La IA podría aumentar de forma significativa nuestra implicación en los procesos políticos: "Se trata de una propuesta para hacer más democracia"

Votar en las elecciones con IA.

 REUTERS/Jon Nazca

  • Cesar A. Hidalgo, profesor y director del Centro de Aprendizaje Colectivo del Instituto de Inteligencia Artificial y Natural de la Universidad de Toulouse, está trabajando en un proyecto para que la IA mejore los procesos democráticos.
  • La democracia aumentada es aquella en la que cada ciudadano es su propio representante gracias a un avatar de IA que recopila datos del individuo. 
  • Si bien su aplicación aún está en fases de investigación inicial, técnicas de machine learning podría revolucionar la democracia tal y como la entendemos.

Si la tecnología avanza a pasos agigantados, no debería sorprender que también se cuele en todas las áreas de la vida, incluida la participación política

La automatización de los procesos gracias a los avances tecnológicos no es nada nuevo, sin embargo, puede resultar alarmante cuando hablamos de poder. 

La democracia es el sistema por excelencia de la convivencia, en el que el pueblo elige por mayoría a sus representantes y donde el resultado que salga de las urnas es prácticamente sagrado. 

Pasar de una democracia representativa, en la que los ciudadanos eligen a los políticos, a una democracia directa real, donde cada ciudadano vota cada ley, podría ser el futuro y pasa por integrar la IA en los sistemas electorales, simplificando y facilitando el proceso.

La inteligencia artificial es la tecnología que más se está desarrollando en estos momentos, junto al metaverso. Los usos de la IA son infinitos y por supuesto, las big tech se han adentrado en la batalla por obtener los mejores resultados.

Amazon debatía el mes pasado cómo esta técnica podía revolucionar las búsquedas de medicamentos, la genómica o las pruebas clínicas, mientras que Google quiere enseñarla a escribir y corregir código como parte de la apuesta por la IA generativa. Microsoft está trabajando junto a Nvidia para crear un superordenador en la nube que desarrolle inteligencias artificiales más potentes. 

Sin embargo, la potencia y el alcance del machine learning alerta de las posibles riesgos que puede conllevar el uso de esta tecnología. Por ejemplo, la policía de San Francisco se plantea el empleo de la fuerza robótica, mientras que otros utilizan la IA al borde de la legalidad, como el canal de Discord que genera imágenes pornográficas

A pesar de las alarmas que puedan saltar, son muchos los esfuerzos para que las nuevas aplicaciones de la inteligencia artificial sean en beneficio de todos, mejorando la calidad de los procesos y en definitiva, la vida de las personas. 

El concepto de democracia aumentada, desarrollada por César A. Hidalgo, profesor y director del Centro de Aprendizaje Colectivo del Instituto de Inteligencia Artificial y Natural de la Universidad de Toulouse, es uno de los usos de la IA para mejorar el proceso de participación democrática. 

Algo más que un inquietante aviso: Ilya Sutskever, cofundador con Elon Musk de OpenAI, advierte de que algunas de las máquinas más avanzadas podrían haber cobrado ya conciencia de sí mismas

"La idea es bastante simple y que de cierta manera no es nueva, porque la democracia, como nosotros la conocemos, siempre requiere de cierta intermediación", asegura Hidalgo a Business Insider España.  

¿En qué consiste la democracia aumentada?

Partimos de la base de que las democracias modernas, construidas sobre el concepto griego de que el poder está en el pueblo, no son perfectas. 

Esto no es ningún secreto y aceptar este hecho solo puede llevarnos a buscar otras formas en la que los ciudadanos participen activamente en la conformación de su Estado de derecho y tengan un impacto directo en los procesos políticos. 

"Se trata de una propuesta para hacer más democracia", asegura el director del Centro de Aprendizaje Colectivo. "Pero también de generar una democracia donde el poder no esté capturado", añade. 

Este es el objetivo principal de la democracia aumentada. "Creemos que la democracia se basa en la idea de que el pueblo es soberano, es decir, que todas las personas tienen, de manera distribuida y compartida, la soberanía de una nación". Pero ello requiere un grado muy elevado de implicación por parte de los ciudadanos que no es posible exigir por la manera en la que hemos configurado nuestras sociedades actuales.

La manera en la que la soberanía popular se ejerce en la actualidad es a través de una intermediación de representantes políticos, los cuales toman todas las decisiones mediante la acción de Gobierno (y en casos como el español, pactando con el resto de partidos cuando no existen mayorías absolutas).

