Así es dormir en una de las futuristas cápsulas que pronto sustituirán a los campings en los festivales de música

Alberto Iglesias Fraga
Dormir en una cápsula
  • Business Insider España ha podido comprobar de primera mano cómo es dormir en una cápsula móvil, destinada a servir de residencia masiva en festivales y eventos al aire libre.
  • Cada container se compone de dos habitaciones y, cada una de ellas, cuenta con 8 cápsulas individuales o 4 de tamaño doble.
  • Huelga decir que estos contenedores no disponen de baño, ducha o agua corriente de ninguna forma, con lo que los alojados en ellas deben disponer de alguna forma de higienizarse fuera de ellas.

Cuando uno piensa en las distintas opciones de alojamiento al viajar, seguro que cae en la cuenta de los hoteles de alta categoría (con sus cómodas y espaciosas habitaciones y toda clase de servicios), en hoteles de buena relación calidad-precio, hostales de mala muerte, campings, cabañas, caravanas, apartamentos...

Sin embargo, pocos pensarían siquiera en una cápsula como una opción lógica para dormir. Y menos que esta clase de alojamiento esté pensada para entornos como festivales o grandes eventos al aire libre.

Pues no sólo no es un producto de la imaginación sino que Business Insider España ha podido comprobar de primera mano cómo es dormir en una de estas cápsulas móviles, destinadas a servir de residencia masiva en estas citas veraniegas.

Fue en Voss, ciudad noruega de los fiordos, que congregó en junio el Startup Extreme: una conferencia para emprendedores nórdicos que combina deportes extremos, conferencias, fiestas y networking al más alto nivel.

Dormir en una cápsula

Allí los organizadores dispusieron, en lugar de las típicas cabañas noruegas, una serie de containers industriales rehabilitados como hoteles cápsula. En total, más de una decena de estos poco hogareños rectángulos -con una capacidad total de cerca de 250 habitantes- de metal en cuyo exterior solo se diferenciaban de cualquier carga mercante en la existencia de ventanas y puertas.

Eso sí, el aire industrial se combina con los primeros toques futuristas en el momento de acercarse a la puerta, totalmente de cristal y serigrafiada con los detalles del contenedor y la habitación en que te encuentras. Para entrar, hay que introducir un código de seguridad en un panel lateral que abre la puerta.

Dormir en una cápsula

El interior de cada "habitación" (que es como se denomina a cada recibidor, en el que se disponen las 8 cápsulas individuales o 4 de tamaño doble, a dos habitaciones por cada contenedor) es bastante corriente: apenas unos tres metros cuadrados con el espacio justo para dejar algunas maletas pequeñas, usar las enanas cajas fuertes destinadas a los objetos de más valor y usar las escaleras para ascender a las cápsulas superiores.

Huelga decir que estos contenedores no disponen de baño, ducha o agua corriente de ninguna forma, con lo que los alojados en ellas deben disponer de alguna forma de higienizarse fuera de ellas.

Dormir en una cápsula

Ya en la cápsula, una vez identificada la que será nuestra habitación para los próximos tres días, lo que observamos es un pequeño espacio rectangular, todo revestido de plástico blanco. Su anchura es más que suficiente para que duerma una persona con relativa comodidad, pero la altura impide cualquier movimiento (como vestirse o desvestirse) en el interior de la cápsula.

Y lo de la comodidad es relativo, porque si bien el espacio es correcto, la comodidad del colchón (extraordinariamente fino) no ayuda mucho a la ya de por sí ardua tarea de tener un sueño reparador.

Dormir en una cápsula

La cápsula está equipada, eso sí, con toda clase de detalles para una estancia lo más placentera posible. Incorpora varios tipos de luz (general o de lectura), varias tomas de corriente (tanto de enchufe tradicional como USB), un espejo de gran tamaño, un reloj-despertador incrustado en la pared y varios botones que controlan la temperatura, el cierre de la puerta frontal o la llamada a emergencias en caso de cualquier problema.

También existen otros equipamientos que rozan el lujo inesperado en estas lides (como un proyector con pantalla en el techo para poder ver la televisión... eso sí, en una postura cuanto menos incómoda), otros más de andar por casa (como un extintor para situaciones de incendios) y otros indispensables, como unos cascos con cancelación de ruido (que tampoco es que fueran del todo efectivos).

Dormir en una cápsula

Y es que, una vez dispuestos ya a dormir, uno se da cuenta que el mayor problema no es el espacio ni una hipotética sensación de agobio al estar encerrado en un compartimento estrecho. El gran inconveniente a superar en estas cápsulas es el ruido: la puerta mantiene una pequeña abertura en su frontal por el que entran todos los sonidos del recibidor común, incluyendo los tonos del panel de seguridad al abrir la puerta y los golpes que esta misma, sin amortiguación alguna, provoca al cerrarse.

También las paredes con las cápsulas colindantes carecen de la insonorización suficiente, con lo que todo lo que suceda en ellas se oirá en el resto de habitantes del container.

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