El cisma del PP, en las últimas cinco elecciones: así se ha ido abriendo la fractura que divide hoy a populares entre Ayuso y Casado

Isabel Díaz Ayuso y Pablo Casado celebran la victoria del PP en las Elecciones de Madrid 2021
REUTERS/Susana Vera

Una pequeña columna de humo en la Puerta del Sol el pasado viernes fue la metáfora perfecta para descubrir cómo el orden político de España se había vuelto a hacer añicos. La imagen de miles de personas protestando frente a la sede del PP el domingo fue el remate.

Hasta que PSOE y Unidas Podemos anunciaron a finales de 2019 un acuerdo para conformar el primer Gobierno de coalición en la historia de la democracia, la estabilidad no había regresado a las Cortes. La década pasada se puede resumir políticamente en el movimiento 15-M, la irrupción de nuevos partidos y el fin del bipartidismo.

Ahora, los primeros años de la década de los 20 revelan que estos tiempos serán, como poco, igual de intensos. Para entender por qué, Business Insider España propone el siguiente ejercicio de retrospectiva: un análisis a los resultados electorales de los últimos comicios autonómicos (2020, 2021 y 2022).

Pero para hacer esta travesía es necesario recordar el contexto. Unidas Podemos ha protagonizado un sinfín de titulares por sus luchas internas, que han acabado creando nuevas organizaciones dentro de su espacio político. Unidas Podemos, Más País, Adelante Andalucía, los Comunes. Son muchas las siglas que se proponen asaltar los cielos desde la izquierda del PSOE.

El PSOE, por su parte, vive un momento de estabilidad después de que en 2016 saltara todo por los aires con una pugna entre los partidarios del hoy presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y hasta hace unos meses la líder de los socialistas en Andalucía, Susana Díaz.

La llegada de Vox a las instituciones en 2018 (precisamente al Parlamento andaluz) también ha significado la reducción del espacio político de Ciudadanos (que hoy sobrevive con nueve diputados en el Congreso) y una fiera pugna por el electorado del PP.

Y es el PP, precisamente, el que ha copado estos días titulares a causa de los cuestionamientos cada vez más intensos al liderazgo de su presidente, Pablo Casado. La convocatoria anticipada de elecciones en Castilla y León no ha cumplido su objetivo: que Alfonso Fernández Mañueco lograse los procuradores suficientes como para gobernar solo.

Así ha estallado la guerra abierta entre Ayuso y Casado

Su dependencia de Vox no es el único de los problemas. Días después, el jueves pasado, El Mundoy El Confidencialpublicaron que fontaneros de Génova pidieron (desde una empresa municipal del Ayuntamiento de Madrid) espiar a familiares de Díaz Ayuso. La guerra soterrada que protagonizaban Casado y la presidenta de la Comunidad de Madrid estallaba.

Cuando Casado accedió a la presidencia del PP en 2018, Ayuso fue uno de sus principales baluartes en las primarias. La hoy presidenta de la Comunidad de Madrid nombró a su jefe de Gabinete al polémico Miguel Ángel Rodríguez. Hoy las cosas son muy distintas. Ayuso quiere concurrir al Congreso para elegir la nueva dirección del PP madrileño.

Enfrente tiene a José Luis Martínez Almeida, alcalde de la capital española y desde mediados de 2019 portavoz del PP a nivel nacional. Las revelaciones sobre los intentos de espionaje de Ayuso han hecho que el secretario general del PP, Teodoro García Egea, el propio Casado y el propio Almeida hayan protagonizado cruces de declaraciones con Ayuso y su entorno.

Es un cisma.

Casado compareció por primera vez sobre esta guerra para asegurar sentirse una víctima de Díaz Ayuso. Rechazó que el PP promoviese ningún tipo de espionaje sobre Ayuso o su entorno, pero sí una investigación interna para esclarecer un contrato adjudicado por la Comunidad de Madrid que habría implicado una comisión que habría cobrado el hermano de Ayuso.

El líder del PP nacional aseguró que esa investigación —que ha desembocado en un expediente informativo abierto a la presidenta madrileña— se cerraría en el mismo momento en el que Díaz Ayuso aportase toda la información para esclarecer toda sospecha de corrupción. La comisión que habría percibido el hermano de Ayuso ascendería a casi 300.000 euros, según Génova.

