Por qué el despegue y el aterrizaje de un avión son los momentos más críticos de todo el trayecto

  • Una investigación realizada por la aerolínea Boeing demostró que le despegue y el aterrizaje son estadísticamente los puntos más peligrosos, por encima de cualquier otra parte del vuelo.
  • Durante el despegue y el aterrizaje, los pilotos tienen menos tiempo para reaccionar a los problemas porque están muy cerca del suelo y se mueven demasiado rápido.
  • A pesar de todo esto, los pasajeros todavía tienen un 95% de posibilidades de sobrevivir a un accidente de avión.
  • Descubre más historias en Business Insider España.

Esta es la transcripción del vídeo.

Narrador: es mucho más probable que mueras comiendo que en un accidente de avión. Dicho esto, eso a veces pasa. A un ritmo de alrededor de un accidente mortal por cada 2,5 millones de vuelos. Y la mitad de esos accidentes ocurren durante una fase muy corta del viaje. ¿Quieres saber cuándo te deberías poner más nervioso en tu próximo vuelo? Mantén los cinturones de seguridad bien abrochados y prepárate para un viaje muy movido.

El despegue y el aterrizaje se consideran las partes más peligrosas de un vuelo. Pero eso es cierto, en parte. Echemos un vistazo a este gráfico. Boeing lleva un registro de los accidentes mortales de los aviones comerciales cada año, y clasifica esos accidentes según el momento en el que ocurrieron durante el vuelo. Boeing hace la media en una hora u media de vuelo en ocho fases. Pero solo miraremos estos cinco. Empezando por el principio, el despegue y el ascenso inicial. Esta fase ocupa solo el 2% de todo el vuelo, pero es responsable del 14% de los accidentes morales. Lo cual podría no parecer mucho, hasta que veamos la fase de crucero. Un avión “navega” durante más de la mitad de la hora y media del viaje, pero solo el 11% de los accidentes mortales ocurren durante esa parte. Así que eso nos deja con el descenso y el aterrizaje final. Ocupan alrededor de 4% de la mitad del vuelo,  durando el doble del tiempo que el despegue uy el ascenso inicial. Pero un enorme 49% de los accidentes fatales ocurren en esta corta ventana, haciendo que el descenso final y el aterrizaje sean la parte más mortal de un vuelo. Entonces, ¿qué es lo que ocurre aquí? 

Anthony Brickhouse: normalmente en el despegue y durante el aterrizaje, el avión es lo que llamaríamos más lento y vuela bajo.- Y cuando se suceden los problemas, apenas tienes tiempo para reaccionar.

Narrador: cuando estamos navegando a 36.000 pies, un piloto tiene el lujo del tiempo y el espacio para corregir el rumbo. Incluso si ambos motores se apagan, el avión no se caerá del cielo. En este punto, un avión normal pierde alrededor de una milla de altitud por cada 10 que avanza, dándole al piloto un poco más de ocho minutos para encontrar un lugar para aterrizar. Pero si algo sale mal en el asfalto, esa ventana se reduce considerablemente. Para un avión comercial normal, el despegue dura solo de 30 a 35 segundos. Si un motor falla o el tren de aterrizaje se atasca, el piloto no tiene casi tiempo para decidir si despega a toda cosa o trata de luchas con una bestia de metal de 175.00 libras hasta llegar al suelo. Los despegues fallidos son muy raros.

Leer más: El crabbing es la maniobra más difícil a la que se enfrenta un piloto de aerolíneas, y también la que más retrasos provoca

Brickhouse: porque cuando vuelas por esa pista a más de 100 millas por hora, las cosas suceden muy rápidamente. La decisión de descartar el despegue es una decisión muy arriesgada porque tienes que hacerlo por debajo de cierta velocidad, de lo contrario, a por medio de la física, no serás detenido.

Narrador: si el avión no ha despegado o se ha detenido en este punto, se saldrá de la pista. Lo que, dependiendo del aeropuerto, podría significar deslizarse por un campo abierto o un acantilado, como en el Aeropuerto Regional Telluride de Colorado. Su pista de aterrizaje está aterradoramente cerca de dos caídas de 1.000 pies. Para pistas peligrosas como la de Telluride, los aeropuertos instalarán un sistema de detención de materiales. Un EMAS es un lecho de materiales al final de una pista diseñado para colapsar bajo el peso de un avión, atrapando sus neumáticos y  deteniéndolos antes de que caiga en picado a 1.000 desde una cornisa. Funciona de manera similar para los aterrizajes que pudieran salir mal. ¿Qué tiene el aterrizaje que lo hace mucho más peligroso que un despegue? Simplificándolo mucho, es más fácil hacer que un avión vuele que detenerlo.

Brickhouse: frenamos y conseguimos que el avión viaje hasta la tierra. Y como ya vas más lento, cualquier efecto del viento o algo así podría desembocar en un impacto más dramático que en el despegue.

Narrador: durante un aterrizaje normal, el piloto se comunica con el control de tráfico aéreo, se alinea en la pista adecuada e informa a la tripulación. Similar al despegue, pero todo mientras vuela hacia el suelo en lugar de alejarse.

Brickhouse: a veces, un aterrizaje normal donde todo va bien y algo sucede en el último segundo, y conduce a un accidente. En otras situaciones ya hay una emergencia a bordo del avión, lo que ya hace complicado el aterrizaje. Y entonces aterrizan, y algo sale desafortunadamente mal. 

Narrador: las estadísticas pueden ser aterradoras, pero aún sí dicen que volar es la forma más segura de viajar. Y aunque ocurriera un accidente en el próximo vuelo, tendrías un 95,7% de posibilidades de sobrevivir.

Conoce cómo trabajamos en Business Insider.