¿Compensa un crecimiento acelerado a costa de pérdidas millonarias? Los resultados de Disney+ ofrecen un nuevo ejemplo de cómo el streaming todavía no ha resuelto su problema de sostenibilidad

Desencantada 2.
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Disney+

  • Disney presentó los resultados de su cuarto trimestre esta semana, donde se revela que crece pero, a su vez, pierde dinero.
  • Sin embargo, en 2024 cambiarán de paradigma y serán rentables gracias a, según su CEO, un aumento de precios, su nuevo plan con publicidad y a una mayor racionalización del gasto en marketing, entre otras medidas.

Disney acaba de presentar los resultados correspondientes al cuarto trimestre del año. El titular que los resume es bastante familiar: crece, pero pierde dinero

Netflix ya tuvo que soportar varios años la pesada mochila de la deuda y esa misma carga se ha convertido en el ritual de iniciación para las compañías que capitanearon la streaming wars, con Disney como punta de lanza. Ni la solidez de su catálogo ni su fortaleza financiera la han protegido del envite de la pandemia y de la punzada de la recesión. Ahora hay una diferencia sustancial. 

A principios de la década de 2010, Wall Street estaba dispuesto a tolerar la tesorería negativa siempre y cuando tuviese lugar en un entorno de crecimiento. Este año el temor a que el estallido de la burbuja del streaming provoque un colapso financiero de proporciones épicas ha puesto al mercado en modo Jerry McGuire: quiere que las compañías le enseñen la pasta.

Crece rápido, no mueras joven y deja unos hermosos beneficios

El negocio directo al consumidor de Disney, que aglutina las operaciones de Disney+, Hulu y ESPN+, ha sumado más de 235 millones de clientes en el 4º trimestre de este año fiscal, muy por delante de Netflix. Con este ritmo de crecimiento la compañía proyecta alcanzar los 300-350 millones de clientes en 2024.

El buque insignia de estas operaciones direct to consumer, Disney+, tiene todavía algunos problemas por resolver, pero el crecimiento no es uno de ellos. Cuenta con 164,3 millones de suscriptores, 12 millones más que el trimestre anterior. La cifra, además, ha superado en 3 millones las expectativas que había realizado la propia compañía. 

 

Ahora bien, una mirada más detenida introduce algunos matices que conviene tener en cuenta. Nueve de los 12 millones de nuevos clientes están en EEUU y 3 de ellos proceden de territorios internacionales. Además, de esos 9 millones de nuevos usuarios estadounidenses, un 40% ha contratado Disney+ con alguno de los paquetes que ofrece la compañía (con Hulu, a 14,99 o con Hulu e ESPN+ a 19.99). Los bundles, sin duda, contribuyen al crecimiento, pero reducen el beneficio que genera cada cliente, ya que el precio es menor a la contratación por separado. 

El negocio del streaming de Disney está creciendo rápido y nada parece indicar que vaya a morir joven, como le ocurrió a Quibi. Pero no está dejando unos hermosos beneficios. Al contrario. Este trimestre sus pérdidas se aproximan a los 1.500 millones, una cifra imputable en gran medida a Disney+. La ambiciosa inversión en contenido original, el gasto en marketing y promoción y los costes derivados de su expansión han permitido un crecimiento récord en tan solo 3 años, pero están lastrando toda la unidad de negocio.

El reto de generar beneficios

El director general de Disney, Bob Chapek.
El director general de Disney, Bob Chapek.

Disney confía en generar beneficios a partir de 2024 "asumiendo que no se vea un cambio significativo en el ambiente económico", aseguraba Bob Chapek durante la presentación de resultados.

Esto será posible, según el CEO, gracias al aumento de precios, a su nuevo plan con publicidad, a una mayor racionalización del gasto en marketing y a una inversión en contenidos más eficiente. 

El plan AVOD de Disney+, en particular, llegará a EEUU en diciembre (casi 2 meses después del lanzamiento del plan básico con anuncios de Netflix). La suya, sin duda, será una maniobra mucho más arriesgada que la realizada por la compañía de Los Gatos, ya que encarecerá la versión sin publicidad (costará 3 dólares más, 11 dólres/mes) y reservará el precio actual para la versión con anuncios. Queda por ver cómo afectará eso al precio de los bundles con Hulu e ESPN+ y cómo resistirá la propuesta de valor de Disney+ con un precio considerablemente más caro. 

La actual fatiga del negocio de la suscripción y la insostenibilidad del mismo en su versión más pura es más evidente que nunca. Las cuentas sencillamente no salen. 

En el caso de compañías tradicionales, la consecuencia de haber puesto toda la carne en el asador en el negocio de la suscripción han sido particularmente perversas, ya que ha contribuido a canibalizar sus otras líneas de negocio. 

"La estrategia de llevar las ventanas al colapso, dejar morir de hambre a la televisión lineal y a la taquilla y gastar ricamente dinero consiguiendo una fracción de beneficios, todo con el objetivo de crecer en suscriptores ha demostrado ser, bajo nuestro punto de vista, un gran error", aseguraba David Zaslav, CEO de Warner Bros Discovery, la semana pasada.

Parece que el optimismo digital que miraba hacia el futuro ha sido reemplazado por una suerte de realismo tradicionalista que echa la vista atrás. 

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