Sudar para sanar: si quieres calmar los síntomas de la ansiedad, el deporte intenso es el que mejor funciona

Deporte

Anastase Maragos/Unsplash

  • Un nuevo estudio dirigido por científicos de la Universidad de Gotemburgo descubre la relación entre la intensidad del ejercicio físico y el alivio de los síntomas de la ansiedad: quienes más sudan son los que más se benefician. 
  • Participaron 286 personas con ansiedad que realizaron distintas modalidades de ejercicio durante 12 semanas.
  • La diferencia fue profunda. "Cuanto más intensamente se ejercitaban, más mejoraban sus síntomas de ansiedad”, dice el primer autor, Malin Henriksson.
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Desde hace años se ha estudiado la importancia del deporte para prevenir la depresión, pero la relación entre ansiedad y ejercicio físico ha sido hasta hace poco mucho más desconocida.

Al igual que la alimentación esconde un gran potencial para cuidar la salud mental, estar físicamente activo y abandonar el sedentarismo pueden ayudar a combatir y paliar los síntomas de la ansiedad como el nerviosismo, la respiración agitada, el insomnio, el ritmo cardiaco acelerado, la fatiga o la opresión en el pecho.

Un nuevo estudio de la Universidad de Gotemburgo ha profundizado en la manera en la que las distintas formas de ejercicio pueden abordar la ansiedad crónica: los autores de la investigación, publicada en el Journal of Affective Disorders, han averiguado que cuanto más intensa es la actividad física, mejor se alivian los síntomas de la ansiedad.

Participaron 286 pacientes diagnosticados con un trastorno de ansiedad, por lo que se trata de uno de los estudios más grandes hasta la fecha de su relación el deporte. Los sujetos se dividieron en dos grupos para completar diferentes regímenes de ejercicio durante 12 semanas: moderado o extenuante.

Las sesiones de entrenamiento de 60 minutos se realizaron 3 veces por semana incluyendo calentamientos, 45 minutos de entrenamiento aeróbico y de fuerza combinado, seguidos de enfriamientos y estiramientos. 

Fueron guiadas por un fisioterapeuta con sesiones moderadas diseñadas para impulsar la frecuencia cardíaca de los participantes hasta el 60% de su máximo, mientras que las sesiones másv igorosas alcanzaron el 75% del máximo de los participantes. Como medidores se emplearon monitores de frecuencia cardíaca y la escala de Borg, una medida establecida del esfuerzo físico.

El ejercicio intenso, la mejor llave para controlar la ansiedad

La mayoría de los sujetos en ambos grupos pasaron de niveles iniciales de ansiedad entre moderada y alta a un nivel bajo de ansiedad una vez concluido el programa de ejercicio de 12 semanas. 

Sin embargo, la diferencia entre ambos fue profunda: las posibilidades de mejorar los síntomas de ansiedad entre los que estaban en el programa moderado aumentaron en un factor de 3,62 en comparación con el grupo de control. Para aquellos en el grupo extenuante, este factor aumentó a 4.88.

"Cuanto más intensamente se ejercitaban, más mejoraban sus síntomas de ansiedad", afirmó el primer autor del estudio Malin Henriksson. 

Una de las principales conclusiones del estudio es que los programas de ejercicio adaptados a las circunstancias individuales podrían brindar nuevas modalidades especializadas de terapia, especialmente en pacientes con ansiedad que no responden a medicación y a terapia cognitivo-conductual. 

“Los médicos de atención primaria necesitan tratamientos que sean individualizados, tengan pocos efectos secundarios y sean fáciles de prescribir”, completó otra de las autoras, Maria Åberg. 

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