Así debes conducir con nieve, hielo, niebla o lluvia en carretera para no tener accidentes, según la DGT

- Conducir en invierno implica algunos riesgos que no existen en otras épocas del año, por ejemplo la aparición de nieve, hielo, niebla, lluvia o fuertes rachas de viento en carretera.
- La DGT explica cómo debes conducir para evitar accidentes cuando las condiciones son malas.
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Si tienes que utilizar el coche durante estas semanas más vale que tengas cuidado y extremes las precauciones, ya que las condiciones meteorológicas son adversas y hay un mayor riesgo de accidente.
La nieve, las placas de hielo, la niebla, la lluvia y las fuertes rachas de viento son fenómenos propios del invierno, y aunque estés acostumbrado a ellos es peligroso que no los tengas en cuenta a la hora de conducir.
Debido a ello, la Dirección General de Tráfico (DGT) suele ofrecer consejos para que los conductores puedan montar en coche de forma mucho más segura,evitando así accidentes que puedan terminar incluso con víctimas mortales.
En estas fechas siempre resulta recomendable que repases los consejos de la DGT para conducir en las condiciones más adversas del invierno. A continuación, se recopilan estas medidas de seguridad.
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Niebla
Que haya mucha niebla mientras estás en un desplazamiento por carretera no sólo es molesto, sino que puede llegar a ser peligroso.
Las recomendaciones de la DGT para conducir con niebla son las siguientes:
- Aumentar la distancia de seguridad con el vehículo que hay delante y reducir la velocidad
- Utilizar las luces correctas: las de cruce y las antinieblas delanteras, nunca poner las luces largas, ya que pueden deslumbrar
- Activar los parabrisas cuando la humedad aumente mucho
- No frenar bruscamente: puede provocar choques en cadena
Mantener la vista fija en el vehículo que tienes delante o seguir las marcas viales son otros aspectos que te ayudarán a conducir con niebla.
Nieve y hielo
Si vives en un lugar en el que pueden producirse nevadas debes tener las cadenas siempre a mano, ya que es posible que las necesites en más de una ocasión.
Además de este asunto básico, la DGT apuesta por reducir la velocidad, encender el alumbrado de cruce y aumentar la distancia de seguridad. También es importante circular por las rodadas de otros vehículos y no manejar el volante bruscamente.
En el caso de que se formen placas de hielo hay que extremar el cuidado, por ejemplo usando marchas largas para evitar que las ruedas patinen. Si pisas una placa de hielo sujeta firmemente el volante y levanta poco a poco el pie del acelerador. Al recuperar la adherencia, frena de forma suave.
Viento y lluvia
Las fuertes rachas de viento al conducir son peligrosas, y pueden provocar el temido efecto pantalla. Para salir airoso del mismo debes evitar el adelantamiento a vehículos voluminosos, adaptar la velocidad al viento y estar preparado para corregir la dirección del vehículo si es necesario.
Cuanto menos aerodinámico sea el coche, más le va a afectar el viento, por tanto hay que deshacerse de elementos como portaequipajes en el techo o bicicletas.
Por otro lado, el mejor consejo para conducir con lluvia es aumentar la distancia de seguridad respecto a los otros vehículos. Así hay más tiempo de reacción para frenar ante un imprevisto y que no se produzca una colisión.
No olvides reducir la velocidad, evitar maniobras bruscas, utilizar las luces de cruce y llevar el limpiaparabrisas en buen estado, ya que será un gran aliado para que no pierdas visibilidad al conducir mientras llueve.
Recuerda también que las luces antiniebla sólo son recomendable si la lluvia es de gran intensidad.
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