¿Cuánto tarda España en resfriarse si Alemania estornuda?: El riesgo de recesión para la economía

El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez

REUTERS/Ints Kalnins

De sobra es sabido que, cuando Alemania estornuda, el resto de Europa se resfría. El peso de la economía germana y los estrechos vínculos con sus vecinos europeos son tales que, en caso de sufrir un grave shock, los arrastraría consigo a la recesión. 

Lo que pasa es que, para cuando Alemania estornuda, el resto de países ya han cogido frío. La economía alemana se ha ganado la fama de tener una salud de hierro, más resistente que la mayoría... Pero eso ha cambiado.

La invasión rusa de Ucrania ha sacudido los cimientos del Viejo Continente, dejando a Europa a las puertas de una recesión, y en esta ocasión, Berlín está en primera línea de impacto.

"Es una situación inédita en mucho tiempo", comenta Miguel Otero, investigador principal del Real Instituto Elcano y profesor del IE School of Global and Public Affairs. 

Históricamente, Alemania es una de las economías más robustas y que se han mantenido más estables, por lo menos en el último cuarto de siglo. Mientras en la última crisis financiera el PIB de España se contrajo en 2009, y volvió a hacerlo en 2011, 2012 y 2013, la economía alemana sólo retrocedió en 2009.

Ahora, en cambio, cada vez son más las voces que alertan del peligro de una recesión en Alemania. Y el problema es que, si Berlín cae, el resto va detrás. La pregunta ahora es: ¿cuánto tardaría España en caer? 

Todo depende de si los peores temores se materializan o no en el segundo semestre. Que Europa está aterrizando a toda velocidad en un terreno embarrado de intensa desaceleración e inflación galopante es innegable. Pero eso no significa que la crisis esté asegurada.

La mayor amenaza sería un corte en el suministro de gas por parte de Rusia. Y en las últimas semanas, la probabilidad de que cristalice va en alza.

"La probabilidad de racionamiento de gas en Europa ha aumentado significativamente tras la reciente interrupción del suministro de gas natural ruso a través del gasoducto Nord Stream 1. Una recesión técnica en la eurozona es ahora una posibilidad cada vez mayor", advirtió recientemente la agencia de rating Fitch.

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Si Rusia corta el gas, "puede parar gran parte de la industria alemana, puede llevarles a una recesión y una recesión en Alemania puede arrastrar al conjunto de la eurozona", coincidió la semana pasada el vicepresidente del Banco Central Europeo, Luis de Guindos.

Por qué Alemania está en primera línea de impacto

Una bandera gigante de Alemania.

Alemania es el eslabón más fuerte de Europa, pero su industria energética cuelga de Rusia: el 60% del gas que importa se lo compra a Rusia, frente a un 30% de media en la eurozona.

"En Alemania hay una incertidumbre brutal sobre qué pasará con el suministro del gas. Si se corta el grifo, la crisis sería inevitable", avisa José Emilio Boscá, catedrático de Fundamentos del Análisis Económico en la Universidad de Valencia e investigador asociado de Fedea.

Pero incluso aunque no se corte, continúa, "tiene pinta de que el crecimiento irá a 0 a finales de este año, y en el que viene estaremos en una situación cercana a entrar en ciclo negativo".

Esto se debe a que, antes incluso de la invasión rusa, la economía alemana ya estaba tocada por la crisis de suministros. Su enorme dependencia comercial de China ha resultado en que, cuando Pekín ha impuesto cortes de actividad dentro de su política híper restrictiva contra el COVID-19, la industria alemana lo ha notado en forma de falta de materiales necesarios para sus empresas.

"China es un mercado importantísimo para la industria alemana. Actualmente es su principal proveedor, por delante de Holanda y Francia, y eso puede ser un arma de doble filo", ilustra Ansgar Seyfferth, colaborador de la Fundación Alternativas y director para España y Portugal de STAT-UP.

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El impacto en España... cuestión de tiempo

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras los pasos del canciller alemán, Olaf Scholz.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras los pasos del canciller alemán, Olaf Scholz.

