Los jóvenes de Madrid, Guipúzcoa y Baleares tendrían que destinar más del 70% de su sueldo para poder comprarse un piso: este mapa muestra en qué ciudades es más difícil acceder a una vivienda si tienes menos de 29 años

Madrileños toman el sol en las terrazas de sus pisos durante el confinamiento

Si tienes menos de 29 años y vives en una capital de provincia, acceder a una vivienda es una tarea harto complicada, pero como esa provincia sea Madrid, Guipúzcoa o Baleares, lo que ya era difícil se convierte en misión imposible.

Los jóvenes asalariados de entre 16 y 29 años tendrían que dedicar el 70% de su sueldo si quisieran comprarse un piso en Madrid, Guipúzcoa o Baleares. No necesariamente en la capital, sino prácticamente en cualquier municipio de la provincia, según el último Observatorio de Emancipación publicado por el Consejo de la Juventud de España (CJE).

Mientras el precio de la vivienda se encamina hacia máximos históricos en las zonas más demandadas de capitales como Madrid, San Sebastián o Palma de Mallorca, los jóvenes no sólo no ven aumentar sus salarios, sino que viven en una constante de precariedad, siendo incluso más pobres que hace 20 años.

"Con estas magnitudes tan antagónicas, entre lo que una persona joven podía asumir individualmente y lo que ofrecía el mercado libre de vivienda, no es de extrañar que la mayoría de las personas jóvenes no pueda emanciparse en solitario", señala el informe.

En Madrid, por ejemplo, si un joven quisiera comprarse una vivienda en solitario, tendría que dedicar el 86% de su salario neto para hacer frente al coste mensual de la misma.

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En Baleares, señala el informe, "el mercado de la vivienda libre es prácticamente imposible para una persona joven". Únicamente con el aporte de su salario, y destinando como máximo el 30% de su sueldo, una persona joven solo podría aspirar a una vivienda en alquiler de 25,1 metros cuadrados o una vivienda de compra de 36,9 metros cuadrados.

A pesar de que 2021 cerró con los tipos de interés en mínimos históricos y el precio medio del alquiler descendió un 8,5%, poder comprarse un piso seguía siendo una utopía para la mayoría de jóvenes: los menores de 29 tienen que dedicar casi 4 veces su salario neto anual sólo para poder hacer frente a la entrada de una hipoteca.

En cuanto al tipo de vivienda que podrían comprarse sin sobre endeudarse (sin que el coste suponga más del 30% de sus ingresos), el precio del piso no podría sobrepasar los 100.000 euros. 

Lamentablemente, no es sencillo encontrar inmuebles con precios inferiores en la mayoría de grandes ciudades. San Sebastián, en Guipúzcoa, es la ciudad de España más cara para comprar vivienda, mientras que en algunos distritos de Madrid, Baleares o Málaga, el precio de los pisos en venta ya toca máximos históricos, según datos de Idealista.

Un auténtico problema, ya que en las ciudades donde los precios son más bajos, la escasez de oportunidades imposibilita poder emanciparse, mientras que en las que se concentran las oportunidades de empleo para los jóvenes, los precios de venta son inasumibles en relación a sus salarios.

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Pero es que tampoco el alquiler es una opción factible en muchos casos. El alquiler máximo que podría pagar un joven de entre 16 y 34 años son 321 euros al mes. Todo bien, si no llega a ser porque es casi una utopía encontrar una vivienda a ese precio (al menos en una capital de provincia, que es donde están las oportunidades de empleo, primer paso para poder emanciparse).

Lejos de esos 321 euros al mes, el coste medio real de una vivienda en alquiler ronda los 850 euros. Lo que significa que un joven que quisiera vivir solo tendría que ganar 530 euros más al mes (o 6.360 euros más al año), para poder permitírselo. 

Ante esta situación, la alternativa pasa por compartir piso. Mientras que para una persona joven sufragar el alquiler en solitario suponía dedicar el 79,2% del sueldo, compartiendo vivienda esa cantidad se reduce hasta el 25% del salario. Dada la diferencia sustancial de esfuerzo económico que supone una y otra forma de emancipación, no es de extrañar que el 34,5% de los jóvenes emancipados lo hagan compartiendo piso con amigos o desconocidos.

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