Deliverect, la startup belga que procesa más de un millón de pedidos semanales de Glovo o UberEats, aspira a ser el eje central del 'delivery' a nivel mundial

Durante la primera mitad de 2020, el consumo fuera del hogar en España descendió un 44%. La facturación se redujo en 7.000 millones de euros respecto a lo anotado un año antes. Mientras, el delivery crecía exponencialmente, un 60%, según los datos de la consultora Kantar.

En este escenario, empresas como Glovo, UberEats o Deliveroo viven un momento dulce. Sin embargo, era cuestión de tiempo que otras compañías desembarcasen en este negocio floreciente para agilizar y automatizar la respuesta esta demanda creciente. 

Es el caso de Deliverect, una startup belga que conecta estas empresas de reparto con los restaurantes a través de la tecnología. Bajo esta premisa, la compañía –que nació hace apenas 2 años– ha procesado más de 40 millones de pedidos de 10.000 locales de marcas como KFC, Restalia, Unilever. En España ya brindan servicio a 700 puntos de venta.

Sergio Osona es el director general de la compañía para España y Portugal y tiene claro cuál es el propósito de la compañía: "Crear un entorno óptimo y fácil de gestionar para que los restaurantes se centren en las cosas que de verdad saben hacer bien". 

Pero, ¿cuál es exactamente la labor de Deliverect?

El directivo explica que la empresa conecta los canales de pedidos online que, principalmente, se identifican con agregadores de delivery, pero también con e-commerce de marcas blancas o con pedidos con código QR, y es capaz de indexarlos en el software del punto de venta. 

A nivel global tienen una 130 integraciones construidas. En España trabajan con 12 de los terminales de punto de venta más importantes. "Esto permite a los restaurantes recibir todos estos pedidos y directamente integrarlos en el TPV", explica. 

Apostando por el delivery y el e-commerce: así se ha reinventado el sector restauración durante la pandemia del coronavirus

"Los restaurantes ya no tienen que depender de diferentes dispositivos para recibir los pedidos externos", detalla Osona. Ademas, este sistema ayuda a toda la cadena de valor: zanja los errores de transcripción manual, ahorra tiempo al personal del establecimiento y todo mientras que la cocina recibe la orden automáticamente en su impresora o pantalla. 

Este recorrido se resume en varias cifras: una disminución de los errores del 80%, el aumento del 25% en el ingreso medio de los restaurantes y una mejorara del 48% en los tiempos de entrega de los pedidos.

'Delivery': empuje para la hostelería y nuevas alternativa para el cliente

"El delivery no ha llegado ahora, lleva varios años con crecimientos exponenciales. La pandemia solo ha provocado una ligera aceleración de la digitalización, principalmente del pequeño comercio, que en muchos casos todavía no había entrado en este juego", argumenta el directivo. 

Defiende que el delivery ha llegado para quedarse, lo que por otro lado no supone una amenaza para los restaurantes y más en España, donde existe una cultura de ocio muy arraigada: "La lucha de la comida a domicilio no es contra la hostelería sino contra el hecho de cocinar". 

No obstante, Osona no pasa por alto la notable optimización que ha sufrido el servicio en los últimos años y apunta que estamos ante un sector muy profesionalizado. "Antes, cuando hablábamos de comida para llevar solo pensábamos en pizza y hamburguesa; ahora todo eso ha cambiado", añade. 

Una ronda de financiación y 824 millones en euros en transacciones

En abril, la empresa recaudó 65 millones de dólares (53 millones en euros) en una ronda de financiación liderada por DST y Redpoint Ventures, aunque también han participado en la operación sus inversores actuales —Omers, Newion, Smartfin— y los fundadores la propia compañía. 

Osona explica que esta inyección de fondos se va a canalizar, principalmente, a la mejora el producto. Otros objetivos son la consolidación de su presencia en los mercados en los que ya opera, así como lanzarse a otros nuevos como Latinoamérica, los países nórdicos o Nueva Zelanda. 

La empresa, con un equipo formado por 200 personas y presencia en 30 mercados, es reconocida por brindar servicio a grandes cadenas, pero mantiene que no hay barreras: "Cualquier restaurante puede acceder a la misma tecnología que usa una gran compañía". Su modelo de negocio se basa en una tarifa mensual, que parte de los 49 euros y que aumenta en función del número de pedidos procesados. 

Hoy, la media de pedidos procesados a la semana se eleva a más de 1 millón, lo que supone un aumento de casi el 750% desde abril de 2020. En valor, las transacciones procesadas superan los 1.000 millones de dólares (algo más de 824 millones en euros). 

El directivo resta importancia a la facturación y apunta que la empresa no se marca retos en este sentido. "El objetivo es seguir trabajando para crecer y mejorar", explica. Pero lo cierto es que su crecimiento en este indicador le permite ir dando pasos hacia su objetivo de ser el eje central sobre el que gire toda la gestión de pedidos de comida online a nivel mundial.