Los funcionarios y oficiales del aeropuerto JFK interceptan más de 1.000 maletas a la hora en busca de artículos ilegales: esto es lo que hacen con el contenido confiscado

  • En el aeropuerto JFK de Nueva York los funcionarios de la aduana y de la patrulla fronteriza revisan más de 1.000 maletas a la hora en busca de bienes ilegales.
  • Los oficiales y especialistas detienen la entrada de narcóticos en Estados Unidos, así como de alimentos ilícitos que podrían propagar plagas o enfermedades extranjeras.
  • Una vez confiscados, los artículos ilegales son incinerados o destruidos.
  • Los oficiales tienen la ayuda de la Brigada Beagle, perros entrenados en la "respuesta pasiva" para olfatear drogas y objetos peligrosos

Esta es la transcripción del vídeo. 

Narrador: Cerca de 43.000 viajeros internacionales vuelan al Aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York todos los días. Por volumen de pasajeros, es el aeropuerto internacional de entrada más grande de Estados Unidos. Y solo en la Terminal 4, eso equivale a casi 1.000 maletas por hora. Y en esas maletas hay muchas cosas, algunas de las cuales no están permitidas en el país incluyendo más de 120 libras (55 Kg) de comida al día. 

Si has volaste al JFK en los años 90, conseguir algo en Estados Unidos era mucho más fácil. Pero después del 11 de septiembre, se puso sobre la mesa el tema de cómo proteger al país de alimentos, drogas y personas peligrosas. Y se creó el Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos tal y como se lo conoce hoy en día.

Por lo general, en los aeropuertos hay dos tipos de funcionarios de la CBP: funcionarios como Steve y especialistas en agricultura como Ginger.  Su trabajo es encontrar, incautar y destruir millones de artículo cada año que no pertenezcan a Estados Unidos. Es un gran trabajo y a veces se necesita un compañero, un compañero de cuatro patas.

Steve Robinson: Este es Canine Spike. Mira, Spike. Es un pastor belga malinois de 8 años. He sido su compañero desde el primer día, está especializado en narcóticos. Durante el transcurso de nuestra carrera probablemente haya participado en más de 400 incautaciones diferentes.  

Narrador: funcionarios de la CBP como Steve identifican a individuos de alto riesgo que intentan entrar en Estados Unidos, así como drogas y armas de fuego. Y debido a que hay mucho en juego, los perros como Spike son entrenados de una manera muy especial en lo que se llama “respuesta pasiva”, lo que significa que si huelen drogas no se rascan, no ladran y no montan una escena. Se sientan. Y si tienen razón, el perro es recompensado. 

Su recompensa es este juguete de aquí. Le gusta jugar, ¿no es verdad? ¡Te gusta jugar! ¡Te gusta jugar! ¡Sí! ¡Déjame verlo! Aquí en el aeropuerto, hemos llegado a coger hasta 16 kilos de éxtasis.

Narrador: Luego se incautan los narcóticos y se envían para ser incinerados. La ubicación del incinerador se mantiene en secreto, como un asunto de seguridad nacional. Ahora, casi todo el mundo sabe que los narcóticos no están permitidos en las fronteras de Estados Unidos, pero en la realidad las drogas no son el artículo más incautado en el JFK: es la comida. 

Cuando un viajero normal llega a Estados Unidos, se le exige que declare cualquier artículo de comida que traiga consigo, o se enfrenta a una multa de hasta 1.000$ por la primera falta. Estos artículos no son requisados por que los agentes quieran comerse tu delicioso jamón ibérico o tu mango caribeño. Esto se debe a que los agentes son los responsables de proteger la agricultura estadounidense de cualquier plaga o enfermedad extraña que pueda afectar a nuestro ganado o a nuestros cultivos. Y ahí es donde entran los especialistas en agricultura como Ginger. 

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Ginger Perrone: Todo se destruye para protegerse contra el riesgo de plagas. Estamos protegiendo los intereses agrícolas del país. Lo protegemos contra el bioterrorismo, donde alguien podría, intencionalmente, tratar de meter artículos para causar estragos en el país.

Narrador: Los “bichos” extrañaos que hacen autostop en el equipaje ya han causado estragos en Estados Unidos anteriormente. Los cultivadores de naranjas y pomelos de Florida perdieron 2,9 mil millones entre 2007 y 2014 por culpa del psílido asiático de los cítricos. Y desde que se introdujo en Estados Unidos en los años 90, el escarabajo asiático de cuernos largos ha devastado los árboles de madera dura. La erradicación entre 1997 y 2010 costaron más de 373 millones de dólares.

