La crisis del transporte marítimo mundial continúa generando retrasos y un aumento en los precios que amenaza al crecimiento económico

Terminal del puerto de Yantian, en la localidad de Shenzhen (China), cerrado el pasado mes de mayo por un brote de coronavirus
Terminal del puerto de Yantian, en la localidad de Shenzhen (China), cerrado el pasado mes de mayo por un brote de coronavirus
  • La crisis del transporte marítimo no parece tener fin: la semana pasada China cerró parcialmente otro puerto debido a un brote de coronavirus, algo que empeora una situación que ya era delicada.
  • Los retrasos ya se han vuelto crónicos y el aumento en los precios se pueden volver inasumibles para el consumidor a medida que la crisis amenaza a la recuperación económica a nivel internacional.
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No parece que la crisis del transporte marítimo mundial vaya a tener una solución a corto plazo. 

A lo largo de los últimos meses se han sucedido diferentes percances que han afectado a las cadenas de suministros: el fuerte repunte de la demanda debido a la pandemia  provocó una escasez de contenedores, a lo que hubo que sumar el atasco del buque Ever Given en el Canal de Suez y los sucesivos cierres de importantes puertos en China por brotes de coronavirus. 

Además, las inundaciones de este verano en Europa y China no han sido de ayuda, ya que algunos enlaces ferroviarios que llevaban la carga hasta los puertos colapsaron y no pudieron trabajar durante varios días, generando todavía más retrasos.

Y los problemas continúan surgiendo de forma constante. La semana pasada China volvió a cerrar parcialmente uno de sus principales puertos, el de Ningbo-Zhoushan, por un brote de coronavirus entre los operarios, lo que terminó ocasionando la suspensión del trayecto de varios buques portacontenedores.

Hay que recordar que ya en mayo China cerró la terminal del puerto de Yantian, una decisión que creó penosos efectos en cadena en el transporte marítimo mundial, especialmente en lo que se refiere a retrasos en los envíos y subida de precios para los consumidores, algo que probablemente volverá a suceder con este nuevo cierre.

Según recoge el Financial Times, los importadores y exportadores están luchando por recuperar las pérdidas después de un aumento sin precedentes en los costes de los envíos. Mover un contenedor de 12 metros desde China hasta la costa oeste de Estados Unidos cuesta ahora15.800 dólares (13.300 euros), por lo que las empresas se ven obligadas a aumentar el precio que acaba pagando el consumidor.

El portal VesselsValue advierte que hay cerca de 350 portacontenedores esperando en los puertos de todo el mundo, lo que se traduce en nuevos retrasos que a estas alturas del año pueden tener consecuencias significativas.

"Ahora estamos en el punto crítico para los suministros en Europa, debido a la proximidad de la temporada navideña", explica al Financial Times John Glen, economista jefe del Chartered Institute of Procurement and Supply, un organismo de Reino Unido que trabaja en el sector de los suministros. "No hay una solución a corto plazo y el problema no va a desaparecer pronto", añade.

Las empresas más afectadas son las que se dedican a la automoción y a la producción textil, pero cada vez hay más sectores que acusan esta crisis al tener dificultades para satisfacer la demanda y luchar contra las presiones para subir los precios.

"Creo que es la mayor amenaza que enfrenta la economía en este momento", lamenta Philip Edge, director ejecutivo de la empresa de carga Edge Worldwide Logistics, en unas declaraciones al Financial Times.

Las estimaciones que recoge este medio señalan que la crisis del transporte marítimo no empezará a aliviarse hasta el primer trimestre de 2022, aunque esta fecha podría retrasarse debido a la fuerte demanda.

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