Me han despedido tras solo 3 días: he aprendido que la salud mental y el respeto son más importantes que el dinero

Calli Nguyen tenía previsto dimitir, pero fue despedida de su puesto de directora a los tres días de empezar a trabajar.
Calli Nguyen tenía previsto dimitir, pero fue despedida de su puesto de directora a los tres días de empezar a trabajar.

Jordan Hefler

Sarah Dolezal,

| Traducido por: 
  • Calli Nguyen, de 24 años, ha sido despedida de su trabajo como directora de marketing digital tras menos de una semana.
  • Nguyen afirma que la salud mental y el respeto de los empleados en el lugar de trabajo son importantes.
  • Además, destaca que la Generación Z no está dispuesta a conformarse con entornos de trabajo tóxicos.

Este ensayo se basa en una conversación con Calli Nguyen, una comercializadora de redes sociales de 24 años de Baton Rouge (Los Ángeles, Estados Unidos), sobre su despido tras menos de una semana de trabajo. Ha sido editado por motivos de longitud y claridad.

Antes de empezar como directora de marketing digital de un spa médico, le di a mi jefa el beneficio de la duda porque yo solo quería un trabajo. ¿Qué podía salir mal?

Resultó que todo.

Aunque he tenido muchos trabajos, este empleo de directora era mi primer puesto remunerado a tiempo completo en marketing digital. Pensé que tal vez estaba pasando por una curva de aprendizaje o que simplemente estaba nerviosa. 

Sin embargo, al tercer día de trabajo, cuando salí de mi mesa para hacer una pausa de salud mental, me despidieron en el acto. Para ser justos, vi las señales de alarma, pero las ignoré.

Leí las críticas negativas en Glassdoor y Google de anteriores clientes y empleados. Una de ellas decía que cinco personas habían dimitido en dos semanas. La crítica subrayaba que los empresarios no deben maltratar a sus personas empleadas, independientemente de su edad. 

Además, antes incluso de empezar a trabajar, acepté cambiar mi puesto de coordinadora de atención al cliente a directora de marketing digital sin modificar mi salario de 16 dólares por hora (casi 15 euros, al cambio actual). Sin embargo, inmediatamente después de que me despidieran, me sentí fracasada.

Ahora creo que el despido tras menos de una semana de empleo fue una bendición disfrazada. La experiencia me enseñó que no todas las oportunidades son buenas. Pero lo más importante es que proteger mi salud mental y que los empleadores vean el valor que tengo es más importante que ganar dinero.

Mi jefa se negó a aceptar mi consejo

No pensé que fuera gran cosa que mi antigua jefa quisiera que cambiara de rumbo y me dedicara al marketing en redes sociales después de que hubiese solicitado en Indeed un puesto de coordinadora de oficina. Al fin y al cabo, en mi currículum incluí mis conocimientos de marketing en redes sociales.

Después de aceptar el nuevo puesto por teléfono con su dirección general, estaba deseando poner a prueba mis habilidades creativas mientras ayudaba a una pequeña empresa independiente a crecer y ganar más clientes. Pero, ¿cómo puedo ayudar a alguien que se niega a escuchar mis consejos?

Mi jefa quería que su marketing en redes sociales tuviera un aspecto determinado: mostrar fotos de archivo de mujeres atractivas con fuentes anticuadas.

Le mostré los análisis de las publicaciones de bajo rendimiento en las redes sociales y le dije que sabía cómo actualizar su presencia en internet para ganar más clientes, pero se negó a asimilar nada de lo que tenía que decirle. Así que seguí su ejemplo creativo, hasta que me sentí abrumada por sus exigencias.

Me sorprendió descubrir que mi jefa quería más de mí que lo que yo producía

Al tercer día, empecé un proyecto para crear entradas para las cuentas de redes sociales de la empresa e investigar las ofertas especiales de sus competidores. Le presenté todo lo que me pidió. Aunque parecía contenta con mis publicaciones en redes sociales y las ofertas que encontré, necesitaba más de mí.

Sin previo aviso, me preguntó qué productos utilizaban los demás spas médicos. Entré en barrena.

No sabía nada de los productos específicos del sector de los spas médicos. Ni siquiera sabía qué quería que investigara. En nuestra entrevista inicial nunca mencionó mi nivel de conocimientos sobre los productos, ni nadie me pidió que me informara sobre los productos de la competencia cuando me explicó el proyecto.

Me dijo que debería haber investigado los distintos productos de la competencia. Luego empezó a enumerar otras cosas que debería haber hecho. Al cabo de unos minutos, me sentí abrumada.

La salud mental y el respeto en el trabajo son obligatorios

Me levanté y le dije que necesitaba tomarme un descanso. Caminé hacia la puerta principal.

Ella intentó detenerme. No cedí. Ya había jurado no dejar que nadie me faltara al respeto en el trabajo. Le dije: "Señora, con todo respeto, tengo que salir y tomarme un respiro. Vuelvo en unos minutos".

Me despidió, diciendo que yo no iba a trabajar para ella. Pensé para mis adentros: «Oh, increíble», mientras trataba de mantener una conducta profesional. Estaba muy cabreada.

Para ser justos, yo quería dejarlo, así que ella me pilló a mí antes de que yo la pillara a ella. Cuando me acerqué a la recepción, miré al director general y al entrenador y les dije que estaba despedida. El director general me ofreció una carta de recomendación a pesar de todo el drama.

Me despedí de mis compañeros de trabajo después de 2,5 días

Me sentí fracasada después de dos días y unas seis horas de trabajo el tercer día. Dije adiós a mis compañeros y les conté que estaba despedida según salía por la puerta por última vez. Pero también me sentía deprimida.

Envié a mi madre un mensaje con el texto "911" [teléfono de emergencia en EEUU] mientras ella estaba en el trabajo y empecé a sollozar por teléfono con ella en el aparcamiento. No paraba de pedirle disculpas por haber fracasado, aunque sabía que trabajaba en un entorno tóxico.

Después pasé un mes en cama mientras trabajaba a distancia para otra empresa.

Llevo en el mercado laboral desde que tenía 16 o 17 años y he trabajado con distintos grupos de edad. Dicho esto, algunos trabajadores de la generación Z son vagos y poco fiables, y he visto los vídeos de TikTok que afirman que la generación Z también es maleducada. 

Al mismo tiempo, queremos lo mismo que todo el mundo: que nuestros empleadores nos valoren, que disfrutemos de nuestro trabajo y de nuestro entorno laboral y que recibamos la formación adecuada para prosperar.

La generación Z sabemos que hay un lugar mejor para nosotros

Mientras que las generaciones anteriores podían haber soportado entornos de trabajo tóxicos, nosotros hablamos por nosotros mismos y no nos conformamos.

Estoy más que contenta de recibir críticas constructivas, siempre y cuando los comentarios no crucen la línea de la degradación y la falta de respeto. La mano de obra cambia continuamente, y los empresarios deben estar abiertos a la flexibilidad, el crecimiento y el cambio.

La generación Z sabemos que hay un lugar mejor para nosotros si no conseguimos lo que queremos de un trabajo. Por eso estoy trabajando en una agencia de publicidad de renombre que me respeta, aboga por la salud mental y cultiva un ambiente de trabajo divertido y agradable.

Como empleada, no es culpa mía si un jefe no quiere aprender o ser flexible. No puedo ayudar a un jefe a crecer, y yo no puedo crecer en un entorno tóxico, ¿verdad?

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