La dieta de Gwyneth Paltrow: adiós al desayuno y dos horas de deporte

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Entonces, ¿qué haría Gwyneth Paltrow?
Entonces, ¿qué haría Gwyneth Paltrow?
  • La actriz y fundadora de la web Goop, Gwyneth Paltrow, ha hablado con la revista Net-a-Porter sobre su dieta y su rutina de entrenamiento. 
  • Paltrow afirma que se ejercita dos horas al día, que suele saltarse el desayuno y que toma un almuerzo bajo en hidratos de carbono.
  • He decidido seguir sus hábitos durante una semana.

He decidido vivir como Gwyneth Paltrow durante una semana, y la cosa no ha salido como yo planeaba.

Paltrow lidera un estilo de vida célebre. En cuestión de ejercicio, suele hacer una hora de entrenamiento de cardio y una hora de levantamiento de peso seis días a la semana.

Goop, su marca de estilo de vida —con una web, varios productos y ahora una revista— también da indicaciones para hacer rutinas desintoxicantes y limpiezas.

Pero todo ello no refleja la realidad de Paltrow. Recientemente ha contado en la publicación Net-a-Porter que ya no tiene tiempo ni energía para afrontar día tras día ese esquema agotador. "Me estoy haciendo vieja, ¡me duele la espalda! Es deprimente. Algunos días, el gimnasio me da ese chute de energía y me siento genial, pero luego mi cuerpo me dice: '¡Que te den!".

Tampoco realiza esas limpiezas recomendadas por Goop durante demasiado tiempo. Ha explicado en Net-a-Porter que se salta el desayuno y que a la hora de comer opta por un almuerzo bajo en hidratos de carbono, para que sus niveles de energía "no tengan picos y valles a lo largo del día". Para la cena, normalmente "suelta las riendas", asegura. 

Así que he decidido seguir su dieta lo mejor que he podido, así como unirme a su confesa rutina de ejercicio. Aquí las reglas que decidí seguir durante una semana: 

  • Saltarme el desayuno
  • Tomar un almuerzo bajo en hidratos de carbono
  • Hacer una hora de ejercicio de cardio
  • Hacer una hora de ejercicios de levantamiento de peso
  • Cenar siguiendo las líneas de lo que ella considera una cena clásica: "Una copa de vino, quizá una baguette chorreante de queso, algunas patatas fritas".

No he hecho ninguna preparación. Simplemente me he metido en esto, desatando la preocupación entre mis conocidos. "Vas a morirte", me dijeron varios compañeros de trabajo cuando les conté mi plan. Mi familia predijo que me iba a infligir "daños serios" y expresaron su preocupación sobre mi caótico estilo de correr. 

Todo ello no hizo más que espolear mi determinación para empezar lo más pronto posible. 

El experimento me dejó boquiabierta. Por un lado, algunos de los hábitos alimenticios de Paltrow fueron más fáciles de asumir de lo que imaginaba. Por otro, acabé con dolor de hombro. Esto fue lo que pasó cuando traté de vivir como Gwyneth Paltrow durante una semana.

Me salté el desayuno cada día

Bagels.
Bagels.

Antes del reto, los bagels eran mi comida principal. Solía coger uno (con semillas de amapola y queso de untar o mantequilla) de camino a la oficina. Pero, como algunas otras famosas ya han dicho, Paltrow se salta el desayuno. Así que tuve que dejarlo. En vez de parar en la tienda de bagels, me iba directa al tren.

Para ser fiel a la verdad, en mi caso no fue algo particularmente complicado. Cuando iba a la universidad no solía desayunar. Puede que sea la comida más importante del día, pero nunca he tenido problema en saltármela. 

Seguí este punto de la dieta de Paltrow toda la semana. De hecho, lo vi como una semana de limpieza de bagels. Y desde entonces no he tomado más. La verdad es que son mejores como un capricho ocasional que como la base de un desayuno.

Para comer, almorcé una ensalada en mi mesa

De comer, ensalada.
De comer, ensalada.