Finalmente ese expediente se cerró el sábado. Génova quiso firmar un armisticio, pero el domingo cerca de 3.000 simpatizantes de Ayuso se concentraron frente a la sede del Partido Popular en contra de las maniobras de su cúpula. El pulso sigue. 

Ayuso trasladó el viernes a los medios un comunicado en el que desmentía que se tratase de una comisión, sino de un pago por su actividad comercial que ascendió a 55.850 euros más IVA. Una actividad comercial que consistió en la adquisición de mascarillas procedentes de China en un momento —las primeras semanas de la pandemia— en la que su escasez dejó precios desorbitados.

Nuevos frentes electorales y reconfiguración de los espacios a izquierda y derecha: los principales desafíos políticos que 2022 guarda para España

Todavía es pronto para desgranar cómo se resolverá este conflicto, sobre el que ya se han pronunciado otros barones del PP como el gallego Alberto Nuñez Feijoo ("mi responsabilidad me lleva a ser leal con mi presidente y mi partido", "la explicación de la presidenta es una que desconozco porque no la he oído, pero si es como usted refiere es bastante lógica") o de ministros del Gobierno nacional.

Yolanda Díaz, vicepresidenta tercera y ministra de Trabajo, por ejemplo, ha asegurado que estos días se están viendo "el peor rostro de la política y de la historia del PP" y ha enfatizado que tanto Ayuso como Casado están "inhabilitados para gobernar".

"La cuestión es si cuando morían 700 personas al día se puede contratar con tu hermana y recibir 286.000 euros", zanjó Casado este viernes. Ayuso por el momento no ha aportado prueba documental que demuestre que el dinero que percibió su hermano es una contraprestación por sus servicios y no una comisión.

Si Ayuso acaba teniendo razón, la imagen de Casado se debilitaría todavía más y el cisma en el PP podría ser insalvable. Ya no es solo el error del diputado popular Alberto Casado votando a favor de la reforma laboral de Díaz hace unas semanas en el Congreso. Para entender el deterioro del líder de la oposición, también hay que remontarse a las últimas citas electorales de España.

Esto es lo que ha ocurrido en ellas, desde las elecciones del País Vasco y Galicia del 12 de julio de 2020 hasta los comicios catalanes y madrileños de febrero y mayo del año pasado, hasta los resultados electorales castellanoleoneses hace una semana.

País Vasco y Galicia, 2020: Feijoo derrota a Casado

Las elecciones vascas y gallegas fueron las primeras convocadas en pandemia. Las primeras desde que se formase el Gobierno de coalición entre PSOE y Unidas Podemos. Acabaron posponiéndose hasta julio para tratar de convocar esta cita con las urnas con la mayor de las garantías sanitarias, y se dejaron imágenes históricas como los miembros de mesa debidamente protegidos ante el COVID.

También dejaron resultados dispares. Feijoo, por ejemplo, no solo mantuvo su mayoría, sino que la amplió sumando un parlamentario más hasta contar con 42 escaños. El BNG se convirtió en la segunda fuerza política tras el hundimiento de En Marea y el retroceso del PSOE, que quedó como tercera fuerza con tan solo 14 parlamentarios.

En País Vasco, por el contrario, el PP perdió casi la mitad de sus parlamentarios y cedió un escaño a Vox. Pasó de tener 9 diputados a tan solo 6. Vox entró en el parlamento vasco con un representante.

En clave nacional, la lectura no fue otra que el deterioro de Casado, que entonces veía a Feijoo como uno de sus principales rivales por el control del partido en todo el país. Mientras que en el País Vasco el PP no había logrado contener la entrada de la formación de Santiago Abascal, Feijoo sí lo hizo, además, con un discurso moderado frente al que adoptó entonces la cúpula nacional del PP.

Cataluña, 2021: el PP reniega de su pasado

Isabel Díaz Ayuso.
Isabel Díaz Ayuso.

Comunidad de Madrid

Las elecciones catalanas de febrero de 2021 pusieron también la política a nivel nacional patas arribas. Quien había sido el ministro de Sanidad que había gestionado los primeros compases de la crisis sanitaria causada por el coronavirus se convirtió de la noche a la mañana en el candidato del PSC. Salvador Illa logró convertir a la formación en primera fuerza en el Parlament.

