Retrasos en el Parlament, leyes electorales y el Tribunal Supremo: los factores que podrían retrasar las elecciones catalanas hasta el verano
- Torra ha anunciado que convocará elecciones en Cataluña una vez se aprueben los presupuestos regionales, aunque no ha dado la fecha.
- Si el calendario se estruja a más no poder, los comicios se celebrarán entre mediados y finales de mayo, pero hay varios hechos que podrían posponerla hasta julio.
- JxCat deberá enfrentar 3 factores indispensables: los tiempos para aprobar los presupuestos, la (ausencia de) ley electoral catalana y los tiempos del Tribunal Supremo sobre la inhabilitación de Torra.
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Quim Torra ha anunciado que convocará elecciones en Catalunya después de que se aprueben los presupuestos, aunque no ha confirmado ninguna fecha.
Las cuentas no corren peligro dado que en un principio contarán con el apoyo de JxCat y Esquerra Republicana (ERC), todavía socios de Gobierno, y los comunes, pero su ejecución dependerá del ganador de los comicios, los quintos en menos de 10 años. Lo que sí está sobre la mesa son los indicios sobre la fecha de este adelanto electoral: finales del mes de mayo. Como mínimo.
Te explicamos los 3 frentes que podrían variar el calendario y por qué.
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El lento proceso de tramitación
Siempre que se cumpla el calendario estipulado, y según el Reglamento del Parlament, las cuentas se aprobarán este miércoles y se abrirán dos periodos distintos. El primero: 10 naturales como mínimo para presentar enmiendas a la totalidad; el segundo: no menos de 20 días para presentar enmiendas al articulado y los estados de gastos
Una vez salvado este proceso, la Mesa del Parlament admitirá —en menos de 7 días— la presentación de las enmiendas a la totalidad, esto es, un debate en el Pleno y una comisión particular para cada punto de los presupuestos enmendados. La realidad a día de hoy es que todas las enmiendas serán rechazadas (también las presupuestarias, que se debatirán después), dado el pacto JxCat, ERC y Catalunya en Comú.
Tras rechazar las enmiendas se abre un nuevo proceso burocrático: el debate sobre el articulado en cada comisión. También se rechazarán las mociones, aunque la oposición podrá reservarlas y volverlas a llevar al Pleno, que es donde se hace un último debate.
Aunque todo es susceptible de acortarse, pueden pasar fácilmente 3 meses antes de llegar a la votación final. Si un partido lleva el texto al Consejo de Garantías Estatutarias, como probablemente suceda, el proceso se demoraría un mes más, esto es, mediados o finales de mayo.
Cataluña no tiene una ley electoral propia
La constante tensión política que vive Cataluña ha impedido históricamente cualquier tipo de pacto de gran calado. Ejemplo de ello es aprobar una ley electoral propia de la comunidad, por lo que a día de hoy sus elecciones todavía se rigen por una ley de ámbito estatal: la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG).
Esto no tendría mayor problema de no ser por el artículo 42.2 de esta misma norma, que establece cómo "los decretos de convocatoria señalan la fecha de las elecciones que habrán de celebrarse el día quincuagésimo cuarto posterior a la convocatoria".
¿Qué quiere decir esto? Pues que una vez se anuncian los comicios hay que esperar 54 días para celebrarlos. Si el Parlament no se da prisa en aprobar los Presupuestos, Cataluña podría verse votando incluso en el mes de julio. Bien es cierto que el Estatut d'Autonomía establece en su artículo 75 un lapso "de entre 40 y 60 días desde su publicación", pero nunca se ha incumplido el plazo de los 54 días.
El Tribunal Supremo podría cambiarlo todo
Uno de los detalles menos reseñados de la declaración de Quim Torra este miércoles es que ha dicho que será él mismo el encargado de convocar elecciones. Un detalle aparentemente sin importancia, pero que cobra color a raíz de sus problemas con la Justicia.
El próximo 3 de febrero vence el plazo para que el presidente de la Generalitat interponga recurso de casación contra la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), que le condenó a año y medio de inhabilitación para el cargo público por colocar una pancarta a favor de los presos independentistas.
Visto este recurso, está en manos del Tribunal Supremo aprobar o rechazar la enmienda. Si la sentencia llegara a producirse, Torra dejaría de ser presidente y el Parlament debería elegir a un sustituto. Mientras tanto, ocuparía el sillón de mando el actual vicepresidente, Pere Aragónes (ERC).
Con Torra fuera de juego, el escenario electoral cambiaría radicalmente.
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