Las criptomonedas parecen una locura, pero mucha gente se está haciendo rica con ellas: ¿soy entonces yo el tonto?

Un inversor frente a la pantalla del ordenador frustrado por el precio del bitcoin

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  • Las criptomonedas han atraído la atención generalizada este año de todo tipo de inversores, incluyendo quienes tienen poco o ningún conocimiento por el sector.
  • Muchos criptoactivos pueden parecer confusos y sin valor real. Algunos incluso se crearon como una especie de broma.
  • Los criptoactivos combinan una fuerte tecnología con una enorme dosis especulativa sobre los movimientos de precios a futuro: los expertos recomiendan tener prudencia.
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Bajas a la calle a comprar pan que poder tostar para desayunar lo más saludable posible, como de costumbre. Es martes por la mañana y solo han pasado 43 minutos desde que te has despertado. Pero entonces, justo en la cola de la panadería, antes de pagar por tu habitual barra, te terminas por despertar.

¿Qué ha pasado? Escuchas atónito una conversación sobre criptomonedas que te deja ojiplático.

“He metido 300 euros en Bitcoin, por lo que pueda pasar”. “Pues yo he apostado 100 euros en Dogecoin, porque lo ha petado desde principios de año”. 

Las frases salen de sus bocas con un grado de euforia e ilusión que solo pueden encontrar comparación con el repaso semanal a los partidos de los equipos de fútbol de los que son aficionados. 

El mercado de los criptoactivos ha llegado al pueblo. Y lo ha hecho con el mismo empuje que lo hicieron en su día los valores ligados al mundo del internet o los activos relacionados con el sector inmobiliario. 

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No importa no conocer el resultado, lo relevante es formar parte del movimiento para no quedarse fuera. Como aquel que compra lotería de Navidad por si le toca al de al lado. No vaya a ser que uno se convierta en millonario y yo sea el estúpido que tenga que soportar la alegría de los demás durante unos cuantos meses.

El mercado de las criptomonedas tiene parte de eso. 

Genera múltiples historias sobre adolescentes que se han hecho millonarios invirtiendo en bitcoins. O aquellos que se han llenado los bolsillos al apostar todo su dinero en una criptodivisa que empezó como un meme. O ahora la explosión de Shiba Inu y su meteórica carrera alcista especulativa.

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Están los que saben operar, y juegan al análisis técnico y fundamental diseccionando el gran de la paja, y los que se suben al barco por el ruido. Por eso, el mensaje llega desde al panadero del barrio.

“Cuando mi limpiabotas invierte en Bolsa, yo lo vendo todo”, decía John Davison Rockefeller. Y esto es algo que saben hacer muy bien las grandes ballenas —los mayores inversores de monedas digitales—. Saben jugar las carteras cuando el resto se ciega por algo que desconoce profundamente.

¿Qué está ocurriendo entonces?

Esto se debe en parte a que muchas personas creen firmemente que las criptomonedas revolucionarán el sistema financiero y otras partes de la sociedad, algo así como la forma en que internet cambió las vidas de la gente en el pasado. Muchas de esas personas también se han vuelto ricas gracias a las criptomonedas. 

Volviendo al principio, las criptomonedas comenzaron con el Bitcoin en 2009. Se creó como una alternativa a las llamadas monedas fiduciarias, como el dólar estadounidense o el euro, que están reguladas por instituciones oficiales y centralizadas por los gobiernos, bancos centrales y grandes entidades bancarias.

En aquellos años, en 2009, la población estaba aún sumergida en una crisis financiera profunda. España, sin ir más lejos, atravesó una recesión económica que no vivía desde la Guerra Civil como consecuencia del estallido de la burbuja inmobiliaria y, más tarde, la crisis de la deuda soberana en la Unión Europea. El sistema se encontraba más en entredicho que nunca. 

Pero, desde entonces, se ha inyectado una enorme cantidad de dinero nuevo en la economía. Las políticas de los bancos centrales con los programas QE se han dedicado a inyectar liquidez con la compra de bonos, además de mantener los tipos de interés bajos para fomentar el crecimiento.

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En este contexto, el Bitcoin y algunas otras criptomonedas se crearon para ofrecer una moneda descentralizada con un suministro fijo. La cantidad de bitcoins que se pueden crear (minar), por ejemplo, tiene como tope los 21 millones de unidades.

Todos estos tokens (divisas digitales como el Bitcoin) operan en lo que se conoce como cadena de bloques o blockchain, donde una “cadena” que comprende “bloques” de datos verifica nuevos datos para sumar más bloques.

Se trata de un concepto que ha ganado popularidad en los últimos años y en el que ahora se están involucrando muchos de las entidades bancarias más tradicionales que fueron partícipes de la crisis financiera. Algo que ha atraído a más inversores, algunos de los cuales quieren, simplemente, especular.

¿Qué tienen que ver entonces el florecer de Dogecoin, Shiba Inu u otras criptomonedas con el Bitcoin?

Es posible, si se mira la cotización. El Bitcoin acaba de romper máximos históricos y nadie puede decir con certeza dónde está su . No se puede predecir qué puede pasar mañana.e se encuentran algunas “monedas meme”, que aprovechan este furor por todo lo 'cripto' en forma de broma

Estas criptomonedas son aún más volátiles que el Bitcoin. Si éste puede asumir caídas de entre el 30% o 40% como algo normal, las altcoins aún pueden suponer una montaña rusa mayor. No aptas para cardiacos. 