"Lo que nosotros proponemos es que puede haber otros mecanismos de intermediación que no tienen por qué darse exclusivamente a través de representantes", explica Hidalgo. 

"Esto no excluye que ese tipo de poder se necesite en ciertas ocasiones, pero que exista una intermediación que ocurra a través de medios digitales aumentados por inteligencia artificial". 

En el fondo, se trata de recuperar el antiguo concepto griego de democracia, junto a la idea de intermediación que ejercen los representantes públicos en las democracias actuales, para diseñar procesos políticos en los que los ciudadanos, por medio de la IA, puedan aplicarla de forma directa. 

¿Cómo se votaría con inteligencia artificial?

Los costes de participación son muy altos. Requieren tiempo, estar bien informados y pendientes de todas las iniciativas, lo cual es materialmente imposible, ya que en el Congreso se votan cientos de iniciativas y propuestas. Es precisamente en este punto donde entra en juego la integración de la inteligencia artificial. 

Este bot escribe textos generados por IA realmente sorprendentes: disertaciones filosóficas, problemas matemáticos o discusiones entre "personas"

El objetivo final es que cada ciudadano sea su propio representante a través de un avatar desarrollado con los datos con los que se haya ido alimentando la IA: los gustos de la persona, sus intereses, las cosas con las que está de acuerdo y las que no. 

"La inteligencia artificial toma datos y toma el output, y trata de aprender la receta. Según vayas dándole más datos, va adaptando esa receta". La clasificación de datos es fundamental para afinar el avatar. 

Para ello, "necesitamos inteligencia artificial y no algoritmos simples", afirma el profesor. Son procesos de aprendizaje en los que no solo recoge toda la información, sino que también identifica qué datos son útiles y rechaza los que no. 

"Por un lado, vamos a alimentar al avatar con la información que vamos dejando en internet, y por otro, con las respuestas que le demos a las preguntas que nos haga". 

Cuando una persona ha respondido a las muchas preguntas que necesita la IA para perfilar el avatar político, tendrá la información suficiente para simplificar los procesos de participación y que no requieran un gran esfuerzo votar las diferentes leyes o propuestas.

¿Es realmente viable una democracia aumentada a través de la IA?

"Hay que empezar separando las distintas formas de participación que existen". 

El grado de implicación de los diferentes niveles de participación no son comparables. Por ejemplo, no es lo mismo una votación nacional para aprobar los Presupuestos Generales del Estado, que la votación de proyectos específicos para mejorar el barrio de Lavapiés. 

"Cuando se tiene una plataforma de presupuesto participativo, lo que ocurre muchas veces es que el nivel de participación es bastante bajo", explica el profesor.

Aunque España es pionera en el uso de plataformas de participación ciudadana más allá de las elecciones, lo cierto es que apenas son usadas por los ciudadanos.

Es el caso de Decide Madrid, un espacio digital que lanzó el Ayuntamiento de Madrid en 2015, donde votar diferentes propuestas, pero que apenas hoy día, ninguna alcanza los 1.000 votos. 

"Lo que hemos hecho hasta ahora es un sistema bastante simple de participación que nos está ayudando a entender básicamente cómo estructurar y organizar las preferencias de las personas", explica Hidalgo mientras muestra a Business Insider España las plataformas que lanzaron para las elecciones en Brasil y Francia. 

"Cogimos las propuestas de los programas electorales de todos los candidatos y un abogado del equipo los resumió en 60 propuestas. Después, cada persona entra en la interfaz y va construyendo su propio programa de Gobierno colaborativo que mezcla propuestas de todos los candidatos". 

Si cada ciudadano hace este ejercicio, las propuestas más repetidas serían las que conformarían la hoja de ruta para el Gobierno de la nación y los políticos serían los encargados de llevarlas a cabo. 

Se trata de un sistema en el que hay "una responsabilidad individual mayor" porque la gente vota por las propuestas concretas que consideran buenas, y no delega la responsabilidad –y el poder– a otras personas.

En los momentos iniciales en los que se encuentra el proyecto, se trata de una propuesta binaria, en la que los políticos tomen ciertas decisiones, pero haya otras en las que los ciudadanos, de forma directa, puedan ejercer su soberanía con una IA fuerte y bien desarrollada. 

"Es realmente darse cuenta de que hoy en día hay más colores en la paleta que podemos utilizar para pintar la democracia del futuro".

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Business Insider.