El intermitente coqueteo de Cabify con su salto a la bolsa: ni será inminente ni está fuera del horizonte, según su fundador

Juan de Antonio, fundador de Cabify.
Juan de Antonio, fundador de Cabify.

Cabify

  • Cabify ha alejado este martes la idea de una inminente salida a bolsa.
  • Se trata de un movimiento que lleva años encima de la mesa de Cabify, especialmente desde que la empresa adquirió estatus de unicornio tecnológico. 
  • No obstante, las dudas sobre el modelo de negocio, primero, y la pandemia, después, han retrasado estos planes al menos un par de años.
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Cabify no tiene prisa por salir a bolsa ni por acudir a rondas de financiación. Así lo ha confirmado este martes en Madrid su fundador, Juan de Antonio, en un evento que ha servido para celebrar los 10 años de vida de una de las startups tecnológicas españolas más relevantes de los últimos años.

"Las rondas de financiación en el ecosistema emprendedor a veces son un poco como Instagram, que una cosa es lo que se muestra y otra la vida real", ha empezado explicando el empresario.

"Las startups las usan a veces como el que va al gimnasio y después se hace una foto. Pero, igual que la vida no es exactamente como se muestra en redes sociales, lo que hay detrás de las startups y los negocios va mucho más allá de la financiación que se anuncia".

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Tras un final de 2019 en que la empresa de movilidad logró beneficios por primera vez con un trimestre final que todavía es el récord histórico de la empresa y una pandemia cuyas consecuencias todavía termina de sacudirse, Cabify por ahora prefiere ser prudente, ir paso a paso y crecer orgánicamente.

La idea de salir a bolsa lleva rondando con cierta insistencia la entidad presidida por de Antonio al menos desde 2018, cuando Cabify cerró una ronda de financiación de 160 millones de dólares para acumular algo más de 400 millones en inversión.

La decidida apuesta de los fondos por Cabify supuso entonces una valoración para la empresa de unos 1.400 millones de dólares

Cabify no solo superó la barrera de los 1.000 millones de dólares de valoración, sino que se fue bastante lejos. La cifra no puede ser más simbólica. 

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Entre otras cosas, marca la diferencia entre una ingente cantidad de prometedoras empresas tecnológicas y los unicornios, que representan la aristocracia tecnológica en el ecosistema emprendedor, el santo grial para los inversores, the next big thing

Y como no hay unicornio que, tarde o temprano, no se anime a cotizar, de Cabify se esperaba lo propio. Ese mismo verano, la empresa confirmó que su intención era salir a bolsa y no vender la empresa. Todo iba según lo previsto.

Ni siquiera la enconada lucha que ya entonces libraba el sector de los VTC con el taxi nublaba el horizonte de Cabify. En 2018, Juan de Antonio vaticinó que en los próximos 18 meses la empresa estaría presente en los mercados bursátiles.

La previsión arrojaba una fecha: a más tardar, Cabify saldría a bolsa a principios de 2020.

Pasó 2018, empezó 2019, acabó la huelga del taxi y Cabify vio el camino libre para salir a bolsa. Sus directivos, de hecho, tal y como contó entonces Cinco Días, llegaron a intensificar los contactos con los principales bancos de inversión españoles para tantear el terreno.

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La idea de la empresa pasaba entonces por salir a bolsa a finales de 2019 o, a más tardar, a principios de 2020. Cabify incluso llegó a buscar 300 millones de euros en una nueva ronda de financiación para preparar su estreno bursátil.

Pero la operación se empezó a enrarecer. Para después del verano, Mariano Silveyra, vicepresidente de la Cabify, no lo veía del todo claro. Muchos se preguntaron entonces qué había podido pasar para que la empresa reconsiderara su postura.

Básicamente, había pasado Uber.

Ese mismo verano, la empresa californiana, que se ha estado repartiendo con Cabify el mercado de los VTC en España desde hace años, tuvo que despedir a más de 400 empleados del departamento comercial tras declarar pérdidas de más de 5.000 millones de dólares.

Silveyra tomó nota: "A Uber se les está castigando mucho de parte del mercado, sobre todo por la falta de de previsibilidad de cuándo van a dar rentabilidad". Cabify mantenía sus planes de salir a bolsa, dijo entonces el directivo, pero para ello tenían que darse una serie de condiciones. 

Sin ello, advertía, nada de salir a bolsa para que, como le había sucedido a Uber, su valor se desplomara un 25% en cuanto vinieran mal dadas.

Y vinieron mal dadas. Aquella prudente postura terminaría permitiendo a Cabify esquivar una de las balas más peligrosas de su vida como startup.

Cabify registró beneficios en diciembre de 2019. En condiciones normales, aquello hubiese sido motivo más que suficiente para activar la operación y poner en marcha los engranajes de la que tal vez es la OPV más esperada del ecosistema emprendedor español.

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Pero mientras Cabify salía de los números rojos por primera vez en su historia, el mundo empezaba a familiarizarse con una palabra que marcaría los próximos años: coronavirus.

El resto es historia. Cabify aún trata de sacudirse el susto de una crisis que acabó durante unos meses casi por completo con la movilidad, con lo que está retomando sus planes de salir a bolsa con mucho cuidado.

"Tanto la salida a bolsa como las rondas de financiación son una opción para nosotros, no una obligación", ha aclarado el fundador de Cabify. El parqué tendrá que esperar todavía algo más a Cabify.

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