Las segundas rondas de despidos de Amazon y Meta muestran hasta qué punto las empresas están recuperando su poder: quizás no se detengan ahí

Rebecca Knight,
Andy Jassy, CEO de Amazon.
Andy Jassy, CEO de Amazon.

Mike Blake/Reuters

  • Meta y Amazon han adelantado que van a realizar 2 rondas de despidos masivos con apenas unas semanas de diferencia.
  • Un movimiento que, según los expertos, da a entender que las pautas laborales están cambiando radicalmente en medio de un cambio social y económico: esta decisiones podrían convertirse en algo habitual.

Las medidas adoptadas por Amazon y Meta (matriz de Facebook, Instagram y WhatsApp), por medio de las cuales van a llevar a cabo un segundo recorte de plantilla a las pocas semanas de haber despedido a decenas de miles de personas, sugieren que el poder que los empleados habían logrado alcanzar en los últimos años vuelve ahora a manos de las empresas.

Expertos en liderazgo corporativo han indicado a Business Insider que el tira y afloja en torno a cuestiones como los salarios, el teletrabajo e incluso conceptos de moda, como el quiet quitting, ha dado paso a un paradigma en el que parece que las organizaciones no van a actuar con tantos miramientos.

Angie Kamath, decana de la Facultad de Estudios Profesionales de la Universidad de Nueva York (Estados Unidos), explica que esto se aplica a la forma y la frecuencia con que las compañías se desprenden de sus trabajadores cuando ya no les son necesarios

Después de haberse pasado años intentando atraer y apaciguar a sus plantillas ante la escasez de mano de obra, las empresas están recuperando ahora parte de ese poder. Lo llaman: "Gran reclamación".

Despidos grandes tecnológicas

Según Kamath, el planteamiento de que realizar varias rondas de despidos seguidas se plantee como una práctica de gestión nefasta, aunque en parte siga siendo así, puede que ya no sea tan importante, a raíz de los cambios que se están produciendo en las normas sociales y económicas

"Existen determinadas conductas en el mercado laboral que son nuevas, tanto para los empleados como para los empresarios, y estas actitudes no siguen los modelos tradicionales del pasado", señala la decana de la Universidad de Nueva York. "Ahora leemos acerca de 2 rondas de despidos masivos y nos encogemos de hombros y decimos: '¿Cuándo será la tercera?'".

Las cartas están sobre la mesa

Este pasado lunes, Amazon anunció que tenían intención de despedir a 9.000 personas, aproximadamente el 3% de su plantilla global, después de haber recortado cerca de 18.000 puestos de trabajo el pasado mes de enero. Meta, por su parte, comunicó la semana pasada que iba a prescindir de en torno a 10.000 trabajadores, que se sumaban así a los 11.000 que ya había despedido en noviembre de 2022.

Mark Zuckerberg, CEO de Meta (matriz de Facebook, Instagram y WhatsApp).
Mark Zuckerberg, CEO de Meta (matriz de Facebook, Instagram y WhatsApp).

Drew Angerer/Getty

No es habitual que una compañía realice varias rondas de despidos en un corto periodo de tiempo. Según datos de Crunchbase, el año pasado, en torno al 9% de las 433 empresas tecnológicas que analizó esta consultora despidieron a trabajadores más de una vez.

Aun así, podría convertirse en algo que se viese de forma habitual, afirma Kamath: "Existe un conjunto diferente de circunstancias que están impulsando las respuestas a lo que está sucediendo a día de hoy, por lo que la vieja química para saber lo que es demasiado, lo que es demasiado poco, o lo que simplemente es lo correcto ya no importa". 

En otras palabras: se acabaron las apuestas. La gran renuncia, un fenómeno por el que un número masivo de empleados ha abandonado voluntariamente sus respetivos puestos de trabajo, es otro ejemplo de cómo se está desarrollando esta situación, expresa la especialista en Estudios Profesionales. 

Esta es la diferencia entre 'quiet quitting', 'loud quitting' y 'rage applying'.

En otros tiempos, las personas permanecían el mayor tiempo posible en sus puestos de trabajo e, incluso, estaban dispuestas a aguantar en empresas en las que no se encontraban realmente satisfechas porque experimentaban un cierto sentimiento de lealtad u obligación para con su organización. 

Sin embargo, la pandemia inspiró a mucha gente a repensar lo que querían hacer con sus vidas y con sus trabajos. Dimitir en busca de un mayor salario, un mejor horario o un puesto que sonase mejor se convirtió en algo rutinario. Como demuestran los últimos recortes de Meta y Amazon, ahora son las propias compañías las que están poniendo patas arriba cualquier tipo de convencionalismo.

Dina Denham Smith, coach de directivos y propietaria de la firma de consultoría Cognitas, asegura que estas decisiones podrían servir de ejemplo a otras organizaciones que se estén planeando realizar una segunda ronda despidos. 

Según Denham Smith, cuando el año pasado Elon Musk, dueño y actual CEO de Twitter, comunicó a sus trabajadores que tenían que elegir entre trabajar desde la oficina o dimitir, otros directores generales que se estaban planteando tomar esta decisiones siguieron el ejemplo de Musk. 

"El contagio social es algo real", apunta esta experta. "No les da permiso a otras empresas para llevar a cabo más recortes, pero sí que les da una coartada. Amazon y Meta lo han hecho, así que no van a llamar tanto la atención". 

Tiempos desesperados requieren medidas desesperadas

Para que quede claro: ejecutar más de una ronda de despidos en un corto periodo de tiempo sigue siendo algo desaconsejable, recalcan los expertos.

Andrew Moyer, director general de Reputation Partners (una firma de comunicación estratégica), sostiene que, si hay que despedir a alguien, la mejor forma de hacerlo es hacerlo de una, no a cuentagotas, lo que puede llegar a dañar la moral y la capacidad de innovación de los empleados. "Lo recomendable es arrancar la tirita de una", sugiere.

Aunque tanto Amazon como Meta podrían tener cierto margen a la hora de realizar una segunda ronda de despidos (teniendo en cuenta la continua incertidumbre económica y las recientes quiebras del sector financiero), el hecho de que estos gigantes no hubiesen dado a entender que se producirían más recortes de plantilla hace que la noticia sea todavía más difícil de digerir, explica Moyer.

"Estas compañías transmitieron que estaban reaccionando a las condiciones del mercado en ese momento, lo que llevó a los trabajadores a pensar que solo iba a haber una ronda de despidos", afirma este experto. 

Y añade: "Ahora, con esta incertidumbre constante, sus clientes podrían preguntarse: '¿Están las cosas peor de lo que creemos?'. Los socios y accionistas podrían preguntarse: '¿Es este el equipo de liderazgo adecuado?'. Los empleados podrían pensar: '¿Cuándo nos caerá el próximo zapatazo?'".

 

Así que, aunque en esta nueva era que se produzcan varios recortes de plantilla consecutivos podría convertirse en algo habitual, eso no implica necesariamente un triunfo para ninguna de las partes, asegura Kamath, de la Universidad de Nueva York. "Las empresas deben asegurarse de que esto no se transforme en una carrera a la baja", subraya. 

"El hecho de que los trabajadores se hayan acostumbrado a tantos cambios y tengan una mayor tolerancia a los mismos no debería suponer que las organizaciones empiecen a poner su mundo patas arriba, porque pueden erosionar su confianza y su estabilidad".

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