Por qué deberías dejar de tomar café cada 2 meses

Si tomas café como respiras oxígeno te habrás dado cuenta de que ya no te funciona igual.

Cuando no eres un bebedor asiduo, notas rápidamente los efectos de la cafeína. Una taza te proporciona un gran subidón de energía que utilizas para despertarte o para centrarte en el trabajo después de comer. Pero en breve necesitas 2 tazas para el mismo efecto. Después 3 y, si eres como yo, en nada te tomas una cafetera sin pestañear. 

Ya es oficial: tu cuerpo ha desarrollado tolerancia a la cafeína.

Beber café no tiene nada de malo. Muchas investigaciones vinculan su consumo a grandes beneficios para la salud. Sin embargo, puede tener también una cara oscura. Más allá de la dependencia creada para conseguir energía, un exceso de cafeína puede alterar tu sueño, generar ansiedad o dificultar la concentración.

Otro de los efectos es que con el tiempo buena parte de tu organismo se acostumbra a la cafeína, incluidos los sistemas cardiovascular y nervioso central.

“La cafeína nos despierta, mejora nuestro rendimiento cognitivo y deportivo e induce una mayor liberación de neurotransmisores como la dopamina o la serotonina”, matiza en La Vanguardia el doctor y divulgador Antelm Pujol. También a la larga “nos volvemos resistentes”.

Según explica, esta tolerancia se debe a que la cafeína puede unirse al mismo receptor que la adenosina, un compuesto que influye en el sueño al provocar sensación de somnolencia. Al tomar tu café, las moléculas de cafeína se unen a los receptores cerebrales que utilizaría la adenosina, lo que pone tu cuerpo en modo vigilia. 

Con el tiempo, tu cerebro emitirá más receptores de adenosina para compensar, por lo que necesitarás dosis mayores para sentir el café en el cuerpo, hasta que llegue un punto en el que te vuelves "inmune" a sus efectos.

Cómo restablecer tu tolerancia a la cafeína

Restablecer tu tolerancia a la cafeína es posible. Para ello puedes probar 2 maneras. Disminuyendo progresivamente tu ingesta o, si eres más radical, abandonando por completo el café. Para algunas personas esta renuncia supone sentirse mejor, para otras vivir una pesadilla. 

El síndrome de abstinencia te provocará atontamiento, irritabilidad y seguramente dolor de cabeza. "Cuando tomas cafeína, se contraen los vasos sanguíneos. Por eso, muchas veces, cuando no la tomas, los vasos se relajan y crean una presión en el cerebro", señala el investigador del café Joseph Rivera en The Clut.

Por eso los especialistas aconsejan ir poco a poco.

Pujol recomienda rebajar progresivamente la ingesta de café durante 2 semanas. Durante los primeros días baja la dosis habitual a la mitad. Entre el día 3 al 5 rebaja al 25% y del 6 al 14 no tomes nada. "Esto deberemos repetirlo cada 2 o 3 meses si deseamos volver a tener todos los beneficios del café en nuestro cuerpo".

Similar a los consejos de Rivera, quien sugiere reducir el consumo a la mitad durante unos días, luego a la mitad durante otros pocos más, y así sucesivamente. "Al cabo de una semana deberías estar más o menos como estabas sin tomar cafeína", afirma.