamos de empezar a aprender a enseñarles a pensar y a resolver problemas".

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