¿Volverán los estrenos de cine a ser como antes de la pandemia? Los jefazos de las 'majors' tienen serias dudas

'Viuda Negra' es la primera película de la fase 4 del Universo Cinematográfico de Marvel.
'Viuda Negra' es la primera película de la fase 4 del Universo Cinematográfico de Marvel.

Disney / Marvel Studios

El debate en torno al futuro de las ventanas de distribución cinematográfica no es nada nuevo. 

Han sido muchas las voces que, durante años, han alertado sobre los riesgos que entrañaba la rigidez del sistema, sobre cómo beneficiaba especialmente a un tipo de estrenos (los grandes) y perjudicaba al cine más pequeño e independiente, encerrándolo en una parálisis comercial mientras esperaba a que venciesen los plazos que le permitían saltar a la siguiente ventana de explotación (alquiler/venta) cuando el recorrido en los cines habías sido un fiasco. Que periodistas o analistas del sector planteen sus dudas sobre si las ventanas lograrán recuperarse del envite pandémico o, más aún, si tienen sentido en un escenario de profunda consolidación digital como el actual es una cosa. Y otra, muy distinta, es que las dudas vengan de quien, durante años, ha sido el principal suministrador de gasolina del sistema. Eso es exactamente lo que ha sucedido esta semana. Bob Chapek y Jason Kilar, los CEO de Disney y Warner Media respectivamente, han declarado no tener nada claro que las cosas vuelvan a ser como antes. Y de repente ha empezado a parpadear el botón de pánico. 

Las ventanas de distribución audiovisual, esos períodos de tiempo que garantizaban que el recorrido de una película se producía en primer lugar y de forma exclusiva en las salas de cine, se encuentran desde hace meses en una suerte de limbo debido a las restricciones impuestas por la COVID-19 a las actividades de ocio colectivas. La pandemia y la actitud conservadora de los estudios, que decidieron masivamente aplazar sus grandes estrenos, forzaron al sector de la exhibición a un stand by forzoso. De momento las salas de cine han salvado los muebles gracias a los estrenos medios y pequeños, mientras rezan para que las vacunas aceleren la tan ansiada inmunidad de grupo para recuperar antiguos privilegios y restituir las películas al lugar que corresponde: la pantalla grande.

La primera reacción ante la pandemia de las majors, esas factorías donde se manufacturan los grandes estrenos que los cines esperan como agua de mayo, fue aplazar la salida de producto nuevo a la espera de tiempos mejores. A medida que la incertidumbre se fue haciendo cada vez mayor algunas comenzaron a reinventarse y a experimentar con medidas provisionales que acortaban o saltaban la ventana de cines. A punto de cumplirse un año desde el estallido de la crisis sanitaria mundial la restitución de las cosas a la situación pre pandemia parece cada vez más improbable, hasta el punto de que ya ni los CEO de las compañías se creen que el futuro del cine se parezca remotamente a los que vivimos en 2019. 

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“No estoy seguro de que vaya a haber un retorno”, aseguraba rotundo Bob Chapek (CEO de Disney) durante una conferencia celebrada hace unos días. El discurso deliberadamente ambiguo de Chapek se explica por la imposibilidad de hacer una predicción real de cuándo se completarán los calendarios de vacunación y el arraigo de esta nueva cultura del entretenimiento en el hogar que llevan meses reforzando desde Disney+. Sabe que en juego está la ventana más rentable para el cine (especialmente el suyo) y que renunciar a ella de manera explícita sería como darse un tiro en el pie. Nadie querría decir adiós a un negocio que en 2019 les reportó más de 11.000 millones de dólares de recaudación (una cuota del 33% de la taquilla mundial). ¿Descartan apostar por los estrenos de cine? En absoluto, pero mientras eso no se pueda hacer con normalidad, seguirán explorando fórmulas alternativas, aunque el efecto colateral sea hacer más largo y difícil el camino de regreso.

Chapek no ha sido el único escéptico de la semana con respecto a cómo se explotará comercialmente el cine en el futuro. Jason Kilar, CEO de Warner Media, aseguraba en el mismo foro en que participaba Chapek que probablemente el ventaneo haya cambiado para siempre, lo que ha ubicado a las compañías como la suya “en modo experimentación” con el sistema de distribución, en alusión directa al estreno simultáneo en cines y en plataforma de streaming que Warner va a seguir con todos sus grandes estrenos cinematográficos para este año. 

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El sector de la exhibición no ha dejado de reivindicar un regreso a la explotación comercial en salas, no solo como ejercicio de solidaridad económica, sino también para bendecir la vigencia del ventaneo, aunque hacerlo ahora suponga que las películas digan adiós a una parte cuantiosa de los beneficios. 

Las muestras de apoyo de las majors más tradicionalistas se han traducido en nuevos retrasos, de los que ni salas, ni productoras ni las propias películas se benefician. Otras han sido un poco más aventureras. Como no se puede cambiar la dirección del viento han decidido ajustar sus velas para seguir otro camino y explorar. ¿El resultado? Una aceleración de su transición digital para sembrar la semilla de un nuevo negocio que, en un futuro no tan lejano, podría dar sus frutos.

Tanto Chapek como Kilar aseguran que muchos de los proyectos que actualmente están desarrollando tienen el estreno en pantalla grande en mente, pero a futuro el digital va a estar siempre presente en su modelo de explotación comercial. Disney y Warner han decidido abrazar la filosofía de poner el usuario en el centro de sus negocios sobre la que Netflix construyó su imperio y darles libertad para decidir cómo quieren ver el contenido. Pero precisamente que eso se haya convertido en una realidad es lo que está alejando día a día el regreso a un sistema en el que el estreno en cines tarde meses en poder ser disfrutado en el hogar. En un entorno con una oferta abundante, la impaciencia ya no se traduce en piratería, sino en infidelidad (de plataforma). Y perder clientes es algo que en estos momentos nadie se puede permitir.  

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