Interés real frente a interés nominal: qué funciona mejor para tus inversiones

Try to pay down a balance as quickly as possible.
Try to pay down a balance as quickly as possible.Flickr / Kate Hiscock
  • El interés nominal mide la rentabilidad bruta de la inversión.
  • El interés real incluye el impacto de la inflación.
  • Comisiones, costes e impuestos también merman el beneficio real que obtienes por tus inversiones.
  • Dependiendo de las circunstancias, puede haber más de dos y tres puntos porcentuales de diferencia entre interés nominal y real

¿Cuánto dinero voy a ganar invirtiendo? La rentabilidad es la principal medida de cualquier inversión. Es el dato en el que se fijarán la mayoría de inversores a la hora de decidir dónde invertir su dinero, pero una cosa es el interés nominal que se anuncia y otra bien diferente el interés real que al final se logra.

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A la hora de elegir en qué invertir es importante saber la diferencia entre el interés nominal y el interés real, que va mucho más allá de la TAE o Tasa Anual Equivalente e incuso del TER de los fondos.

Qué es el interés nominal o TIN

Una mujer hace cuentas con su ordenador y su calculadora

El Tipo de Interés Nominal o TIN es el rendimiento bruto que obtienes por tu dinero cuando inviertes y también los intereses básicos que te cobrará el banco al solicitar un préstamo.

En una inversión, la rentabilidad nominal obviará la fiscalidad, gastos y circunstancias clave como la inflación. Cuando se trate de un préstamo, el TIN no sumará los gastos que cargue la entidad en forma de comisión de estudio, apertura e incluso de cancelación anticipada.

Por eso mismo, el interés nominal en una inversión es un referente inicial de lo que puedes obtener, pero está lejos del rendimiento neto y del rendimiento. Y es que al final, comisiones y otras circunstancias son mucho más importantes de lo que piensas, sobre todo si inviertes a largo plazo.

Qué son el interés neto y el interés real

Para averiguar lo que de verdad ganas al invertir necesitas saber cuál es el interés neto que obtienes por tu dinero. De ahí ya podrás calcular después la rentabilidad real que obtienes descontando impuestos e inflación.

En este sentido, el primer paso es restar las comisiones y gastos. La forma más fácil de hacerlo es acudiendo a la TAE, que se utiliza para comprar préstamos e inversiones junto con los costes asociados. La TAE se utiliza para poder comparar inversiones a diferentes plazos y es especialmente útil para valorar el rendimiento neto que obtienes con un depósito a 6 meses frente a otro depósito a nueve meses.

Otros productos más complejos como los fondos de inversión cuentan con sus propios ratios para determinar si un producto es caro o barato. Uno de los más utilizados es el TER o Total Expense Ratio.

Inflación e impuestos para conocer el rendimiento real de la inversión

Las comisiones son importantes porque eres tú quien las controla. Con otros elementos no pasa lo mismo y también serán clave para averiguar cuál es el rendimiento real para tu dinero. Se trata de la inflación y los impuestos.

La inflación es quizás el mayor enemigo para tu dinero. Es un asesino silencioso que va restando valor a tu dinero por el mero hecho de que pase el tiempo y aumente el coste de la vida. A corto plazo es fácil obviar su efecto, pero en periodos de varios años, puede ser devastador.

Imagina que tienes 10.000 euros en el banco y que el IPC es del 2%. Al año tu seguirás teniendo 10.000 euros en el banco, pero su valor real será de 9.800 euros por la inflación. Aplicado a las inversiones y a conocer tu rentabilidad real, lo que debes hacer es restar esa inflación al beneficio que obtienes.

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Cuando un producto te ofrece un 5% nominal, lo que ganas en realidad es ese porcentaje menos el dato de IPC o la inflación (el IPC no es la única medida de inflación, pero sí la más fácil de usar). En números y de nuevo con 10.000 euros de referencia, el interés nominal serían 500 euros y el real con una inflación del 2%, sólo 300 euros (500-200).

Y todavía falta por incluir un segundo “coco”: los impuestos. Hacienda siempre va a requerir una parte de tus beneficios vía IRPF. La mayoría de inversiones tributan como rentas del ahorro a un tipo entre el 19% y el 23% dependiendo del total de ganancias. Por eso mismo es tan importante tener en cuenta la fiscalidad la invertiry buscar productos que permitan el diferimiento fiscal, como los fondos de inversión. 

Siguiendo con el ejemplo anterior, esos 500 euros tributarán al 19% en la declaración de la renta, por lo que la Agencia Tributaria se quedará 95 euros y tu ganancia se reducirá a 405 euros de los que tendrás que después de restar el factor inflación serán sólo 205 euros. Así es como pasamos de una ganancia nominal del 5% que ya estabas saboreando en tu mente a un 2,05% real, que es lo que finalmente te llegará al bolsillo.

Por eso mismo, a la hora de valorar una inversión siempre debes fijarte en su rentabilidad nominal. También por eso se dice que la rentabilidad mínima que debes buscar para tus ahorros es que superen la inflación.

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