Mijaíl Fridman, dueño de los supermercados Dia, dice que la continuidad del grupo no está en riesgo tras aparecer en la lista de oligarcas rusos sancionados por la UE

Mijaíl Fridman es el mayor inversor ruso en estos momentos en España en una empresa cotizada. Lo hace de la cadena de supermercados Dia, de la cual controla en torno al 70% a través de Letterone. 

La invasión rusa sobre Ucrania ha puesto al oligarca ruso en el punto de mira de Bruselas: ha sido incluido en la lista de oligarcas rusos que aparecen en el borrador de sanciones por sus "fuertes lazos con la Administración de Vladímir Putin". 

La cadena de supermercados ha querido desmarcarse este martes del conflicto a través de un comunicado en el día que ha presentado sus resultados anuales, los cuales arrojan una mejoría, pese a cerrar el año con unas pérdidas de 257,3 millones de euros. 

Dia subraya que está controlada por Letterone Investment Holdings S.A. ("LIHS"), con un 77% del capital social, y recuerda que "ningún accionista o persona física de LIHS ostenta, ni individualmente ni mediante acuerdo con otros accionistas, el control de LIHS".

"Ni el señor D. Mikhail Fridman ni el señor D. Petr Aven ostentan el control de LIHS", precisa la nota. 

El empresario ya ha comunicado que va a iniciar acciones legales para impugnar la decisión de Bruselas de imponerle sanciones sobre sus lazos con el presidente de Rusia.

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Respecto a Dia, Fridman ha aclarado que su continuidad "no corre ningún peligro a pesar del golpe", pero sí que "pueden afectar a la integridad de otros negocios", según ha explicado durante una rueda de prensa celebrada en Londres a la que ha tenido acceso Expansión.

Al margen de Dia, el oligarca ruso tiene intereses en hidrocarburos, telecomunicaciones y otros sectores en numerosos países, incluyendo Rusia y Ucrania.

En lo que respecta al supermercado, Fridman ha querido destacar que con España no existe ningún problema político y ha subrayado que hay unas "relaciones normales". 

Fridman no ha querido dejar pasar por alto los esfuerzos que ha hecho por la cadena de supermercados, a la que, desde su opinión, salvó de una situación crítica. "Estamos teniendo éxito con la cadena, y tenemos además la aspiración de seguir creciendo", ha remarcado. 

Hace más de 2 años la empresa de alimentación se topó con un agujero contable de la antigua cúpula que supuso que los bancos le cortasen las líneas de circulante, lo que obligaba a la nueva administración a negociar con los bancos propietarios de 900 millones de euros en deuda para evitar el concurso.

En ese momento, el brazo inversor de Fridman lanzó su convulsa opa por Dia, a 0,67 euros por acción. El empresario, entonces, entró en acción y se hizo con el 69% de la compañía, alcanzó un pacto con las entidades financiadoras, al tiempo que lanzaba una ampliación de capital y alejaba la sombra del concurso de acreedores.