James Armstrong: En nuestro país, vamos al supermercado y la comida siempre está ahí. No tenemos que mirarla para ver si tiene agujeros o si contiene alguna enfermedad. Siempre tiene buen aspecto, y al estar un poco malcriados no entendemos la importancia de tener que proteger eso.  

Narrador: Es crucial que incluso que aunque sea una sola naranja de polizón, tenga que ser encontrada y confiscada. Pero con 34 millones de pasajeros internacionales  anuales hacia y desde el aeropuerto JFK, pasar por cada uno de estos paquetes puede parecer bastante imposible. Para los humanos, claro. Por suerte, obtienen una “poca” ayuda de la Brigada Beagle. Este oficial de cuatro patas es Biscuit, y al igual que Spike, Biscuit está entrenado en la respuesta pasiva. Pero Biscuit está entrenado para olfatear comida en vez de drogas. 

Sal DiSpigna: Aprenden de verdad. Empiezan teniendo cinco olores como objetivo, y luego con el paso de los años esto se amplía y se retiran a veces, conociendo hasta 150 olores.

Narrador: Y Biscuit es muy bueno olfateando. Estos sabuesos tienen una tasa de precisión estimada del 90%.

Armstrong: Ver a tu perro sentarse sobre tres uvas en una Samsonite es increíble. Los científicos dicen que su nariz es tres mil veces más fuerte que la nuestra. Y lo demuestran todos los días. 

Narrador: Una vez que Biscuit detecta un artículo, el pasajero en cuestión y sus maletas se envían a Ginger, quién hará una radiografía y registrará el equipaje.

Perrone: Bien, estas son tus maletas, ¿verdad?
Hombre: Sí.
Perrone: Vale, ¿has hecho tú la maleta?
Hombre: ¿Qué?
Perrone: ¿Has hecho tú mismo la maleta?
Hombre: Sí, he hecho las dos, 
Perrone: Ok. 

Narrador: Ginger, abre la cremallera de la bolsa y revisa cada una de ellas a mano. Y si encuentra algo que no está permitido, es confiscado y guardado en contenedores temporales.

Perrone: Esto es muy común en esta región. Una vez que lo abres todo, encuentras hojas de parra. Esto son salchichas de carne de caballo. Esto es otro buen ejemplo de lo que nos encontramos a menudo, especialmente en primavera: esta es una planta que planean traer aquí para que crezca. Así que cualquier cosa que suponga propagación requiere requisitos de entrada adicionales. Esto vale por dos familias en un solo vuelo.

Narrador: El JFK acaba con los alimentos de contrabando de dos maneras: con la trituradora o con el incinerador. Ginger empaqueta los artículos confiscados y los etiqueta según su destino final.

Perrone: Vamos a ir a por este cubo, lleno de cosas de esos pasajeros, hasta nuestro cuarto de contrabando.

Narrador: Esta es la sala donde la comida prohibida llega a su fin.

Perrone: Esta es la máquina que lo machaca todo. Es lo que generalmente usamos para las frutas, verduras… esa clase de productos. Lo llamamos “El Monstruo de las Magdalenas”.

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Narrador: Pero antes de que Ginger pueda enviar un trozo de fruta al “Monstruo de los Muffins”, lo cortar, lo aplasta y lo inspecciona. Está buscando pruebas de enfermedades, puntos de inserción de insectos y puntos de salida de larvas. Si encuentra un pequeño insecto, como este, neutraliza el riesgo de plaga y lo envía al Departamento de Agricultura de Estados Unidos para que lo investiguen más a fondo. 

Ahora, volvemos al “Monstruo de las Magdalenas”: 120 libras de comida son trituradas cada día sacados de los pasajeros internacionales que llegan. Los aguacates, mangos y cítricos suelen ser las frutas más comunes en acabar en la trituradora. 

Perrone: Nos ensuciamos. Es importante deshacerse de él correctamente. Me encanta comer, tanto como a todos los demás, soy un gran fan de la comida. Pero sé la importancia de asegurar lo que hemos incautado, debido a los riesgos implícitos, hay que eliminarlo adecuadamente para evitar que cause problemas.

Narrador: Así que la próxima vez que tengas una naranja metida en tu equipaje, declárala y deja que expertos como Ginger dedican si es admisible. Y deja el jamón serrano en España, porque Biscuit lo encontrará.  
 

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