EEUU retrasa la imposición de aranceles a Francia por la aprobación de su tasa Google

A solo 2 semanas de que Donald Trump abandone definitivamente la Casa Blanca, aunque este plazo podría acortarse abruptamente si se le considera responsable de incitar el ataque al Capitolio, la política comercial estadounidense comienza a dar signos de deshielo tras 4 años de conflictos con China y con los principales países que exportan a EEUU.

Tras haber anunciado en vísperas del nuevo año una nueva ronda de aranceles contra productos de la Unión Europea como represalia por las sanciones contra las exportaciones estadounidenses que Bruselas aprobó en octubre, la oficina del representante comercial de EEUU ha señalado este jueves que suspenderán los aranceles sobre productos franceses que iban a entrar próximamente en vigor, según Financial Times.

EEUU anunció los aranceles de un 25% sobre productos franceses como cosméticos o complementos, valorados en 1.060 millones de euros, como represalia por la decisión de Francia de poner en marcha su impuesto sobre servicios digitales, más conocido como tasa Gafa o tasa Google francesa, que Washington ha denunciado que supone una discriminación contra las empresas tecnológicas estadounidenses.

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Sin embargo, el gabinete del representante comercial estadounidense ha anunciado que retrasará estos aranceles para esperar a los resultados de sus investigaciones sobre las tasas Google que han aprobado otros países, entre ellos España, Reino Unido, Italia, Turquía, Brasil o la UE en conjunto, para lanzar una respuesta coordinada contra estas medidas.

Francia aprobó su tasa Google en 2019, pero retrasó su puesta en marcha en enero de 2020 tras un acuerdo entre los presidentes de ambos países para pactar una tregua comercial hasta que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) emitiese su dictamen sobre la normativa francesa. Finalmente, París comenzó a aplicar su nuevo impuesto en noviembre, lo que motivó la activación de las represalias de EEUU.

De hecho, la OCDE lleva varios meses preparando su toma de postura respecto a la tasa Google, en la que podría reclamar una armonización global de los impuestos que pagan las empresas tecnológicas para evitar que aprovechen la baja tributación en algunos países para eludir sus obligaciones fiscales en las jurisdicciones en las que trabajan, mediante entramados conocidos como el sandwich holandés o el doble irlandés.

En caso de que la OCDE no llegue a un acuerdo, la UE ya ha anunciado que aprobará su propia tasa Google para evitar la elusión fiscal de las tecnológicas estadounidenses, aunque varios de sus socios ya han ido aplicando normativas similares. Este es el caso de España, cuya tasa Google entró en vigor el pasado 1 de enero tras 2 años de tramitación en diferentes legislaturas.