El PIB se estanca más de lo esperado en el tercer trimestre, a pesar del turismo: pasa de crecer un 2% a solo un 0,1%

Playa El Arenal en Mallorca

Reuters

  • El INE empeora los datos de crecimiento del PIB: Si en el segundo trimestre la economía creció un 2%, en el tercer trimestre se frena hasta el 0,1%, una décima menos de lo esperado.
  • El impacto de la crisis en la inversión y la debilidad del consumo de los hogares por la inflación explican el estancamiento del PIB entre julio y septiembre a pesar del turismo.

El verano ha sido la primera señal de que la economía española empezaba a estancarse, y el frenazo ha sido mayor de lo esperado. A pesar de los pronósticos y del boom turístico, ni siquiera una temporada estival histórica ha podido salvar a la economía del batacazo

En el tercer trimestre, el PIB se estancó con un crecimiento del 0,1% intertrimestral, según los últimos datos de Contabilidad Nacional que publica hoy el INE. Se trata de un crecimiento todavía peor de lo esperado: hace unas semanas, el INE avanzaba una subida del 0,2%, que finalmente ha sido una décima inferior.

Si en el segundo trimestre creció un 2%, ahora el PIB apenas ha avanzado un 0,1% entre julio y septiembre, una diferencia de 1,9 puntos menos debido, sobre todo, al frenazo de la inversión y a la moderación del consumo de los hogares.

La temporada turística no podido amortiguar el varapalo económico derivado de la guerra. Este frenazo también se observa en los últimos datos de empleo: el paro subió en 60.800 personas en el tercer trimestre, el peor dato de empleo en un tercer trimestre desde la crisis de 2012.

La principal debilidad de la economía ahora mismo, explica Miguel Cardoso, economista jefe para España de BBVA Research, "está en las exportaciones de bienes y en el sector de la construcción, que no termina de tirar".

No obstante, el crecimiento de la economía española en tasa interanual que se avanzó el pasado 28 de octubre, del 3,8%, se ha revisado al alza en seis décimas, hasta el 4,4%. Esta tasa, sin embargo, contrasta con el crecimiento del 7,6% del segundo trimestre del año.

En el segundo trimestre, el PIB creció un 1,5%, 4 décimas más de lo esperado. Ello a pesar de las consecuencias de la inflación y mientras otras economías, como EEUU, entraban en recesión.

El auge de consumo y del turismo cristalizaron en algo más que terrazas llenas y hoteles con el cartel de "completo". Con la llegada de la primavera y el buen tiempo, de las vacaciones de Semana Santa y el arranque de la campaña de verano, del fin de las restricciones... La demanda nacional e internacional salió en tromba. 

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Pero con la entrada en otoño e invierno, la persistencia de una inflación galopante en el segundo semestre, el enfriamiento derivado de la subida de tipos de interés y los temores a un invierno con racionamientos de gas y Europa a las puertas de una recesión. Aun así, España es de las pocas economías europeas que no se espera que entren en recesión.

La causa del estancamiento está en la desaceleración del consumo los hogares, que apenas aumentó un 0,1%, lo que supone 1,6 puntos menos que en el trimestre anterior, lastrado por el mordisco de la inflación; mientras que la inversión bajó un 0,1% en el tercer trimestre, frente al avance del 2,9% del trimestre anterior.

Pero el estancamiento también viene de la caída de las exportaciones de bienes, y a que buena parte de la demanda se satisfizo con importaciones. "Además, una parte importante del consumo de los hogares se dedicó, por ejemplo, a viajes al extranjero", aclara Cardoso.

Esto se observa siguiendo el crecimiento de las importaciones, que fue superior al de las exportaciones, lo que se traduce en una contribución negativa del sector exterior para el PIB.

"Durante el primer semestre, el principal motor de crecimiento fue el sector exterior, en gran medida impulsado por una clara reactivación del turismo internacional. En la parte final del año, España corre un importante riesgo de debilitamiento del consumo", explica Fernando Castelló Sirvent, economista, profesor e investigador en ESIC Business & Marketing School.

Según Castelló, el encarecimiento de la energía hace que aquellos sectores industriales cuya estructura de costes es intensiva en energía vengan presentando graves problemas para mantener su competitividad. "En ese sentido, la dura tendencia experimentada en el alza de precios puede debilitar la capacidad exportadora de nuestra economía y lastrar la evolución del PIB". 

La buena noticia es que no estamos ante una contracción de la economía, tal y como pronostican organismos como la Airef, que prevé una caída del PIB del 0,3% entre julio y septiembre. La mala, que tampoco hay mucha diferencia: en ambos casos, hablamos de un estancamiento.

Hace unas semanas, el director general de Productos Estadísticos del INE, Alfredo Cristóbal, adelantó que el PIB del tercer trimestre estaría próximo a cero, pudiendo incluso contraerse, lo que dejaría a España al borde de una recesión técnica.

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