Tampoco tuve muchos problemas con el almuerzo. Normalmente cojo un sándwich o un trozo de pizza de algún sitio cerca de la oficina. Para este experimento, necesitaba bajar la ingesta de hidratos de carbono

Intenté parecer guay y hasta eché un vistazo a algunas de las recetas de ensaladas de Paltrow. Había opciones tentadoras en sus libros de cocina. Pensé en probar unas cuantas, para hacer la gracia completa durante la semana. ¡Si hasta me compré un bote de pepinillos!

Pero, para ser honestos, no me dio tiempo a conseguir con todos los ingredientes necesarios para poder hacerlas (¿se puede saber qué es el tofu de seda y dónde se supone que puedo encontrarlo?). Así que acabé improvisando. Mi ensalada nada guay estaba bastante buena. La llevaba en un tupperware y me la comía a mi mesa a mediodía, con un ginger ale

Disfruto con las ensaladas, pero me dio rabia tener que declinar un montón de deliciosas ofertas a lo largo de la semana. En plena época de vacaciones navideñas, mis compañeros disfrutaban con bombones, galletas y dulces todos los días. Al acabar la semana me acabé aburriendo de las ensaladas, aunque intentaba darles algo de gracia con los aliños.

Para ser justos, podría haber sido más experimental con mis almuerzos; al fin y al cabo, el concepto bajo en hidratos de carbono incluye un amplio espectro de comidas, por supuesto. Ojalá tuviera la capacidad mental de poder organizarme y preparar lo que voy a comer en el futuro. De todos modos, no tuve demasiado problema con los almuerzos bajos en hidratos del experimento.

Al llegar a casa me enfrento a mi primera ronda de ejercicio: levantamiento de peso

Pesas como Gywneth.
Pesas como Gywneth.

Cuando llego a casa me escondo en el sótano, donde nadie pueda verme con un balón medicinal y pesas de mano, pareciendo una marginada del peor vídeo de entrenamiento del mundo.

No me sorprendió descubrir que las pesas no eran mi fuerte. La verdad es que no sabía muy bien qué estaba haciendo, así que fui variando entre distintos movimientos durante una hora. Fue duro y aburrido. Estoy segura de que mi técnica deja mucho que desear.

El miércoles me empezó a doler el hombro. Una hora de pesas probablemente es mucho si no tienes ni idea de ejercicio, especialmente si estás tratando de dar el salto de despojo tirado en el sofá a loca del fitness, como es mi caso. Desde ese día tuve que bajar un poco el ritmo con el peso. 

En general, diré que no me gustó nada esta parte del experimento. Preferí hacer cardio durante una hora que pesas durante una hora. Al menos puedes leer en la cinta. Los ejercicios de peso se me hacían repetitivos y tediosos a la media hora.

Luego me paso una hora en la cinta de correr

Una hora en la cinta.
Una hora en la cinta.

Antes de empezar mi experimento, me veía a mí misma corriendo en el exterior a través de parques semiiluminados, bebiéndome el aire frío del invierno.

La realidad se cargó pronto esa fantasía del cardio. Suelo estar en casa cuando anochece. Correr fuera, en la oscuridad congelada, no suena muy bien. Sería bastante vergonzoso ser golpeada por un coche mientras entreno para un experimento del trabajo. 

Así que, aunque hice unas cuantas carreras nocturnas, en su mayoría opté por entrenarme en la cinta. Descubrí rápidamente que no tengo la energía, la habilidad o la paciencia para correr una hora entera. Voy cambiando entre hacer marcha, trotar y correr. Mientras caminaba, hacía equilibrios con un libro en la cinta frente a mí para afrontar el aburrimiento. Simplemente no tengo capacidad de atención para entrenamientos largos.

Correr estuvo bien, pero siento que habría sacado más de 30 minutos intensivos que de una hora cambiando ritmos.

Después, una cena con mucho queso

Una cena con mucho queso.
Una cena con mucho queso.

Naturalmente, la cena era mi parte favorita de todo este experimento. ¿Pan? ¿Queso? ¿Vino? ¿Qué no amar de todo ello? 

