Crononutrición: el cuándo ingieres los alimentos importa en la función que realizan en tu organismo, según un nuevo estudio

La crononutrición es un área relativamente joven dentro de la ciencia de la nutrición, que asegura que el momento del día en el cual se consumen los alimentos sí importa. Por supuesto, el tipo y la cantidad de alimentos también.

Esta nueva rama se basa en la relación entre el ritmo circadiano del ser humano, la nutrición y su influencia sobre las funciones metabólicas. 

Esto entra en confrontación con diversas corrientes de la nutrición que aseguran que lo importante es lo que se consume, no cuándo. Pero no tendría por qué ir separada una cosa de la otra, ya que una de las áreas esenciales dentro de la crononutrición es el consumo de proteína. 

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El momento del día y la distribución del total de proteína serían claves, no solo para mantener un buen peso y una buena salud, sino también para conservar y ganar músculo.

Es la conclusión a la que ha llegado el estudio publicado enCell Reports: La distribución de la ingesta de proteínas en las comidas diarias influye en la hipertrofia del músculo esquelético a través del reloj muscular.

¿Qué ocurre por ejemplo con el desayuno por excelencia en España de pan con tomate y aceite de oliva? Que carece de proteína, no es que esté mal, pero sí incompleto. Se puede solventar no solo con pavo, o productos cárnicos, puedes optar por huevo o lácteos que tienen altos índices proteicos.

Lo que propone el estudio es que se ingiera la misma cantidad de proteína en todas las comidas. 

La investigación corrobora que el consumo de proteína por la mañana ayuda al crecimiento muscular

En el caso de la nueva investigación, los autores han observado de forma específica cómo la hora del día influye sobre el metabolismo de las proteínas, y cómo dicha hora podría afectar al crecimiento muscular.

Inicialmente se centraron en ratones alimentados con 2 comidas al día, con diferente contenido de proteínas. La ingesta de proteínas matinal inducía más fácilmente el crecimiento muscular respecto a un mayor consumo de proteína nocturna. 

De hecho, la tasa de crecimiento muscular fue un 17% más alta en los ratones alimentados con un 8,5% de proteína durante el desayuno en comparación a los ratones que consumieron más proteína en las cenas.

Posteriormente, en otro experimento, para verificar si esto sucedía en todos los individuos, se demostró que aquellos ratones que carecen de los genes que regulan los ritmos circadianos no se verían afectados por este cambio de ingesta proteica. 

Finalmente, en la prueba final del experimento se comenzó a experimentar en humanos. Se reclutó a 60 personas para una encuesta dietética. La mitad de estas consumían habitualmente la mayor parte de su ingesta proteica diaria en la cena, mientras que la otra mitad consumía más proteínas en el desayuno.

De nuevo, las personas que consumían más proteínas durante el desayuno poseían más masa muscular y se desempeñaban mejor en pruebas de fuerza de agarre. Es necesario puntualizar, que para los investigadores, esta aún no sería una evidencia de conexión causal, por lo que concluyen que seguirán investigando en esta rama para llegar a conclusiones más sólidas.