Los escáneres cerebrales podrían alertar de anomalías graves provocadas por el coronavirus, según expertos

Médicos mirando un escáner cerebral.
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  • Una investigación pone de manifiesto que los electroencefalogramas podrían ser un buen método de detección en cuanto a complicaciones cerebrales a largo plazo causadas por el coronavirus.
  • Delirio, confusión o convulsiones son algunas de esas anomalías detectadas en el lóbulo frontal, la parte del cerebro que se encarga de tareas como el razonamiento lógico y la toma de decisiones, gracias al EEG.
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El coronavirus, sus síntomas y sus efectos a largo plazo siguen siendo todo un misterio para los científicos y sanitarios a pesar de que el mundo entero esté volcado en conocer más información sobre él.

Hay personas que afirman seguir padeciendo sus secuelas meses después de haberlo superado, como anosmia (pérdida de olfato), fatiga crónica, delirios, mareos o dificultad de concentración, según varios informes.

Otros, están llegando a experimentar afecciones mucho más graves como accidentes cerebrovasculares o encefalitis, poniendo en riesgo la vida del paciente.

El cerebro de algunas personas podría envejecer hasta 10 años a causa del coronavirus.

Tras realizar muchos estudios parece ser que el coronavirus afecta al cerebro y sus funciones, o al menos a esa conclusión han llegado dos neurólogos especializados.

Su investigación publicada en la revista Seizure: European Journal of Epilepsy busca entender el impacto del COVID-19 en el cerebro, incidiendo en las alteraciones que provoca.

Para ello, llevaron a cabo una gran recopilación de datos de más de 600 personas que habían dado positivo en coronavirus y se habían realizado un electroencefalograma (EGG), un escáner que utiliza electrodos conectados a la cabeza para registrar la actividad eléctrica del cerebro de una persona.

Así invade y ataca el coronavirus al cerebro humano, según los investigadores.

Los resultados fueron reveladores, pues en los electroencefalogramas se observó una desaceleración general de las ondas cerebrales que indicaba una disfunción general de la actividad cerebral, como picos de epilepsia.

Además, dos tercios de los pacientes habían experimentado algún delirio, coma o confusión, mientras que el 30% había tenido convulsiones. El resto había sufrido problemas a la hora de hablar e incluso un paro cardíaco repentino, poniendo en serio riesgo sus vidas.

La mayoría fueron detectadas en el lóbulo frontal, la parte del cerebro que se encarga de tareas como el razonamiento lógico y la toma de decisiones.

Estos son los síntomas del coronavirus que más asustan a los científicos.

Esto podría deberse a una inflamación generalizada o por la disminución del flujo sanguíneo que llega al cerebro, ya que los órganos estarían muy debilitados por el virus.

"Estos hallazgos nos dicen que debemos probar el electroencefalograma en una gama más amplia de pacientes, así como otros tipos de imágenes cerebrales, como resonancias magnéticas o tomografías computarizadas, que nos darán una mirada más cercana al lóbulo frontal", ha explicado el neurólogo Zulfi Haneef del Baylor College of Medicine de Houston.

Los electroencefalogramas podrían llegar a ser un buen método para evaluar las complicaciones que pudiesen surgir por el coronavirus, incluso a largo plazo y así anticiparse a peores consecuencias.

"Se necesita más investigación, pero estos hallazgos nos muestran que estas son áreas en las que debemos enfocarnos a medida que avanzamos", apunta Haneef.

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