Le diagnosticaron síndrome del túnel carpiano en urgencias, pero era cáncer de sangre: "Estoy aquí para aprovechar el tiempo que me queda"

Roban Lampkin fue diagnosticada de mieloma múltiple en 2019, tras años de extraños síntomas.
Roban Lampkin fue diagnosticada de mieloma múltiple en 2019, tras años de extraños síntomas.

Jean-Paul Aussenard via Getty Images / Courtesy of Roban Lampkin

  • A Roban Lampkin le diagnosticaron un cáncer de sangre terminal a los 41 años.
  • La mujer asegura que los médicos no detectaron los primeros signos de mieloma múltiple, que aparecieron en su orina años antes. Cuando llegó a urgencias con un dolor agudo, los médicos pensaron que tenía el síndrome del túnel carpiano.

Lo primero que notó Roban Lampkin fueron las burbujas. Pequeñas y compactas constelaciones en su orina, en la superficie del agua del inodoro. "Nunca había visto eso en mi vida", explica a Business Insider. "Burbujas que se quedaban en el borde". 

Su médico sugirió inicialmente que podría tratarse de algún tipo de proteína en su orina, lo que puede ser una señal de aviso de daño renal, pero el médico no le dio demasiada importancia.

Con el paso de los años, Lampkin empezó a desarrollar varios problemas de salud, algunos de los cuales eran difíciles de ignorar. 

Moretones, manchas rojas, tobillos hinchados, repulsión al alcohol. Y fatiga, casi constante

Los tobillos de Lampkin se hincharon antes de conseguir un diagnóstico.
Los tobillos de Lampkin se hincharon antes de conseguir un diagnóstico.

En otoño de 2019 su lengua y el interior de sus carrillos se llenaron de llagas y se hincharon de tal forma que le era difícil hablar. Quizá se había mordido demasiado la lengua, pensó. 

También tenía un dolor agudo en la parte baja de la espalda. Llegó a ser tan intenso que Lampkin no podía levantarse de la cama por las mañanas a menos que caminara paso a paso con su cuerpo hacia arriba, hacia una posición erguida. 

Las llagas en la boca le hacían difícil hablar.
Las llagas en la boca le hacían difícil hablar.

Se sentía agotada. "Estoy trabajando, estoy bailando, estoy yendo a clase", recordó. "Estoy haciendo demasiado", se decía a sí misma.  

Finalmente, Lampkin desarrolló una neuropatía, sensaciones de ardor en las manos y los brazos que eran tan intensas que "me despertaba gritando en medio de la noche". Fue entonces cuando empezó a visitar las salas de urgencias, desesperada por encontrar respuestas. 

El dolor de sus manos no era del todo compatible con el síndrome del túnel carpiano 

Al principio, los médicos valoraron y descartaron que los nuevos dolores de manos de Lampkin fueran túnel carpiano.

"Sabía que no tenía túnel carpiano", explica. "Afecta a millones de personas; es imposible que la gente pueda funcionar así".

Después de unas cuantas visitas infructuosas al médico en el transcurso de unas semanas, Lampkin volvió a despertarse con un dolor insoportable y ardiente en la mano. 

Ese día, "entré gritando, llorando, más por la frustración" para conseguir que se tomaran en serio sus preocupaciones, confiesa. "Tenía que recordar el dolor que había sufrido".

 

Fue entonces cuando los médicos iniciaron un aluvión de pruebas y análisis de sangre que duró una semana. Primero descubrieron que los riñones de Lampkin estaban a punto de fallar.

"Me dije: '¿Qué? No estoy aquí por mis riñones'", comenta Lampkin. "Estoy aquí por mis manos y mi lengua".

Después de varios días más de pruebas, los médicos de Lampkin volvieron al baño en busca de respuestas, al lugar donde empezaron sus preocupaciones. 

Recogieron toda su orina durante un período de 24 horas, y así fue como los médicos descubrieron finalmente que lo que había estado en su inodoro durante años era una proteína de Bence-Jones cancerosa, un signo distintivo del cáncer de sangre llamado mieloma múltiple. Tenía 41 años.

Lampkin, con un acceso venoso en el pecho, con su hija.
Lampkin, con un acceso venoso en el pecho, con su hija.

Mirando hacia atrás, Lampkin dice que los signos de su enfermedad eran todos "cosas que creo que la mayoría de la gente pasaría por alto, no le prestaría mucha atención". 

"Lástima que mi médico también lo hiciera". 

El mieloma múltiple es un tipo raro de cáncer

El mieloma múltiple es un cáncer relativamente inusual. En Europa se diagnostican aproximadamente 40 nuevos casos por cada millón de habitantes y año. Pero también es una enfermedad peligrosa, con una tasa de supervivencia relativa a 5 años inferior al 60%

Existen nuevas terapias oncológicas en fase de investigación, como la costosa CAR-T, que resultan prometedoras en algunos pacientes, pero el cáncer afecta a cada individuo de forma algo diferente, y la cura funcional sigue siendo una meta a lograr.

Lampkin utiliza un catéter, como este púrpura al que llamó "petunia", para recibir los tratamientos contra el cáncer.
Lampkin utiliza un catéter, como este púrpura al que llamó "petunia", para recibir los tratamientos contra el cáncer.

En la actualidad, Lampkin, exjugadora de la liga de fútbol americano en ropa interior y bailarina, comenta que le duelen los huesos y que a menudo está muy cansada. Es frustrante, se lamenta.  

"Fue una lección de vida", declara Lampkin, que pasó de hacer ejercicio con asiduidad y sentirse "como si fuera realmente atractiva, y estuviera en forma, y atlética, y me cuidara", a someterse a 5 meses de sesiones de quimioterapia, perder su larga melena y lidiar con otros efectos secundarios del tratamiento del cáncer. 

"Sigue siendo difícil, pero cada vez lo llevo mejor", afirma. 

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Hace dos años, Lampkin recibió un trasplante de médula ósea, y su caso se considera en remisión. Toma una pequeña dosis de un fármaco de quimioterapia como mantenimiento y está medicada contra el dolor nervioso. Quizá si le hubieran dado antes un diagnóstico, sus riñones habrían sufrido menos daños, pero sostiene que ahora no le gusta centrarse demasiado en eso.

"Estoy aquí para aprovechar el tiempo que me queda", dice. 

Lampkin tiene 35.000 seguidores en su TikTok sobre el mieloma, donde publica con frecuencia aspectos relacionados con sus síntomas y sobre cómo el cáncer ha cambiado su visión de la vida. 

"Sólo digo lo que siento", expone. "Creo que la gente lo aprecia, y lo siente cercano aunque no tenga lo que yo tengo".

Algunas mujeres conectan con ella a través de historias compartidas de diagnósticos erróneos. También está trabajando en la puesta en marcha de una nueva organización sin ánimo de lucro llamada Myeloma Movement, que espera que proporcione fondos a los pacientes de mieloma múltiple, sirva como recurso educativo sobre la enfermedad y financie la investigación para una cura.  

Recientemente, se enteró de que su abuelo también murió de algún tipo de cáncer de sangre, aunque no está segura de que fuera el mismo que tiene ella. 

"Un tío dice que era mieloma múltiple, otro que era leucemia, y luego mi padre dice que simplemente no lo sabe", sostiene Lampkin. "La gente tiene que saber lo que es, tiene que entenderlo".

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