No todos los viajes contaminan lo mismo: el uso normalizado de jets privados entre celebridades como Taylor Swift está más entredicho que nunca

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La aviación contamina. Supone el 2% de las emisiones globales de CO2 emitidas por el ser humano a la atmósfera, de acuerdo a la web divulgación aeronáutica TMAS. Esto supone hablar de aproximadamente unos 900 millones de toneladasde dióxido de carbono.

Un informe de la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por su sigla en inglés) eleva, incluso, al 3% las emisiones de gases de efecto invernadero en Estados Unidos. 

Aunque pueda parecer un impacto bajo, un solo vuelo puede generar muchas más emisiones que la vida diaria de gran cantidad de personas a lo largo de un año.

Además, no todos los viajes –y sus pasajeros–contaminan de la misma forma al medioambiente. 

Es el caso de las celebrities, especialmente dadas al uso de vuelos privados para llevar a cabo trayectos, algunos irrisoriamente breves.

Es el caso de Taylor Swift. Un estudio reciente de Yard, una firma de marketing digital, arrojó que el avión de Swift ha emitido 8.293 toneladas métricas de CO2 en lo que va del año. Se trata de 1.200 toneladas toneladas métricas más que el avión del subcampeón, Floyd Mayweather.

Este toma como partida los datos de la cuenta de Twitter @CelebJets, que rastrea los viajes de las celebridades. De esta forma, la cuenta revela que el avión de Swift ha realizado 170 viajes este año. Su vuelo más corto fue de tan solo 36 minutos.

Las emisiones que genera la ajetreada agenda de la cantante no son baladíes. Sus emisiones supusieron 1.200 veces las emisiones anuales totales de una persona de media.

El equipo de la cantante ha salido en un defensa alegando que el avión, un Dassault Falcon 7X de 2009 comprado en 2012, se presta regularmente a otras personas.

Cruzar el Atlántico en jet privado: 6 años de las emisiones de un hogar

Pese a ello, lo cierto es que los viajes de los ricos están más en contradicho que nunca, en parte, por la situación tan crítica que se encuentra la Tierra. 

De hecho, Real World Visuals, especialistas en analítica medioambiental se ha propuesto poner cifra a la problemática y lo han hecho aprovechando la conferencia de Davos, donde el uso de jets privados fue una realidad entre los gobernantes. 

En este punto, ponen como ejemplo un vuelo transatlántico que recorre Londres-Nueva York. El trayecto, explican, se realiza en un Boeing 747 que emitiría unas 200 toneladas métricas de CO2 a la atmósfera.

En la nave viajan unas 349 pasajeros. Pero los que van en business ocupan más espacio que los que viajan en clase turista. Y los que van en primera clase ocuparían todavía más.

Un pasajero que viaja en clase turística sería responsable de emitir los gases de efecto invernadero a la atmósfera equivalentes a 4 semanas de vida en un hogar medio europeo. La proporción subiría hasta las 38 semanas para los que hacen lo propio en primera clase.

El impacto a la hora de hablar de jets privados se dispara. Un avión de este tipo usa tanto combustible como 9 pasajeros de primera clase, 26 pasajeros de clase ejecutiva y 80 de la clase más económica. 

De esta forma, solo cruzar el Atlántico en un jet privado implica alrededor de 25 toneladas métricas de dióxido de carbono a la atmósfera. Se trata de las emisiones que generaría un hogar europeo medio a lo largo de 6 años.

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