El petróleo y el carbón frenan la COP26: algunos países se niegan a desterrarlos y alargan la cumbre climática sin acuerdos definitivos

Protesta durante la COP26 celebrada en Glasgow (Escocia).
Protesta durante la COP26 celebrada en Glasgow (Escocia).

Reuters

  • Según un estudio reciente, parece ser que no se logrará el objetivo del Acuerdo de París de limitar el incremento global de la temperatura media hasta los 2ºC, sino que podría llegar a los 2,4ºC.
  • Ante este escenario, algunos países se niegan en la COP26 a desterrar para siempre el carbón o los combustibles fósiles, favoreciendo la transición hacia energías renovables.
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Los países implicados en la COP26 no llegan a ningún acuerdo trascendental, a pesar del riesgo que implica no actuar conjuntamente por mitigar los efectos del cambio climático. 

El 12 de diciembre de 2015 se aprobaba el Acuerdo de París, un documento que contaba en sus objetivos con evitar que el incremento de la temperatura media global no superara los 2ºC, con esfuerzos adicional para que no rebasar los 1,5ºC.

Parece que ahora todos estos compromisos han caído en saco roto, ya que algunos países se niegan a desterrar el carbón o los combustibles fósiles más contaminantes. Y el texto se queda algo corto en pretensiones a futuro.

"Acabamos de conocer un estudio histórico que muestra que nos dirigimos a 2,4 °C de calentamiento", explica Jennifer Morgan, directora ejecutiva de Greenpeace Internacional. "El objetivo de esta conferencia siempre fue reducir esa cifra a 1,5 °C, pero con este texto los líderes mundiales están dejándolo para el año que viene".

Acabar para siempre con la deforestación para 2030, el primer gran acuerdo de la cumbre climática COP26

Según Greenpeace, la quema de carbón generó, en 2017, 46,5 millones de toneladas de CO2 y, en 2015, el 12% de las muertes prematuras fueron consecuencia de la quema de este, siendo España el país que más aumentó su uso en 2017.

A pesar de ello, la Unión Europea (UE) es la única región donde las emisiones de gases de efecto invernadero han comenzado a reducirse, según explica a Bloomberg Ottmar Edenhofer, director del Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático.

“La Unión Europea es la única región del mundo donde las emisiones han comenzado a disminuir", asegura. "No va lo suficientemente rápido como para alcanzar emisiones netas cero en 2050, pero hemos comenzado, y es una perspectiva realista que la disociación tenga éxito”.

Además, la Comisión Europea ha realizado cálculos y la economía verde no tendría un impacto negativo, sino que supondría un impulso del 0,55%. Por ello, el destierro de combustibles no es una desventaja.

La COP26 parece no tener final y los acuerdos son insuficientes

Desde que comenzó la COP26, más de 40 países se comprometieron a desterrar paulatinamente el carbón, aunque los países más dependientes, como Australia, China, India o Estados Unidos, decidieron no firmar este acuerdo.

"La decisión final que se tome en Glasgow debe comprometerse a eliminar progresivamente todos los nuevos combustibles fósiles, apoyando una transición justa hacia las energías renovables", incide Juan Pablo Osornio, jefe de la delegación de Greenpeace en la COP26.

Por el lado del petróleo ocurre casi lo mismo. Algunos países se niegan a comprometerse a acabar con su uso, como Arabia Saudí, uno de los mayores exportadores.

"Y mientras el texto pide una eliminación acelerada de las subvenciones al carbón y los combustibles fósiles, gobiernos saboteadores como los de Arabia Saudí y Australia trabajarán para eliminar esa parte antes de que se cierre esta conferencia", agrega Osornio.

Y así ha ocurrido. Decisiones que no harán más que afectar a los compromisos globales del incremento medio de temperatura y repercutirá en la calidad de vida en países en vías de desarrollo y en los más desfavorecidos.

De seguir así, en los próximos 50 años se estima que 3.500 millones de personas se convertirán en refugiados climáticos, forzados a escapar del calor extremo.

"Es fundamental que seamos solidarios con las naciones en vías de desarrollo, proporcionando una financiación de cientos de miles de millones de dólares para la adaptación y las pérdidas y daños, o estaremos profundizando la amenaza existencial para las naciones en desarrollo", concluye Osornio.

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