Los socialistas empataron con ERC en escaños: ambas formaciones sumaron 33 parlamentarios cada una. El PP por su parte, no logró otra cosa que reducir su representación en un escaño. Ya fueron la última fuerza política en las elecciones catalanas inmediatamente anteriores, las de 2017. Entonces sumaron cuatro diputados. En 2021 solo consiguieron tres.

De esta manera, los populares no lograron cumplir su principal objetivo: duplicar su representación y conseguir grupo propio en el Parlament. El desplome de Ciudadanos en Cataluña tampoco ayudó: pasaron de ser primera fuerza a contar con solo seis representantes. Los populares descartaron confluir con los naranjas precisamente por la confianza de lograr grupo propio, lo que no sucedió.

Entonces, desde Génova se arremetió contra el extesorero del PP, Luis Bárcenas, al que le acusaron de protagonizar una guerra sucia con un pacto con la Fiscalía, tal y como recogió entonces el diario Público. Entonces García Egea, secretario general del partido y número dos de Casado, aseguró que esa sería "la última factura" que tendrían que pagar por el pasado del PP.

De hecho, solo dos días después Casado anunció que el PP abandonaría su histórica sede en la madrileña calle Génova y que dejarían de dar respuesta a las preguntas de periodistas relacionadas con Bárcenas y la corrupción de excargos del PP.

Madrid, 2021: Ayuso se convierte en la mayor baza del PP

La política española volvió a sufrir un revés cuando Díaz Ayuso convocó elecciones para el 4 de mayo del año pasado. Fue un antes y un después, con una campaña electoral en la que incluso candidatos recibieron sobres con balas.

El anticipo electoral lo propició una de las protagonistas de la semana, la propia Ayuso. La justificación fue que en Murcia los populares detectaron la intentona de Ciudadanos y los socialistas, que preparaban una moción de censura contra Fernando López Miras que ni siquiera prosperó. Ayuso consiguió duplicar su número de escaños.

Arrasó.

Así, pasó de 30 a 65 escaños, Vox de 12 a 13, y los socialistas de 37 a 24. Unidas Podemos, por su parte, de 7 a 10, mientras que Más Madrid se convirtió en segunda fuerza, pasando de 20 a 24 parlamentarios en la Asamblea de Madrid.

Casado ya tenía un problema. Su popularidad crecía. La pandemia había revelado a Ayuso como la gran opositora del Gobierno de Sánchez, por encima del propio Casado. Y en septiembre se supo incluso que la presidenta regional ya avisó a Casado que sería candidata a dirigir el PP madrileño.

Castilla y León, 2022: nada le sale bien a Casado

Ayuso, Mañueco y Casado en el mitin de cierre de campaña del PP.
Ayuso, Mañueco y Casado en el mitin de cierre de campaña del PP.

PP

Las elecciones en Castilla y León han supuesto el último gran golpe electoral que ha sufrido el PP de Casado. Aunque preveían que con ese adelanto electoral podrían desarticular el auge de Vox, terminar de hundir a Ciudadanos y frenar el crecimiento de los partidos de la plataforma de la España Vaciada, lo cierto es que ninguno de esos anhelos se acabaron cumpliendo para los de Génova.

Vox creció lo suficiente como para formar grupo parlamentario propio y exigir hoy por hoy formar parte del Gobierno de Mañueco. Ciudadanos resistió el envite y todavía tiene un procurador en las Cortes de Castilla y León. Formaciones como Soria ¡Ya! también crecieron.

Los últimos días de campaña electoral también fueron reveladores a nivel orgánico. Los populares castellanoleoneses invitaron a la propia Ayuso a cerrar la campaña, al entender que Pablo Casado no era el activo electoral que necesitaban para detener la sangría que revelaban los sondeos previos a la apertura de urnas.

Solo apenas unos días después de conocerse estos resultados electorales ha estallado la guerra entre Ayuso y Casado. Varios barones ya admiten en privado que la situación es irreversible, según cuentan diarios como El País: de esta saldrá solo uno de los dos.

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