Había otra opción de la cena que me salté. Las patatas fritas son una de las comidas favoritas de Paltrow, y en la entrevista de Net-a-Porter hablaba de ellas. Lo juro, iba a descubrir cómo hacerlas, pero eso jamás ocurrió. Entrenar dos horas al día tiene el poder de eliminar tu interés en hacer esfuerzos extra en cualquier otro aspecto de tu vida.

Además, no tenía queja de las baguettes con queso. Son como queso a la plancha, si no piensan en el plan. Así escrito no suena muy bien, pero estaban buenísimas.

Normalmente, echaba un poco de gouda en una sartén, lo derretía y lo ponía sobre el pan. Una vez me pasé de queso y se derritió demasiado. Acabé con él demasiado crujiente y requemado, y con la cocina llena de humo. En cualquier caso, son cenas rápidas de preparar. 

Al acabar la noche, solía tener bastante hambre. Era gracioso tener una cena así, tan decadente, que esperar al final del día. Pero seguro que me aburriría si tuviera que tomarla más de una vez por semana. 

Tampoco soy nutricionista, pero tengo bastante claro que las ensaladas y las baguettes de queso no tienen todos los nutrientes esenciales necesarios para estar sano. Paltrow probablemente comerá cenas más saludables que esta. Seguro que pan con queso y patatas fritas eran sólo ejemplo, no sus dos únicas opciones. Pero yo quería seguir exactamente lo que dijo en la entrevista.

Todo se fue al garete en la fiesta de Navidad de la oficina

"Más dulce cada día".
"Más dulce cada día".

Lo hice todo bastante bien… hasta el jueves. Esa fue la noche de la fiesta de Navidad de la oficina. La verdad es que mi esquema temporal para hacer una dieta saludable y de ejercicio podrían haber sido mejores.

En su entrevista, Paltrow decía que hacía su rutina de ejercicio seis días por semana. Sabía que mis buenos hábitos se iban a ir al garete en la fiesta, así que el jueves fue mi día libre. 

Me salté el entrenamiento. Dejé de preguntarme a mí misma: "¿Qué haría Gwyneth ahora?". Intenté mitigarlo eligiendo no desayunar ni comer a la espera de la fiesta… que no es precisamente lo que debe hacerse en una fiesta de empresa.

Los resultados eran bastante predecibles. Acabé comiendo mucho chocolate, bebiendo vino y comiendo un montón de queso. Fue genial, pero he de admitir que es mucho más que tomarse un día libre.

La dieta es relativamente sostenible… pero dos horas de ejercicio al día es muchísimo

Dos horas de ejercicio después…
Dos horas de ejercicio después…

A pesar de mi locura el día de la fiesta, pude seguir la rutina en su mayor parte. 

La dieta era bastante fácil de llevar. El ejercicio era difícil. En general, sin embargo, me sorprendí al encontrar que había cosas que me gustaron del experimento. 

Dos horas de entrenamiento al día es mucho. Bastante insostenible para alguien con un horario de nueve a cinco y otras responsabilidades vitales. Estés o no estés en forma, es mucho tiempo que sacar de tu día a día.

Además, hay una cuestión de seguridad. Si eres como yo (entusiasta pero ignorante) puedes hacerte daño. En mi caso, lo del hombro no fue mucho y ya no me duele. Pero es mejor tener cuidado. 

Pero sobre todo el experimento me ayudó a romper ciertos malos hábitos, como mis paseos automatizados a la tienda de bagels o mi tendencia a comer sándwiches o pizza. Las porciones de comida que tomé esa semana me iban bien. No puedo decir que es algo que seguiría haciendo indefinidamente, pero me ayudó bastante si te lo tomas como una pseudolimpieza.

Después de todo, no diría que puedo recomendar esta dieta o su rutina de ejercicio a cualquiera. Y probablemente no seguiré preguntándome "¿Qué haría Gwyneth ahora?". Pero agradezco que todo esto me haya ayudado a echar fuera de mi vida un par de malos hábitos.

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