La locomotora industrial alemana se tambalea: los costes de la electricidad han subido un 600% y la inflación industrial está en máximos de los últimos 73 años
Picture alliance/Getty Images
- La inflación del sector industrial en Alemania ha alcanzado cifras récord desde que comenzaron los registros en 1949. El precio de la electricidad se ha disparado en un 600%.
- La dependencia de Alemania a la energía rusa está llevando su economía a la recesión.
- Comienza el día bien informado con la selección de noticias de Business Insider España: suscríbete gratis aquí.
Alemania, la economía más importante de Europa, está luchando contra su dependencia de la energía rusa. El país se encuentra en medio de una profunda crisis energética, que ha provocado que la inflación se dispare y que está llevando su economía a la recesión.
El precio de la energía se ha disparado en un 600% en lo que llevamos de año, debido principalmente al encarecimiento del gas natural, afectando tanto a consumidores como a empresas.
Uno de los principales indicadores que determinan el índice de precios de consumo, el IPC, es el índice de precios al productor, que mide la variación de precios de los bienes fabricados en el sector industrial.
En el caso de Alemania, el índice de precios al productor ha aumentado un 37,2% desde enero hasta julio de este año. Se trata de la subida más pronunciada de la historia, desde que comenzaron los registros en 1949, hace 73 años, según informa la Oficina Federal de Estadística.
La economía alemana ya se encuentra en fase de estancamiento desde el segundo trimestre de 2022 y los expertos pronostican una recesión inminente.
Estas son las claves que explican lo que está ocurriendo.
La dependencia de Alemania a la energía rusa
Alemania se ha fijado durante muchos años en Rusia en búsqueda de petróleo y de gas natural. Incluso durante el cenit de la Guerra Fría, la Unión Soviética abastecía energía de forma estable al oeste de Alemania.
En 2019, el 71% de la energía que consumía Alemania provenía de las importaciones. Y Rusia era su principal proveedor, suministrando alrededor de la mitad de su consumo de gas natural y un tercio del petróleo.
Pero a finales de febrero de 2022, Rusia invadió Ucrania.
A medida que las relaciones diplomáticas entre Rusia y Occidente se deterioraban, Moscú respondía a las sanciones europeas reduciendo el suministro de gas natural a Alemania a través del gasoducto Nord Stream 1, a tan solo el 20% de su capacidad.
Y esto ha disparado los precios de la energía no solo en el país germano, sino en toda la Unión Europea, debido al complejo sistema marginalista de precios del sector energético. La consecuencia ha sido devastadora y prácticamente cada día se superan los récords del precio de la energía.
La fuerza industrial está en la cuerda floja
"Alemania es más vulnerable a los precios del gas natural que la mayoría de los países europeos", afirma a Business Insider Andrew Kenningham, director de economía europea de la consultora Capital Economics.
"Esto se debe a que tiene un sector industrial bastante grande", afirma el economista.
Los grandes sectores de productos químicos y de metales del país son grandes usuarios del gas natural, y debido a la crisis energética, sus precios se han disparado. Por poner un ejemplo, la producción de fertilizante se ha duplicado desde enero a julio de este año.
Además de la crisis energética, las olas de calor que ha sufrido este verano el país han mermado el nivel de agua del Rin, interrumpiendo el transporte marítimo en la que es una de las principales arterias de comunicación para las fábricas alemanas.
Todo ello ha causado que el sector manufacturero se haya contraído durante junio y julio consecutivamente, según indican los datos preliminares publicados este martes por S&P Global.
Y como en todas las economías de la eurozona, Alemania está lidiando con el aumento de los tipos de interés, al tiempo que el Banco Central Europeo intenta abordar la escalada de la inflación.
Según afirma el economista de S&P, Phil Smith, la debilidad del sector manufacturero está siendo "agravada por una desaceleración en el sector de los servicios, y las empresas encuestadas ya han informado de que están sometidas a una alta presión, tanto por el aumento de la inflación, como por el de los tipos de interés".
La recesión se acerca
La economía germana se ha estacado en el segundo trimestre de 2022 y los economistas vaticinan una desaceleración.
"Llevamos un tiempo pronosticando una recesión", afirma a Business Insider el economista Kenningham, de Capital Economics, y afirma que espera que la economía alemana se contraiga en el cuarto trimestre de 2023 y en el primer trimestre de 2023. "La discusión ha pasado (de considerar si habrá recesión o no) a estimar cuán profunda será", sostiene.
El Banco Central de Alemania vaticina que la inflación pasará del 8,5% de julio a más del 10%, unos niveles que no se veían desde principios de los años cincuenta.
La desaceleración de la economía alemana tendrá consecuencias negativas para sus vecinos europeos. Sin embargo, los expertos afirman que las probabilidades de vivir otra crisis financiera como la de 2010 son muy escasas.
Según Kenningham, el Banco Central Europeo ya tiene experiencia en la gestión de la economía en tiempos de desaceleración y cuenta con medidas de emergencia como la compra de bonos.
Para Alemania, sin embargo, el futuro es probablemente menos halagüeño que para sus vecinos, pues su fuerza industrial está en la cuerda floja.
¿Cuánto tarda España en resfriarse si Alemania estornuda?: El riesgo de recesión para la economía
La entrada de gas de África podría suavizar la crisis de la energía
Ante una crisis industrial que sin duda afecta a toda Europa, Alemania se encuentra buscando soluciones. Y la que parece más factible es aquella que busca recuperar el Midcat, el plan de construcción de un gasoducto entre España, una de las puertas de entrada del gas Africano en Europa, y Francia, a través de los Pirineos.
Según ha informado el Gobierno en una rueda de prensa en su periplo por Colombia, Pedro Sánchez se reunirá la próxima semana con el canciller alemán Olaf Scholz con la clara intención de abordar el plan estratégico de energía.
El gas que se importa desde Argelia a Europa se distribuye tanto a España como a Italia a través de sendos gasoductos.
España también recibe gas natural licuado en metaneros a través del transporte marítimo, y además cuenta con seis plantas de reconversión del gas licuado al gaseoso.
Sin embargo, a diferencia de Italia, la conexión de los gasoductos españoles no permite un flujo suficiente como para convertirse en la entrada del gas a Europa.
Esto podría cambiar con el plan Midcat, una propuesta diseñada en 2007, que prevé la construcción de un gasoducto que conecte con Francia a través de los Pirineos. El estancamiento de la inversión, la falta de apoyo comunitario, y las reticencias de los sectores medioambientales paralizaron el proyecto en 2018.
Este gasoducto pondría a España en el panorama clave del suministro de energía a Europa. España ya cuenta con una sólida infraestructura de almacenamiento y tratamiento del gas pero adolece del transporte necesario para llevarlo a Europa.
El 'plan B', como lo ha denominado el Gobierno, pasa por abandonar el Midcat y establecer un gasoducto submarino con Italia, una solución preferida tanto por Italia como por Francia. Alemania, sin embargo, prefiere abordar el Midcat, en parte por ser la opción más rápida.
En cualquier caso, el gas proveniente de Argelia a Europa a día de hoy sigue siendo insuficiente para reemplazar a Rusia, y los planes estratégicos prevén ir más allá con la construcción de gasoductos que conecten Nigeria con Níger y Argelia.
Otros artículos interesantes:
Descubre más sobre Marta Barange, autor/a de este artículo.
Conoce cómo trabajamos en Business Insider.