Cuándo regar las plantas: esta es la mejor hora del día

Regar plantas

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Saber cuándo regar las plantas y qué horas del día son las mejores resulta esencial para alargar la vida útil de tus compañeras vegetales de vida, garantizar que tengan nutrientes y evitar que padezcan estrés, se marchiten o peor todavía, se ahoguen y sus raíces se pudran. 

Puedes recolectar el agua de la lluvia o incluso aprovechar el agua procedente de electrodomésticos como el deshumidificador para regar tus plantas. Ya sean de exterior o de interior, cada planta precisa un riego diferente, que también varía en función de la época del año. 

En verano, lo habitual es tener que regar 2 o 3 veces por semana, mientras que invierno el procedimiento se dilata, y suele ser suficiente con una vez por semana o incluso, cada 15 días. 

Esta es la mejor hora del día para regar

El mejor momento para regar las plantas es por la mañana, mejor si cabe temprano. Cumplir con esta directriz resulta especialmente importante en verano, para aprovechar la franja del día más fresca y menos sofocante. 

¿Por qué el amanecer es el momento óptimo para regar las plantas? Porque al salir el sol se inicia la actividad metabólica, siendo óptimo que les proporciones vitaminas, nutrientes e hidratación. Al no hacer calor el agua se evapora más lento.

Al final de la tarde también puede ser otra buena opción, aunque menos recomendable, ya que las plantas se preparan para bajar su actividad metabólica y descansar. De noche no hacen la fotosíntesis. 

Conviene evitar las horas centrales del día, sobre todo en plantas de jardín o expuestas al sol: a mediodía el índice de insolación está en máximos, y esta exposición a la luz provoca que el agua se evapore de forma más rápida, impidiendo la correcta nutrición de las raíces. Además, las gotas pueden actuar como lupas, magnificando la luz solar y provocando quemaduras. 

 

Tampoco es recomendable regar de noche o de madrugada, ya que las hojas no se secan tan rápido, y el exceso de humedad puede provocar determinadas enfermedades. La tierra también podría quedarse húmeda y las raíces, pudrirse. 

Estas normas son más aplicables a las plantas de exterior: en el caso de las de interior, la clase de planta y la estación influyen especialmente. Precisan menos agua cuando su crecimiento se torna más lento. Debes consultar si son plantas que requieren riego regular —como las tropicales, como la monstera— o intermitente, esperando a que el suelo se seque —como las de regiones áridas—. 

¿Cómo regar? Los expertos recomiendan poner agua en el suelo cerca de la base de la planta —por ejemplo, a través de un plato— u optar por el riego por goteo, programándolo para que sea lento y profundo. En líneas generales, deben evitarse los rociadores, puesto que tienen peligro de empapar las hojas. 

También es importante fijarte en el estado de cada planta: si la ves marchita y alicaída, no esperes a que llegue la mejor hora del día para regar y échale agua inmediatamente. 

Por otro lado, son mejores las macetas de barro que las de plástico, ya que no tienen una evaporación tan rápida. Además, es recomendable que los platos para retener el exceso de agua del riego tengan piedras pequeñas o guijarros. 

Cuando el sustrato esté demasiado seco, el riego debe ser paulatino para hidratar bien toda la tierra y no causar encharcamiento, que a su vez puede derivar en hongos o putrefacción. 


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