Filip Singer/Pool via REUTERS

La explicación es simple: "España está en Europa. El 90% del ciclo económico español se explica por el ciclo económico de Europa, y Alemania es la economía más grande de Europa. Por sí sola representa 15% de la economía europea. Si no entramos en recesión habiendo entrado Alemania será por pura suerte", avisa Manuel Hidalgo, investigador sénior del Centro de Políticas Económicas de Esade.

"Si Alemania entra en recesión, afectará a toda la zona euro. Francia y Alemania son nuestros socios comerciales por antonomasia, es muy difícil que griten y no nos afecte a nosotros", coincide Otero.

Es un efecto contagio que se produce por correas de transmisión, a través del consumo o el comercio

"Alemania es el segundo destino de las exportaciones españolas y nuestro principal proveedor", aclara Seyfferth. 

En 2021, España vendió a Alemania bienes por valor de 32.400 millones de euros (el 16% de todo lo que vende a la Unión Europea), y le compró otros 38.276 millones de euros en bienes (el 22% de todo lo que compra). 

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Si la economía alemana se viera golpeada, España sufriría por dos flancos: por un lado, si hay crisis en Alemania, el consumo de sus ciudadanos y la actividad de sus empresas se deprimiría, y esto se traduciría en menores compras a España. 

Coches y motos, frutas y legumbres y productos químicos son los productos que España más vende a Alemania, y que por tanto se verían más afectados en el caso de un parón de consumo en Alemania.

Una caída de la demanda de los alemanes también podría golpear al turismo español, aunque los expertos lo ven más complicado. "Si hay una recesión puede que tengan menos dinero, pero eso también puede ser algo positivo: el turista alemán siempre busca sol y es más barato ir a España que a otros destinos", añade Otero.

Por otro, si el shock tiene que ver con la actual crisis de suministro, o con la amenaza de un corte energético ruso, las fábricas alemanas podrían sufrir problemas (de falta de material o energía) para producir, y teniendo en cuenta que son los principales proveedores de España, esto significa que las empresas españolas tendrían problemas para comprar muchos materiales.

Productos químicos, manufacturas, bienes de equipo y componentes de automóvil son los materiales que más compran las empresas españolas a Alemania, y en caso de crisis podrían presentar problemas de abastecimiento.

"Alemania tiene una potente industria de automoción, de componentes para automóviles, una industria química muy competitiva... Esto va a arrastrar a muchas filiales en Europa. En España tenemos varias filiales de grandes empresas alemanas, como Volkswagen o Mercedes", apunta Hidalgo.

"El factor más importante a tener en cuenta es nuestro engranaje con el sector automóvil alemán", coincide Otero. España cuenta con muchísimos proveedores alemanes que nutren la industria del automóvil en regiones como Navarra o País Vasco.

¿Cuánto tiempo puede pasar?

Si la economía alemana cae, el efecto dominó está garantizado en el resto de Europa. La pregunta es, ¿cuánto tardaría España en caer?

Todo dependerá de la magnitud del golpe. Si los peores temores se hacen realidad, tanto el impacto como la velocidad de transmisión serían más rápidos, mientras que una ligera contracción relacionada con la desaceleración podría tardar más en llegar.

"Hoy en día creo que estos fenómenos se contagian bastante rápido entre socios tan interconectados. Sobre todo porque llega incluso a anticiparse a efectos bursátiles: las perspectivas condicionan las reacciones, y lo aceleran todo todavía más. La bolsa puede caer por algo que todavía no ha pasado", apunta Seyfferth.

Otero, sin embargo, confía en que a España le afectará con efecto retardado, gracias al peso de la demanda interna y al empuje del turismo este verano.

"La economía española va un poco por detrás: tenemos una estructura de servicios muy importante, donde el consumo interno tira bastante y tiene una bolsa de ahorro acumulada durante la pandemia. Además, todavía estamos disfrutando del retorno del turismo", destaca Otero.

En otras palabras, desde España se ve a lo lejos un nubarrón en el horizonte y una tempestad sobre Alemania, "pero todavía no nos está lloviendo".

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