Neuralink, el proyecto vanguardista de Elon Musk para implantar chips cerebrales, recibe críticas desde animalistas hasta la comunidad científica

Elon Musk, fundador de Neuralink.
Elon Musk, fundador de Neuralink.

Reuters

  • Las críticas a Neuralink, la compañía de neurotecnología fundada por Elon Musk en 2016, no paran de sucederse, desde las denuncias por el "sufrimiento extremo" de los monos utilizados para sus experimentos hasta las que llegan por parte de la comunidad científica.
  • Según diferentes tecnólogos y neurólogos, se ha hecho demasiada publicidad a los chips cerebrales de Musk, a pesar de que existen numerosas compañías en este segmento, con investigaciones apoyadas en prestigiosas revistas.
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El nombre de Elon Musk, la persona más rica del mundo, se suele asociar mayoritariamente a sus compañías predilectas, como son Tesla y SpaceX. Aunque al CEO también le interesa conectar inteligencia artificial y cerebro humano.

Es el caso de Neuralink, uno de los proyectos más polémicos y vanguardistas del empresario y el cual ha recibido críticas y burlas por parte de competidores como Jeff Bezos, este último más enfocado en proyectos de investigación de la eterna juventud.

Aun así, SpaceX y Neuralink tienen diferencias considerables. Así lo considera Christof Koch, investigador del Instituto Allen para la Ciencia del Cerebro, en una entrevista a Fortune.

“A diferencia de Tesla o SpaceX, no estamos hablando de problemas tecnológicos o problemas de infraestructura", explica. "Estos son problemas científicos fundamentales”.  

El motivo de la existencia de Neuralink es desarrollar tecnología capaz de conectar una máquina directamente al cerebro. A pesar de que no es nada nuevo y existen otras compañías que siguen este objetivo, a lo que se suman estudios de gran calado.

Neuralink, de Elon Musk, quiere incrustar microchips en los cerebros de la gente y conseguir que los robots realicen cirugías cerebrales

En primer lugar, un estudio publicado en Nature sobre las interfaces cerebro-ordenador (BCI, por sus siglas en inglés) ya consiguió que un paciente con parálisis en el brazo lograra escribir en una pantalla con tan solo pensarlo.

En segundo lugar, un consorcio de investigación bautizado como BrainGate consiguió que un ser humano también consiguiera esta hazaña, sin necesidad de cables. Más aún, Neuralink tiene competidores como el Proyecto Avatar, de un multimillonario ruso.

Aunque la compañía de Musk, fundada en 2016, es la que más atención centra, debido a que consiguió que un mono fuera capaz de jugar al Pong, como puedes ver en este vídeo. Nathan Copeland retó al mono a una partida, ya que él cuenta con un implante cerebral desde 2015. 

Así, Musk consideró en sus inicios que la inteligencia artificial podría superar a la humanidad e, incluso, aniquilarla. Las BCI podrían ser la solución a tan devastador final.

"El avance de la IA puede dejar al ser humano atrás, e incluso en un escenario en el que las cosas vayan bien, tener una IA tan inteligente nos dejaría como una mascota", dijo Musk. "Puede que la mejor solución sea una capa de IA sobre la corteza cerebral que funcione de forma simbiótica con el ser humano".

Las críticas a Musk y a Neuralink

Neuralink no está exenta de críticas. Recientemente, la compañía se ha visto envuelta en críticas por maltrato animal, por parte del Comité de Médicos por una Medicina Responsable, que consideraron que los registros mostraban un "sufrimiento extremo".

A esta denuncia se suma que Max Hodak, cofundador y expresidente de Neuralink aseguró que había invertido en la competencia, concretamente, en Synchron, la cual ya tiene su aprobación para pruebas en humanos.

Más críticas llegan por la comunidad científica, que considera que a Neuralink se le ha dado demasiada publicidad. Cabe destacar que existen empresas de neurotecnología por doquier, como Blackrock Neurotech, Precision Neuroscience o BrainCo, entre otras.

“Neur*link está invirtiendo fondos solo en implantes que, de manera realista, nunca serán utilizados por el paciente promedio con discapacidades en ausencia de cambios estructurales en nuestros sistemas de atención médica”, escribió en Twitter James Wu, neurocientífico y tecnólogo. 

En resumen, Neuralink tiene bastantes problemas por solucionar si quiere conseguir que su dispositivo tenga un futuro para el conjunto de la sociedad, aunque sobre todo para las personas que tenga enfermedades neurodegenerativas.

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