La duda es si las altcoins son criptoactivos serios o si son inversiones puramente especulativas. En realidad pueden ser ambas cosas a la vez 

“Ciertamente podría ser una inversión dado el rumbo que están tomando las cosas, pero, por supuesto, podrías perder hasta tu camisa", asegura en una nota Steve Sanders, vicepresidente ejecutivo de marketing y desarrollo de productos de Interactive Brokers.

“En realidad son criptomonedas que está destinadas a situarse junto a las divisas digitales que emiten los gobiernos… Es algo especulativo, ¿quién sabe qué hay detrás o qué va a pasar?", añade

¿Pero entonces puedo ir a la tienda del barrio y comprar cualquier artículo con las criptomonedas? 

Minoritariamente. Esa es la realidad que hoy impera. 

En la actualidad, las criptomonedas son utilizadas fundamentalmente como activos de inversión. Incluso como un producto con el que protegerse de la inflación a largo plazo. Algo así como una especie de oro digital. 

Sin embargo, su adopción cada vez se está acelerando más: El Salvador fue el primer país en adoptar al Bitcoin como moneda de curso legal. Igual que tú usas el euro en España, allí se puede pagar con bitcoins. 

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Y a esto, que fue una revolución en el mundo de las criptomonedas, hay que sumarle que cada vez hay más compañías en admitir el pago con criptoactivos. BitPay, por ejemplo, se ha asociado con Verifone, para poder pagar con activos digitales. 

¿Cómo se decide cuánto valen estas monedas?

El euro, el dólar, el yen... Son monedas habituales con las que todo el mundo está familiarizado, ¿verdad? Pues estás están regladas y controladas por los bancos centrales y sus gobiernos. Son estos quiénes le dan valor.

Las criptomonedas, en cambio, no están emitidas por ningún gobierno ni empresa, a pesar de  que cada vez está más respaldado por estos. Y tampoco son consideradas monedas de curso legal, a excepción de El Salvador. 

¿Y quién determina lo que valen entonces? Bienvenidos al mágico concepto de la oferta y la demanda

Los precios lo fijan todos aquellos que quieran participar en su proceso de compra y venta, en esencia, sus usuarios. Aunque influyan múltiples factores, en última instancia, siempre determina su precio. El comercio de bitcoins permite distribuirlo y beneficiarse por ello. 

Como en otros escenarios, los productores (los mineros) pueden proponer un precio al vender sus criptoactivos a los interesados llegando a acuerdos. Imagínate los típicos tratos entre 2 personas: una propone un precio y si la otra, entre regateos, está dispuesto a aceptarlo entonces se hace la transacción. Pues ocurre lo mismo en el mundo cripto.

El Bitcoin ya ha marcado un nuevo máximo histórico y se habla continuamente de criptomonedas que se han revalorizado en porcentajes ridículamente elevados, ¿la locura parará en algún momento?

He aquí el eterno dilema. 

Los defensores y los detractores de las criptomonedas se han convertido en una especie de Madrid-Barça en el macroentorno de los mercados. Es el clásico de entre los clásicos.

El Bitcoin ha alcanzado nuevos máximos históricos por encima de los 65.000 dólares. ¿Quiere decir que ese es su techo? No se sabe. Algunos expertos hablan de su ascenso a los 100.000, 200.000, y hasta 500.000, mientras que otros consideran que es una burbuja que terminará por estallar más pronto que tarde. 

¿La locura parará? Si se parece a lo que sucedió en el 2000 con las acciones de internet, se hundirá. Si es una tendencia estructural de largo plazo, seguirá, aunque con más estabilidad de precios y menor volatilidad.

¿Y qué dicen los gobiernos y bancos centrales?

Los bancos centrales están en medio de esta guerra. Los formuladores de política monetaria ven el avance de la tecnología blockchain como una oportunidad para mejorar la relación con el dinero e, incluso, tener un mayor control.

Los 7 principales bancos centrales del mundo y el Banco de Pagos Internacionales (BPI) consideran que dada la velocidad de la innovación en pagos y tecnología financiera con criptomonedas, "es necesario priorizar este trabajo de manera adecuada y proceder rápidamente" y establecer mecanismos de coordinación para regular la emisión de criptomonedas.

El banco central de China es el que ha manifestado unas mayores restricciones al redoblar su presión sobre las criptomonedas, declarando de forma oficial que todas las transacciones relacionadas con estos activos digitales son ilegales y deben ser prohibidas, mandando así un mensaje más enérgico contra esta actividad. Pero el resto guarda "cierto" silencio.

Por lo pronto, las instituciones están abriendo el camino a las monedas digitales de los bancos centrales (CBDC, por sus siglas en inglés).

La película no ha hecho más que comenzar.

Entonces, ¿soy poco inteligente si no quiero comprar criptomonedas?

Es posible, si se mira la cotización. El Bitcoin acaba de romper máximos históricos y nadie puede decir con certeza dónde está su techo. No se puede predecir qué puede pasar mañana.

Hay expertos que apuntan a los 100.000 o 200.000 dólares como nivel alcanzable en los próximos meses. Pero la posibilidad del colapso, al menos en el corto plazo, está ahí latente. 

De ahí la naturaleza especulativa, de alto riesgo y, a veces, de alta recompensa de esta clase de activos.

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Los planificadores financieros siempre van en la misma dirección: si se invierte en este tipo de activos, hacerlo únicamente de manera táctica dentro de una diversificación razonable de la cartera. Nunca decantarte única y exclusivamente por los criptoactivos. 

Aunque hay una clara especulación en proyectos que estaban destinados a ser bromas, como Dogecoin y Shiba inu, hay proyectos que se fundaron con intenciones más serias, como Bitcoin y Ethereum, con alta dosis, en parte, especulativa. 

Precaución y los pies en la tierra.

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