Alergia al trigo y celiaquía: estas son las diferencias que debes conocer entre 2 patologías que suelen confundirse

La concienciación sobre la celiaquía ha aumentado en los últimos años, pero también la sobreinformación al respecto hace que se mezclen conceptos. 

Es importante destacar que no, la celiaquía no es lo mismo que la alergia al trigo.

Puede que, sumada a estas 2 acepciones sientas que falta la más polémica de todas: intolerancia al gluten. Pero tal y como explican en Muy Interesante, hoy en día no se acepta ese término. Lo correcto es hablar de celiaquía y sensibilidad - alergia- al trigo o alguno de sus compuestos.

Es importante remarcar que la principal recomendación de los expertos es evitar el consumo de trigo o derivados si se sufre cualquiera de ellas, pero existen diferencias

Cómo hacer pan en panificadora ahora que las harinas suben de precio

Cuando existe una alergia es porque el cuerpo identifica un agente que no es dañino para él de manera errónea y se defiende de éste. 

De esta manera, una alergia alimentaria es una reacción adversa y rápida provocada por el contacto con un alimento durante la cual hay mecanismos inmunológicos demostrables. 

"Uno de los participantes inmunológicos son los anticuerpos IgE, unos agentes del sistema inmunitario que, al detectar los alérgenos del trigo, activan una serie de células de defensa causando así los diferentes síntomas", explican en Muy Interesante. 

En cambio, cuando existe una intolerancia, o en el caso de la celiaquía lo que ocurre es que el cuerpo es incapaz de procesar algunos compuestos del alimento, lo que conlleva una serie de consecuencias fisiológicas y síntomas. 

Cuando una persona es celiaca, lo que ocurre es que no es capaz de procesar y asimilar el gluten. 

Difíciles de identificar porque comparten síntomas

Si hay algo que dificulta la detección de una alergia o una intolerancia son sus síntomas, ya que en ocasiones, y en este caso en concreto, comparten muchos de ellos.

La alergia al trigo provoca síntomas leves o moderados que van desde eczemas, asma, dolor abdominal, hasta náuseas y vómitos. Si una persona tiene sensibilidad al trigo, podría presentar cualquiera de estos síntomas si por error consumiera un alimento que lo contenga. 

Conocer la procedencia de los alimentos y de los productos en general, es clave para la salud de las personas que padecen estas patologías, porque existen muchos productos, además de alimentos, que pueden contener trazas de trigo y provocar reacciones alérgicas, como cremas, jabones...

La celiaquía, en cambio, puede ser más complicada de diagnosticar. Hay 5 posibles maneras de proceder en este caso: 

• Sintomatología: efectos adversos del cuerpo como reacción al alimento.
• Anticuerpos: a través de test para conocer si hay una respuesta inmune. 
• Pruebas genéticas: a través de una muestra de sangre o con un hisopo para recolectar células del interior de la mejilla del paciente, con el fin de encontrar variantes genéticas conocidas como DQ2 y DQ8.
• Biopsia: si el paciente tiene una erupción cutánea que podría ser dermatitis herpetiforme. 
• Dieta Sin Gluten: para conocer si los efectos físicos adversos desaparecen cuando se realiza una dieta sin gluten.

Por otro lado, el diagnóstico de alergias puede resultar más sencillo ya que un simple análisis de sangre puede indicar si hay anticuerpos (IgE) contra los diferentes alérgenos del trigo.

Si crees que puedes tener alguna de las 2 patologías acude un profesional para que pueda asesorarte y hacerte las pruebas pertinentes para comenzar a cuidarte y no poner en riesgo tu salud.